Elecciones EEUU 2024

Trump: llego la hora de pagar (literalmente)

Si este lunes el expresidente y candidato republicano no deposita una fianza de 454 millones por su condena en el caso civil de fraude podría ver embargados bienes

Sus abogados dicen que no encuentra avales pero él presume de tener 500 millones en efectivo, puede sumar pronto 3.000 millones a su fortuna y pide donaciones

El expresidente de EEUU y candidato a la nominación republicana, Donald Trump.

El expresidente de EEUU y candidato a la nominación republicana, Donald Trump. / EFE

Idoya Noain

“¡La Torre Trump es mía!” ,“Mensaje para Letitia James: ¡Mantén tus sucias manos lejos de la Torre Trump!” Esos son varios de los títulos en los mensajes que en los últimos días ha estado enviando Donald Trump pidiendo a “un millón de patriotas” que hagan una donación a la campaña electoral con la que intenta volver a la presidencia de Estados Unidos.

Hay una explicación sencilla del por qué la ráfaga de mayúsculas y exclamaciones ha ido ganando en intensidad, tanto en esos mensajes buscando contribuciones como en los que en las últimas horas ha estado colgando en Truth social, su red social. El lunes el expresidente y candidato republicano de facto para noviembre debe depositar en Nueva York 454 millones de dólares para cubrir la condena por fraude empresarial que le impuso en febrero en un caso civil en Nueva York el juez Arthur Engoron.

Aunque Trump ha apelado esa condena, debe hacer ese desembolso mientras se resuelve su recurso, bien con un cheque propio o, lo que es más habitual, a través de la garantía presentada por una empresa especializada en fianzas que se compromete a cubrir esa cantidad si acaba perdiendo la apelación. Si no lo deposita James, la fiscal neoyorquina que abrió el caso contra él, podría empezar a congelar sus cuentas bancarias o incluso a embargar sus bienes inmobiliarios.

Esa acción de la demócrata sería, además de un varapalo financiero, una humillación para Trump, un golpe a la imagen de empresario de éxito que lleva décadas intentando construir. Y aunque intentará sacarle partido económico y rédito político reforzando entre sus bases más leales la idea de una “caza de brujas política”, muestra también su vulnerabilidad. En los cuatro casos penales que enfrenta ha tenido éxito hasta ahora en su estrategia de retrasar. En este, no.

La fianza

El pasado lunes los abogados de Trump, que intentan que se elimine del todo la fianza o se reduzca considerablemente, dijeron ante el tribunal de apelaciones que era “prácticamente imposible” conseguir los fondos. Explicaron que habían consultado con más de 30 empresas especializadas en este tipo de operaciones, pero ninguna aceptó.

Para hacerse cargo de una cantidad así lo normal es que esas compañías exijan garantías en efectivo o en activos como acciones que pueden convertirse rápidamente en liquidez. Pero la mayoría de la fortuna de Trump, valorada en octubre por Forbes en 2.600 millones de dólares, está en activos inmobiliarios. Y aunque este viernes esa fortuna crecía sobre el papel en más de 3.000 millones de dólares al autorizarse una fusión que permitirá a la empresa que creó para lanzar su red social salir a bolsa, esa ganancia aún tiene que materializarse, y puede tardar meses en hacerlo.

Un problema añadido de Trump para garantizarse un avalista es que parte de su dinero y sus acciones ya los tuvo que dedicar este mismo mes a conseguir otra fianza: la de 91 millones de dólares (posiblemente más de 100 si se cuenta la comisión que le cobra la aseguradora) con la que tuvo que cubrir la multa por haber difamado a E- Jean Carroll, la mujer que le acusó de violación. Esa condena también la tiene recurrida.

Este viernes Trump presumía en Truth social de que tiene “casi 500 millones de dólares en efectivo” conseguidos, escribió, “a través de trabajo duro, talento y suerte”. Ni siquiera si es cierto sería suficiente para conseguir la fianza, porque además de comisiones las empresas especializadas piden el 120% del valor de la multa. Y conforme avanza inexorable la cuenta atrás hacia el lunes y sigue sin conseguir pagar, entran en su horizonte oscuras nubes y opciones que prefiere no explorar. Seis veces en su historial recurrió a declaraciones de bancarrotas de sus empresas para salir de aventuras fallidas en casinos en Atlantic City. Y ha presumido muchas veces de haberlo hecho aprovechándose del sistema, pero piensa que el golpe de imagen que supondría ahora no sería bueno para sus aspiraciones de volver al Despacho Oval.

Las crecientes facturas legales

Las conexiones entre los problemas legales de Trump y su campaña se han confirmado como la maraña que se anticipó. El Comité de Acción Política que le apoya, Save America PAC, se gastó el año pasado 50 millones de dólares en costes de abogados del expresidente y candidato, y en los dos primeros meses de este año ya han gastado en ese concepto otros 8,5 millones. Y cuando un donante da fondos a la campaña de Trump, el 10% va a ese PAC.

También las donaciones que se hagan al nuevo comité establecido conjuntamente entre el candidato y el Comité Nacional Republicano van a tener como primeros beneficiarios a la campaña de Trump y Save America. El partido, cuyo liderazgo se ha renovado recientemente para colocar en las tres principales posiciones de poder a aliados del expresidente (incluyendo su nuera) había asegurado que no iba a costear sus juicios. Pero la realidad es que de alguna manera lo va a hacer. En un acto de recaudación de fondos organizado para abril, por ejemplo, los primeros 6.600 dólares de una donación irán a las cuentas de campaña de Trump, los siguientes 5.000 a Save America y solo después recibirán los fondos (aunque en cantidades mucho más altas) el propio Comité Nacional Republicano y los partidos republicanos de los estados.