Volvemos al mismo punto cinco años después. Una librera lleva 44 años vendiendo libros en el Sena y todavía se emociona recordando el día del incendio. “Fue demasiado, demasiado, muy emotivo”, dice. Albert es cardiólogo, durante años ha pasado a diario con su bicicleta por la catedral. Se le corta la voz al recordar el fuego: “Un shock. No soy cristiano en absoluto, pero pensé que la catedral se derrumbaría". Cinco años después los andamios dejan a la vista cada vez más partes de la renovada catedral de París. Un símbolo francés que renace de las cenizas recuperando todos sus detalles y algunos ocultos.