LAS CLAVES DE LA MEJORA DEL EMPLEO

Santiago redujo el paro desde el verano de 2020 en diez puntos más que Galicia

El mercado laboral compostelano muestra una mejor recuperación con una rebaja del desempleo del 37% sobre la época de la pandemia

El tirón de comercio, hostelería y actividades de tipo administrativo explican la diferencia

Un trabajador de la hostelería atiende la terraza de un establecimiento en la compostelana rúa do Franco / antonio hernández

Un trabajador de la hostelería atiende la terraza de un establecimiento en la compostelana rúa do Franco / antonio hernández / roi rodríguez

Aunque la temporada estival es tradicionalmente favorable para la creación de empleo y España bate récords de puestos de trabajo rozando los 21 millones de cotizantes, Santiago registró el pasado julio 18 parados más en comparación con el mes anterior a pesar del importante repunte del turismo. No obstante, al igual que sucede con determinadas obras de arte, este tipo de datos hay que analizarlos desde una cierta distancia para poder comprender todos los matices.

Así, si se amplía la mirada y se compara la situación actual con la del verano de 2019, último antes del inicio de la pandemia, la perspectiva cambia radicalmente: el número de demandantes de una colocación en la ciudad es hoy, a falta de que en unos días se conozcan las cifras correspondientes al mes de agosto que proporciona el Ministerio de Trabajo, casi un 22% menor que entonces.

Según las estadísticas de la Consellería de Promoción do Emprego e Igualdade, las dependencias del antiguo Inem cuentan con 3.969 compostelanos inscritos en sus listas, frente a los 5.080 que marcaban hace cuatro años, 1.111 menos que antes de la irrupción de la covid, que propinó un duro golpe tanto al mercado laboral como a la sociedad. Un comportamiento descendente que mejora el del conjunto de la comunidad, que en julio de este año suma 127.445 parados, un 15 % menos que en el mismo período de 2019, donde alcanzaba los 150.921.

Más llamativa es aún la evolución si se hace la comparativa con la situación de julio de 2020, donde los efectos del virus, que conllevaron el cierre de numerosos establecimientos o la rebaja de sus plantillas, elevaron el número de inscritos en las oficinas de empleo en Santiago hasta los 6.342, con lo que desde ese entonces los parados se redujeron en un 37,4% mientras que a nivel autonómico la cifra escalaba a 175.311 frente a los actuales 127.445, un recorte del 27,3%, diez puntos menos al experimentado en Compostela.

Sensaciones positivas, sí, pero que no tapan el debate de fondo sobre el tipo de mercado laboral que se genera y las actividades en las que están asentados los puestos, que en el caso concreto de la capital gallega se concentran en buena medida en hostelería y comercio, muy vinculadas con la llegada de viajeros. Además, el último trimestre del año, con el fin de las vacaciones y la entrada del otoño, no suele ser especialmente propicio para el mercado laboral.

Las claves

La evolución del empleo, según el análisis de CCOO Galicia, responde a una buena recuperación pospandémica del conjunto de la economía en el Estado, que repercute en todos los ámbitos. “Las medidas puestas en marcha por el Gobierno de estímulo de la actividad económica y mantenimiento de los puestos de trabajo, junto con el impacto de la reforma laboral, son los elementos que consideramos que hacen que en España, en Galicia y en Santiago se recuperase rápidamente el nivel de empleo precovid”.

En Santiago, prosigue a preguntas de este periódico la responsable de Emprego de la organización, Maica Bouza, el comportamiento es mejor que en el conjunto de Galicia. “Hay una cierta correlación entre los datos del paro registrado y las afiliaciones a la Seguridad Social, lo que indica que esa reducción de demandantes está motivada por una creación de empleo en los diferentes sectores”, explica. Y fundamentalmente, añade, en el sector servicios y sobre en tres focos concretos: comercio, hostelería y actividades de tipo administrativo, donde el porcentaje de caída del paro es superior a la que se da en la comunidad.

Santiago redujo el paro desde el verano de 2020 en diez puntos más que Galicia

Santiago redujo el paro desde el verano de 2020 en diez puntos más que Galicia / roi rodríguez

“Estamos delante de una creación de empleo mayoritariamente en las actividades que nosotros denominamos de bajo valor añadido”, argumenta la responsable de CCOO. “De hecho, en los datos del último mes vimos como en Santiago se daba un comportamiento diferente al del conjunto del Estado. Cuando estábamos continuamente viendo peregrinos, paradójicamente el desempleo subió. Asistimos a un 'bum' de un modelo del sector servicios que a lo mejor está dando una vuelta”, razona.

También se generaron puestos de trabajo en las actividades de tipo administrativo, un dato que Bouza ve “positivo” pues no está tan ligado a la estacionalidad sino que puede tener un componente más coyuntural que implique un mantenimiento del empleo a medio plazo. “Aún así pensamos que la evolución del empleo en Santiago, siendo muy positiva, nos tiene que hacer pensar sobre dónde se está creando empleo y de qué tipo para cuando pueda cambiar la coyuntura económica”, advierte.

Hace falta más industria

Desde CCOO, recuerda Bouza, llevan muchos años diciendo que Santiago no puede pivotar exclusivamente en el sector turístico, pues más allá de que tiene ciclos positivos, está ligado a la coyuntura. “Si las cosas van bien la gente tiene posibilidades económicas y viaja o hace el Camino. Pero si no van bien, el ocio es uno de los primeros bienes de los que prescindes. Por lo tanto, siempre apostamos porque Santiago debe ser una ciudad industrial y no conformarnos con ser solo una ciudad de servicios”, indica.

Reclama una ciudad industrial que ligado a este sector tenga actividades de tipo tecnológico y de valor añadido. En este sentido, todas iniciativas que se están desarrollando en el campo tecnológico –como por ejemplo el Biopolo de A Sionlla–, considera que son “positivas, son muy necesarias”, aunque “claramente insuficientes para compensar los años de retraso que llevamos con este modelo excesivamente escorado haciea el turismo fácil”.

Algunas inquietudes

“Hay que ponerse rápido a hacer los deberes”, alerta, recordando que el último trimestre del año no acostumbra a ser bueno en términos de empleo, especialmente para las zonas que dependen excesivamente del turismo. “Los datos del último mes reflejaron alguna inquietud que es lo que nos hace estar especialmente atentos ante el último trimestre”, vaticina. “Hasta ahora el año fue muy bueno, pero que si atendemos a la evolución del grueso del empleo, que es del sector servicios, puede preocupar que ahora se vaya acabando la campaña de peregrinos. En otoño, por las características climatológicas de Galicia, suele bajar la llegada de turistas y eso puede tener una repercusión en el empleo en Santiago y en Galicia”, sentencia.