Elecciones EEUU 2024

Trump consolida su control del Partido Republicano de EEUU

El expresidente domina la carrera presidencial pero también la política y los cambios en la infraestructura de la formación

La campaña de Haley, la única rival que queda en liza, pierde uno de los apoyos económicos externos más importantes

Donald TrumP.

Donald TrumP. / EFE

Idoya Noain

El reinado de Donald Trump sobre el Partido Republicano se consolida. Su carrera hacia la nominación para las presidenciales avanza imparable, como ratificó el sábado su cómoda victoria en las primarias de Carolina del Sur, el cuarto triunfo consecutivo en el proceso donde solo queda en liza Nikki Haley. Su peso en la política de la formación se ha evidenciado en las últimas semanas, cuando su influencia ha sido decisiva para hundir en el Congreso un acuerdo bipartidista de reforma de inmigración y dejar paralizada la aprobación de más ayuda para Ucrania. Y este lunes se ha ratificado su dominio también sobre la infraestructura del partido.

Ronna McDaniel, actual presidenta del Comité Nacional Republicano, ha confirmado una noticia anticipada y ha anunciado que la semana próxima, solo tres días después de las 16 votaciones del supermartes, abandonará su cargo. El liderazgo del principal órgano de la formación se dispone así a reestructurarse al gusto del expresidente, que buscaba el cambio.

Observadores como Peter Wehner, que sirvió en tres administraciones conservadoras y ya no se considera republicano, hablan de “un partido trumpificado de cabo a rabo”. “La huella de Trump es equiparable, si no superior, a la que tuvo Ronald Reagan, y eso es decir mucho porque la de Reagan duró generaciones”, ha dicho Wehner a ‘The Wall Street Journal’.

Un equipo de leales

Trump ha apoyado para relevar a McDaniel a Michael Whatley, un aliado leal que actualmente preside la formación en Carolina del Norte y es el principal abogado de la formación. Propone también que en la cúpula entre como copresidenta su nuera Lara Trump, casada con su hijo Eric. Y en un movimiento de trascendentales repercusiones, también busca que el jefe financiero sea su principal estratega de campaña, Chris LaCivita.

Aunque McDaniel se ha librado de los insultos y ataques que Trump suele lanzar en público contra quienes considera desleales, y de hecho hace solo dos semanas la tildaba de “amiga”, estaba descontento con la que fue encargada de su campaña en Michigan en 2016, que es sobrina de Mitt Romney y llegó a la presidencia del comité en 2017. Le presionó sin éxito, por ejemplo, para que suspendiera los debates, en los que él no participó, e incluso elecciones de caucus y primarias. Él y sus aliados también han cuestionado su recaudación de fondos, aunque el Comité sigue mostrando más músculo en ese terreno que Trump.

Tampoco era del agrado de Trump la posición que el Comité ha mantenido en lo referido a sus intentos de alegar fraude en las elecciones del 2020, una distancia que justamente ha librado al partido de verse envuelto en los problemas legales que asolan al presidente y otros de sus aliados. Y muchos en el partido le culparon a ella de malos resultados del partido en las legislativas de 2022, pese a que muchos de ellos se debieron al rechazo por los votantes de candidatos extremistas que respaldaba Trump.

Un control clave

Ahora los cambios en la infraestructura son claves tanto para la campaña de Trump como para el futuro de la formación. Con LaCivita al frente de las operaciones de Trump y del partido, el organigrama queda como lo que un asesor del expresidente ha definido en Axios como “una distinción sin diferencia”. Buscarán usar el Comité más que como un mero banco para la campaña de Trump, como hicieron en el 2020, y t se tomarán decisiones que afectarán también a los partidos estatales.

La nueva cúpula, además, podría frenar dos resoluciones que había circulado la saliente, y que LaCivita denunciaba el mismo sábado tras las primarias en Carolina del Sur: una que solicitaba que el Comité mantuviera neutralidad en la carrera hasta que un candidato logre la mitad de los delegados que le aseguran la nominación y otra que urgía a que el partido no se haga cargo de las facturas legales de Trump. Dos supercomités de acción política que apoyan al expresidente ya se han gastado 50 millones de dólares en pagos de esos costes.

Haley pierde un aliado

Haley ha denunciado duramente los cambios que se avecinan en el comité con un nuevo liderazgo elegido a dedo por Trump. “¿Vamos a dejarle simplemente que se haga con el partido que controla la convención también? ¿En qué momento no vemos el problema? No tenemos reyes en este país”, denunciaba la semana pasada.

No es la primera vez que la candidata lanza esas críticas o pide imparcialidad a la formación y sigue ofreciéndose como una alternativa para republicanos que no quieren volver a votar por Trump. Pero su carrera, difícil desde el primer momento, aún se complica más.

Tras la derrota el sábado en Carolina del Sur, por cerca de 20 puntos en el estado donde fue gobernadora, ha visto como su candidatura pierde un apoyo económico clave: el de Americans for Prosperity Action, la red conservadora que crearon los poderosos e influyentes hermanos Charles y Michael Koch (el segundo ya ha fallecido).

Aunque el grupo sigue respaldando genéricamente y "de todo corazón" la candidatura de Haley anunció el domingo en un comunicado que dejará de invertir fondos para apoyarla, argumentando: “No creemos que ningún grupo externo pueda hacer una diferencia material para ampliar su camino a la victoria dados los retos en los próximos estados con primarias”. La red, que desde noviembre había estado financiando anuncios y operaciones sobre el terreno en apoyo a Haley, invertirá los fondos en carreras disputadas para las dos cámaras del Congreso.