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El contrato de los buses se suspende de forma cautelar tras el recurso de cinco empresas

El Grupo Monbús, Autos Carballo, Transmiño, Avanza y Transdev Norte no están de acuerdo con las condiciones // La renovación de la flota podría demorarse

Varias persoas subiendo a un autobús de la línea C11 a su paso por la compostelana rúa de Xeneral Pardiñas

Varias persoas subiendo a un autobús de la línea C11 a su paso por la compostelana rúa de Xeneral Pardiñas / Jesús prieto

Tras varios incendios, averías habituales y un servicio claramente insuficiente para rutas como la del aeropuerto —con autobuses abarrotados o que directamente dejan en la parada a los pasajeros—, Santiago espera desde hace años un nuevo contrato del transporte público urbano. A mediados de abril, el Concello aprobó su licitación por 86 millones de euros durante los próximos 13 años. Pero cinco empresas del sector han presentando recurso y el Tribunal Administrativo de Contratación Pública de la Xunta lo ha suspendido de forma cautelar.

El concurso público ha suscitado ya el interés de compañías como Alcalabus (del grupo Monbús), Autos Carballo, Transmiño, Avanza y Transdev Norte, tres españolas y dos portuguesas. Pero todas ellas consideran que el contrato tiene algún tipo de fallo. Según fuentes consultadas por EL CORREO algunas alegan que no se recoge la subida salarial pactada con los trabajadores del sector en la negociación del último convenio, con lo que las cifras previstas para gasto en salarios (4,3 milllones el primer año y 5,04 el último de la concesión) no han sido bien calculadas. Además, denuncian problemas para poder contar con una nueva dársena para autobuses y otras instalaciones durante el primer año.

Pese a suspender cautelarmente el contrato, el Tribunal Administrativo de Contratación Pública mantiene abierto el plazo para que puedan seguir preséntandose más empresas interesadas en prestar el servicio. La previsión que manejaba Raxoi es que el 12 de este mes se cerrase el plazo de admisión de ofertas. Ahora el órgano de la Xunta de Galicia tendrá que analizar el contenido del contrato para determinar si da o no la razón a los recurrentes y el Concello tiene que rectificar sus planteamientos. En este caso, la renovación de la flota de autobuses en Santiago tendría que volver a retrasarse. Se esperaba para finales de año o principios del próximo.

El Concello no se muestra excesivamente preocupado por los recursos presentados y tampoco cree que vayan a hacer que la llegada de la nueva flota de vehículos se demore en exceso. Admite, eso sí, que el plazo podría ampliarse unas dos o tres semanas, pero indica que ya contaban con ello. El plazo de admisión de recursos ya está cerrado y la intención de Raxoi, explican fuentes de la Alcaldía, es emitir los informes requeridos por el tribunal la semana que viene y proceder también a una ampliación del plazo para presentar ofertas. El objetivo, sostienen, es darle tiempo al Tribunal para que resuelva los recursos presentados. De este modo se atiende, además, la petición de algunas de las compañías interesadas en el concurso que pidieron precisamente más tiempo. Raxoi plantea darles 14 días más con lo que la fecha límite para presentarse al concurso acabará el 26 de junio. “Era de esperar la presentación de recursos, habituales en este tipo de contratos, y demuestra el interés que hay en el sector por el concurso de Santiago”, zanjan desde el Concello de Santiago.

Una larga espera

Pasajeros intentando entrar en el autobús que va al aeropuerto en la parada de San Roque /Antonio hernández

Pasajeros intentando entrar en el autobús que va al aeropuerto en la parada de San Roque / Antonio hernández

“Este contrato fue una carrera de obstáculos”, afirmó el alcalde Xosé Sánchez Bugallo durante la rueda de prensa en la que el 17 de abril anunciaba la licitación pública. Raxoi trabajaba en un pliego de condiciones pero la trasposición de una directiva europea a la legislación española le obligó a cambiarlas. Europa pedía que todos los vehículos fuesen de bajas emisiones. El Concello tenía previsto licitar un contrato con 33 vehículos convencionales y otros 25 se propulsarían con energías más limpias (tres de ellos de emisiones cero). Finalmente, el contrato contempla la renovación de toda la flota de autobuses, un total de 58, que pasarán a ser 100% eléctricos (13 vehículos) o cero emisiones (45 vehículos). La empresa que resulte adjudicataria en el concurso tendrá un año para poner en funcionamiento la nueva flota. En los primeros 30 días, además, deberá renovar provisionalmente por otros más modernos los autobuses que circulan actuamente por las calles de Compostela. No se han renovado desde 2012, salvo los 11 que hubo que alquilar el pasado mes de noviembre después de que varios incendios certificasen el mal estado en el que se encontraba la flota.

En la imagen, la retirada del autobús, justo ante la Estación Intermodal

En la imagen, retirada de un autobús averiado delante de la Estación Intermodal

La renovación del contrato permitirá también una reordenación de las rutas de los autobuses, que aún no está completamente definida. Uno de los problemas que tendrá que resolverse es la conexión con los polígonos industriales. Actualmente los más de 9.000 trabajadores de los polígonos industriales de Santiago se encuentran sin línea directa de bus (en el caso del Tambre) o con un servicio en el que las frecuencias son de una hora (Costa Vella-Sionlla). También habrá de mejorarse la conexión con el aeropuerto, con una línea colapsada y que a menudo deja tirados a turistas y compostelanos que necesitan viajar a la terminal de Lavacolla. Para este caso concreto el contrato licitado en abril ya contempla una subida del precio del bus al aeropuerto que pasará a costar seis euros (ida) y diez (ida y vuelta).

Subida de tarifas

No será el único servicio que suba de precio. Con la renovación de la flota de los autobuses, se encarecerán la tarifas que llevaban también años sin actualizarse. El precio del billete ordinario podría pasar de un euro a 1,58, según consta en el contrato de concesión del transporte público urbano de Santiago. El Concello seguirá aplicando bonificaciones y si se utiliza el bono ordinario el precio descenderá hasta los 0,71 céntimos. Los pensionistas, que hasta ahora viajaban gratis, tendrán además que empezar a pagar 0,45 céntimos por trayecto cuando lleguen a los 100 viajes. El Concello estima, que la subida, podría acarrear un descenso del número de viajeros que perderá un 10% de usuarios.