Aumentan un 35 % los usuarios del bus del aeropuerto y muchos ya se quedan en tierra

Los fines de semana, con una media de entre tres y cuatro mil viajeros en las líneas 6 y 6A, se suelen producir colapsos // Tussa plantea un reajuste en base a los horarios de los vuelos

Colapso en las líneas 6 y 6A del transporte público

Arturo Reboyras / Javier Rosende Novo

Las líneas 6 y 6A del transporte urbano, que conectan el centro de la ciudad con el aeropuerto de Rosalía de Castro, experimentaron en el primer cuatrimestre del año un aumento de pasajeros del 35 % con respecto al mismo periodo de 2022. Entre enero y abril se contabilizaron un total de 74.763 usuarios frente a los 55.193 del año pasado. Este incremento explicaría, según Tussa, los colapsos que está sufriendo el servicio, a la espera de que el nuevo contrato del transporte público ponga en marcha el bus lanzadera que conectará directamente el centro de la ciudad con la terminal, sin paradas intermedias. “Si se registró un aumento de 20.000 pasajeros en la temporada baja, todo apunta a que la cifra todavía aumentará más este verano”, señala el concejal de Mobilidade, Gonzalo Muíños, antes de apuntar que actualmente “no hay mucho margen de maniobra” para reforzar el servicio, a la espera de la ejecución del nuevo contrato.

Pasajeros que se quedaron en tierra / a. hernández

Pasajeros que se quedaron en tierra / a. hernández / ARTURO REBOYRAS

Se percibe que el servicio es insuficiente sobre todo los fines de semana, cuando muchos pasajeros se quedan en tierra una y otra vez porque el autobús va a tope, corriendo el riesgo de poder perder el avión. EL CORREO GALLEGO se desplazó este domingo hasta la parada de San Roque, la última de la zona plenamente turística, para ver in situ la situación de la línea. Al filo de las 18.00 horas llegaba el bus 6A prácticamente lleno. En la marquesina esperaban sobre unas veinte personas, peregrinos y turistas principalmente con la intención de ir al aeropuerto. Los domingos viajan en las líneas 6 y 6A entre 3.000 y 4.000 pasajeros de media, de los que el 55 % demandan un billete entre el centro urbano y la terminal, o viceversa.

De la veintena que se agolpaba este domingo a la puerta del bus no todos corrieron la misma suerte. En cuanto al conductor le saltó el aviso de aforo completo comunicó a los que quedaban en la cola que tendrían que esperar al siguiente bus. Entre seis y ocho personas, casi todas extranjeras, se quedaron en tierra. Uno explicaba que llevaba cuarenta minutos esperando este autobús y que el próximo tardaría otros treinta minutos en llegar como mínimo, por lo que aumentaban las posibilidades de perder el vuelo.

En este caso el vehículo se llenó en San Roque, pero usuarios habituales señalan a este diario que muchas veces se completa ya en la parada del Hórreo, tras llegar casi sin plazas de la estación intermodal. Una vez se llena en el Hórreo ya no para en Virxe da Cerca, San Roque ni otras paradas, salvo que se baje algún pasajero en marquesinas intermedias, hasta que llega al aeropuerto.

Desde Tussa detallan que los días laborables las líneas 6 y 6A son utilizadas por unas 6.500 personas de media, de las que el 48 por ciento son viajeros que proceden o se dirigen al aeropuerto de Lavacolla. “Detectamos que los fines de semana, sobre todo el domingo por la tarde, hay una concentración de vuelos que provoca que el servicio se colapse”, explica José Ramón Mosquera, gerente de la empresa que gestiona el servicio de transporte público.

El bus llegó casi completo a San Roque/ a. hernández

El bus llegó casi completo a San Roque/ a. hernández / ARTURO REBOYRAS

La frecuencia del lunes al sábado por la mañana es de 20 minutos, mientras que la tarde de los sábados y el domingo aumenta a 30. Gonzalo Muíños insiste en que “es muy importante que los usuarios que no van al aeropuerto procuren utilizar la línea 6 y dejen la 6A para uso exclusivo de los pasajeros de la terminal”. Reconoce que “es evidente que un usuario siempre va a coger el primer autobús que sabe que le lleva a su destino”, pero en este caso incide en que “es necesario que la línea 6A quede a disposición de los usuarios que van al aeropuerto para que no se produzcan colapsos del servicio mientras no llega el bus lanzadera que contempla el nuevo contrato”.

Teniendo en cuenta el bum de turistas y peregrinos que se espera para este verano, en plena resaca del Año Santo, desde Tussa y la Concellería de Mobilidade están trabajando ya en un plan para optimizar la línea teniendo en cuenta la limitación de recursos. “Estamos haciendo un estudio de los vuelos día por día para tratar de reforzar el servicio en los horarios de mayor concentración de tráfico en el aeropuerto”, explica Muíños, a la vez que apunta que también se tratará de reducir el tiempo de espera entre la llegada del bus a la terminal y su salida para tratar de incrementar las frecuencias.

Recuperación de la demanda

El edil de Mobilidade también confirmó ayer que la red de transporte público urbano de Santiago batió el pasado jueves una cifra récord de usuarios, superando los 30.000 en una sola jornada. “Es una excelente noticia, puesto que se confirma que los ciudadanos apuestan por el transporte público para sus desplazamientos por la ciudad”, manifestó Muíños, al tiempo que indicó que la tendencia de los últimos meses confirma “la recuperación del servicio tras los meses de la pandemia”.

Por su parte, el alcalde, Xosé Sánchez Bugallo, recordó ayer que el nuevo contrato del transporte público urbano no solo habilitará una línea lanzadera entre el centro de la ciudad y el aeropuerto, sino que también incluirá una ruta que permita conectar la zona urbana con el polígono del Tambre, que en estos momentos carece de este servicio, debido a que el parque empresarial se encuentra dentro de la concesión de la línea metropolitana de Santiago a Sigüeiro. Así, el Tambre tendrá bus urbano con varia frecuencias.