Cuando uno va a Compostela de visita una de las cosas que más llama la atención es el laberinto de calles empedradas con las que uno se encuentra en el casco histórico. 

Uno de los callejones más famosos de la ciudad es el reconocido y mítico Entrerrúas. Conecta dos de las calles más emblemáticas de Santiago, la Rúa Nova y la Rúa do Vilar, y además son muchos los que creen que es la callejuela más estrecha de la capital.

La realidad es otra, ya que el callejón que ostenta este honor en Compostela es la rúa da Oliveira, que da acceso a otro punto muy popular en la ciudad, la "ruela de Sae se podes", que se llama así porque da acceso a un patio sin salida. Este callejón tiene apenas 70 centímetros de ancho, en la parte más estrecha, lo que hace casi imposible que dos personas puedan caminar a la vez por el mismo sitio.