Julián Barrio expresa su malestar sobre la nueva pintada en la Catedral y llama a la responsabilidad colectiva

Por otro lado el arzobispo emérito de Santiago ha hecho un resumen de su episcopado, del que resaltó la visita del Papa Benedicto XVI en el año 2010 bajo su liderazgo al frente del arzobispado

El arzobispo emérito Julián Barrio

El arzobispo emérito Julián Barrio / ECG

E.P.

El arzobispo emérito y administrador apostólico de Santiago de Compostela, Julián Barrio, ha manifestado su malestar por las pintadas que aparecieron en la fachada oeste de la Catedral de Santiago durante el pasado fin de semana en el que se celebraban las fiestas de la Ascensión en la capital gallega.

El eclesiástico ha participado este miércoles de una conferencia de prensa de presentación de la memoria del 2022 de la organización católica Caritas Diocesana de Santiago de Compostela, donde ha expresado que "el patrimonio cultural hay que cuidarlo muchísimo y esto es responsabilidad de todos".

"La administración tiene su parte, pero esta es una realidad de la que todos debemos sentirnos responsables. Tenemos que tratar de ir formando culturalmente a las personas para evitar estos hechos", ha añadido el prelado.

La pintada fue encontrada el sábado sobre la piedra de la fachada del palacio arzobispal. La misma, fue cubierta el mismo día por la mañana hasta que se analice que pintura fue empleada y le den un tratamiento correcto para que no dañe la piedra.

BALANCE DEL ARZOBISPO EMÉRITO

Por otra parte, el arzobispo emérito de Santiago ha hecho un resumen de su episcopado, luego de dejar el cargo tras 27 años, de los que resaltó la visita del Papa Benedicto XVI en el año 2010 bajo su liderazgo al frente del arzobispado.

En la misma línea, ha explicado que la atención de los peregrinos es algo que la diócesis debe cuidar siempre. "He dedicado, en la medida de mi responsabilidad, los esfuerzos para que los peregrinos puedan ser los portadores de la voz del camino de Santiago", ha añadido el prelado.

Por ello, Barrio se ha mostrado satisfecho con esa labor porque "hoy en día no se sabe cuándo es año Santo por la cantidad de peregrinos que vienen".

Además, se ha referido al robo del Códice Calixtino, ocurrido en julio de 2011, como el momento más desagradable que le tocó vivir al frente de la diócesis.