Conflicto en Oriente Próximo

Médicos sin Fronteras denuncia los ataques deliberados o producto de una "temeraria incompetencia" contra trabajadores humanitarios en Gaza

La oenegé internacional denuncia que "ningún sistema de salud en el mundo puede hacer frente al volumen de lesiones y al tipo de lesiones que ha habido en el último medio año en Gaza y sigue habiendo hoy"

El secretario general de Médicos Sin Fronteras, Christopher Lockyear, durante la reuda de prensa ofrecida este jueves en Ginebra.

El secretario general de Médicos Sin Fronteras, Christopher Lockyear, durante la reuda de prensa ofrecida este jueves en Ginebra. / EFE

Andrea López-Tomàs

Pese a los más de 33.000 palestinos muertos en los casi seis meses de guerra, ha sido el asesinato de siete trabajadores humanitarios extranjeros este lunes el que verdaderamente ha sacudido el mundo. "¿Hay alguna diferencia entre un trabajador humanitario internacional o uno palestino?", se pregunta la doctora Amber Alayyan, directora adjunta de programas para Oriente Próximo de Médicos sin Fronteras (MSF). "No debería importar qué pasaporte tengas", ha apuntado en una rueda de prensa en Ginebra, donde ha repasado los principales retos a los que se enfrenta el personal médico en la Franja de Gaza. "Ningún sistema de salud en el mundo puede hacer frente al volumen de lesiones y al tipo de lesiones que ha habido en el último medio año en Gaza y sigue habiendo hoy", ha apuntado Alayyan, a la vez que el secretario general de la organización, Christopher Lockyear, ha denunciado que la "pauta en los ataques" contra trabajadores humanitarios indica que son deliberados o producto de una "temeraria incompetencia".

Después del ataque a la oenegé del chef José Andrés, World Central Kitchen (WCK), que les ha forzado a detener las operaciones en el enclave palestino, la misma duda planea sobre el resto de organizaciones humanitarias. ¿Cuánto podrán aguantar hasta que el riesgo sea demasiado elevado para seguir trabajando? "Todos estamos en la misma situación con el temor de ser atacados y tener que irnos", ha explicado Marie-Aure Perrault Revial, que en los últimos meses ha trabajado en dos ocasiones como coordinadora de emergencias en Gaza para MSF. "El panorama general es complejo como ningún otro, donde todas las organizaciones humanitarias están dispuestas a suspender las operaciones porque no pueden correr más riesgos", ha constatado.

200 trabajadores humanitarios muertos

En 181 días de guerra, al menos 200 trabajadores humanitarios han perecido víctimas de los ataques israelíes. El personal médico en hospitales y ambulancias ha sufrido demasiadas bajas. La destrucción del hospital Al Shifa, el mayor centro médico de la Franja de Gaza, despierta nuevos temores de que esta sea la realidad inminente de otros hospitales. "Su pérdida es una enorme pérdida para Gaza", ha lamentado la doctora Alayyan, tras señalar que MSF había estado presente en este centro durante los últimos 15 años. "Antes de la guerra, el sistema sanitario gazatí era bastante robusto y crecía cada día", ha defendido. "Ahora, estamos viendo una destrucción deliberada del sistema de salud que tendrá un impacto no sólo ahora sino en muchos años y décadas por venir", ha subrayado la doctora Alayyan.

Lockyear ha recordado cómo Israel le prometió una investigación por un incidente ocurrido con sus trabajadores el pasado mes de noviembre. Más bien, fue la Coordinadora de Actividades Gubernamentales en los Territorios, conocida por las siglas COGAT, el organismo del Ministerio de Defensa encargado de coordinar las entregas de ayuda humanitaria –como la que aprobaron de la WCK–, quien le hizo la promesa. "Aún espero resultados", ha señalado Lockyear, tras denunciar que sus equipos han tenido que evacuar seis hospitales en los últimos meses. "Es un contexto extremadamente difícil, no hay ninguna garantía" para la plena distribución de ayuda humanitaria, ha afirmado.

"Esto es más que una mera solución técnica [a la entrega de ayuda]: necesitamos una voluntad política para que esta guerra ocurra de una manera muy diferente a como está sucediendo ahora", ha exigido Lockyear. "Lo que necesitamos ahora es que las palabras se conviertan en acciones", ha dicho el jefe de MSF, a la que vez que acusa a los países que dan apoyo a Israel de ser "moral y políticamente cómplices" de la masacre que ocurre a diario en la Franja de Gaza. Este jueves, los ataques israelíes han elevado la cifra de muertos hasta pasados los 33.000 palestinos, mientras el hambre, usada como "arma de guerra", de acuerdo a varias organizaciones internacionales, se ceba con los más vulnerables.

Malnutrición y orfandad

Para hacer frente a la catástrofe alimentaria que ya acecha Gaza, los trabajadores médicos han tenido que hacer frente a una realidad completamente desconocida. "Nunca habíamos visto antes en Gaza una desnutrición aguda", ha destacado la doctora Alayyan. Perrault Revial ha explicado que sus colegas palestinos se han visto forzados a formarse para tratar estos casos crecientes, sobre todo en los pacientes venidos del norte del enclave. Allí, la población se ha visto obligada a sobrevivir con un promedio de 245 calorías al día, menos del 12% de las necesidades calóricas diarias promedio, desde enero, según ha revelado Oxfam Intermón. La situación sólo puede empeorar. "Para tratar la desnutrición necesitamos tener acceso a la población y eso no es posible en Gaza", ha añadido Alayyan. 

Las dificultades de acceso de la ayuda humanitaria se suman a una enésima lista de obstáculos impuesta por las autoridades israelíes, como la lentitud a la hora de procesar los permisos de entrada para trabajadores humanitarios. En los últimos seis meses, Perrault Revial ha entrado dos veces al enclave y ha podido comprobar una desoladora evolución. "Antes, cuando nos llegaba un niño que era el único superviviente de toda su familia, nos dejaba completamente impotentes, nadie podía aprender a anunciar tal cosa a un niño", lamenta. "Ahora es algo tan común que tenemos un procedimiento sobre cómo tratar con ellos", ha admitido la coordinadora de emergencias de MSF en Gaza. A finales de enero, el grupo Euro-Med de Derechos Humanos informó que la guerra ha dejado a más de 24.000 niños huérfanos.