Opinión | Global-mente

Giorgia Meloni al asalto de Bruselas

¿Está Giorgia Meloni preparando el desembarco de la extrema derecha en la Comisión Europea?

Hay más que indicios para pensar que sí. De hecho la primera ministra italiana no oculta su objetivo de querer inclinar el centro de gravedad de la Unión Europea hacia la derecha, romper el equilibrio que ha permitido la “coalición” de gobierno entre socialistas y conservadores, con el apoyo puntual de liberales y verdes.

El 28 de abril, Meloni anunció que será cabeza de lista de su partido, Fratelli D’Italia, para las elecciones al Parlamento Europeo, que en Italia se celebran el 9 de junio. Su eslogan de campaña es “Italia cambia Europa”, o sea dice querer hacer en la UE lo que hizo desde que tomó las riendas de su país en octubre de 2022. 

Al frente del Gobierno de coalición con La Lega de Matteo Salvini y Forza Italia de Antonio Tajani, Giorgia Meloni encabeza los sondeos con un 28% de intención de voto, mejorando en dos puntos sus resultados de las legislativas. 

Ahora dice, quiere convertir las elecciones europeas en un plebiscito a su balance de gobierno y a su persona, ni más ni menos ya que no tiene intención de ocupar su escaño en el Parlamento Europeo. ¿Una táctica reprochable? Sí dicen los europeístas de pro como Romano Prodi, pero en Italia es práctica habitual entre los dirigentes de los partidos, sean soberanistas o no, de derecha o de izquierda. 

Para Giorgia Meloni es también la ocasión de apuntalar su creciente influencia en la política europea, dar publicidad a su visión de la UE como “una alianza confederal de Estados soberanos y no una Europa federal que transfiere cada vez más competencias a la Comisión Europea”. 

Y cuenta con que Fratelli D’Italia, que fundó en 2012, obtenga un buen lote de escaños que le abra hueco entre los grandes partidos de la derecha europea. Un partido con el que haya que contar para tejer alianzas políticas en el Parlamento, y por qué no, también en Bruselas, o sea, en la Comisión Europea, la instancia de poder mas importante de la UE. 

En año y medio, Giorgia Meloni ha conseguido, a base de pragmatismo, ser una dirigente con la que hay que contar en la UE, para muestra baste recordar los viajes que ha realizado con la presidente de la Comisión, Ursula Von der Leyen, A Kiev y a El Cairo, dos destinos simbólicos. El primero fue una demostración de su apoyo incondicional a Ucrania, desmarcándose claramente de otros líderes de la extrema derecha europea como la francesa Marine Le Pen, el húngaro Viktor Orbán o la alemana Alice Weidel de AfD. 

Operación seducción exitosa: para asegurarse un segundo mandato, Von der Leyen ha excluido cualquier acuerdo con la extrema derecha de Identidad y Democracia, “por ser peones de Putin”, pero no con Conservadores y Reformistas Europeos, grupo en el que está Fratelli D’Italia. 

Pero es ante todo en la política de inmigración donde Meloni ha dejado su impronta. Su acuerdo con Albania, para externalizar allí las demandas de asilo de los migrantes rescatados en aguas internacionales por los italianos, primero escandalizó en Bruselas, pero acto seguido cundió el ejemplo. En marzo la primera ministra italiana acompañó a la presidenta de la CE a El Cairo para firmar un acuerdo de externalización de las fronteras de la UE. Egipto recibirá 7,4 mil millones de euros para impedir la salida de migrantes hacia Europa. Eso se llama, ser influyente.