El empleado de la empresa de grúas fue de los primeros en auxiliar al fallecido de Conxo y comunicarse con la Policía

Jorge Santiago Santiago llevaba ropa reflectante cuando sufrió el atropello mortal

Los investigadores señalan el relato de los pinchazos como la principal hipótesis

El abogado Evaristo Nogueira ejercerá la acusación en representación de la familia de la víctima

Los acusados por el atropello mortal en Santiago de Jorge Santiago a su llegada a los juzgados

Los acusados por el atropello mortal en Santiago de Jorge Santiago a su llegada a los juzgados / David Suárez

El empleado de la empresa de grúas que reside en la rúa da Poza Real de Arriba fue una de las primeras personas que auxilió a Jorge Santiago Salgado, de 59 años, después de ser atropellado mortalmente por Iván Méndez Fernández al filo de las 05.45 horas del pasado martes en esta calle del barrio compostelano de Conxo. Según ha podido saber este periódico, este vecino, que trabaja desde hace tiempo en la compañía de grúas del padre del supuesto conductor que acabó con la vida de Santiago Salgado, pudo oír desde el interior de su casa un fuerte ruido en la calle, similar al de una colisión, que lo puso en alerta. Y cuando salió a la calle se encontró con el cuerpo sin vida de la víctima sobre una zona de zarzas junto a una acera. Fuentes policiales confirman que este hombre es uno de los testigos auditivos de los hechos (visuales no hay) y una de las primeras personas que auxiliaron al fallecido y se comunicaron con la Policía para advertir de lo que había sucedido.

Cuando los agentes llegaron a la rúa da Poza Real de Arriba se encontraron con el cuerpo de Jorge Santiago sin vida. El hombre vestía ropa reflectante, un hábito en sus paseos matutinos con el perro, un dato que también ratificaron los testigos que encontraron el cuerpo, entre los que se encontraba el empleado de la empresa de grúas. Este también habría denunciado verbalmente en ese mismo momento ante los agentes que había sufrido pinchados en las ruedas de su vehículo de trabajo en los últimos tiempos de manera reiterada. Además, indicó que a causa del suceso la grúa había sufrido daños en un lateral. Los investigadores creen que en algún momento de la maniobra de atropello el coche que conducía Iván Fernández habría rozado lateralmente con el camión-grúa propiedad de su padre que estaba estacionado en uno de los márgenes de la calle, de ahí que la puerta del conductor del Mercedes Benz A200 haya quedado prácticamente destrozada.

Los pinchazos en una grúa que desencadenaron el suceso

Este vecino y trabajador de la empresa del padre del detenido habría sugerido a su jefe unos días antes del suceso, tras producirse los pinchazos en las ruedas, dejar estacionada cada noche la grúa en la nave de la empresa, situada en la localidad de Teo; sin embargo el propietario del taller se habría negado, asegurando que tarde o temprano darían con las personas que estaban detrás de este supuesto boicot. Fue su hijo, como él mismo declaró en su llamada al cuartel de la Guardia Civil de O Milladoiro, quien admitió haber hecho guardia y atropellado a Jorge Santiago de manera intencionada al creer que era la persona que estaba detrás de los pinchazos. Al respecto, cabe señalar que tras la declaración de dos testigos, la del propio acusado y la de un familiar suyo, los investigadores consideran hoy por hoy el relato de los pinchazos como la versión más creíble de lo sucedido, si bien “siguen abiertas todas las hipótesis”. Aunque no se descarta que pueda haber otros motivos, como algún tipo de cuestión laboral relacionada con el trabajo de la víctima y la del acusado, este sería en principio el motivo que llevó a Iván Méndez a arrollar a Jorge Santiago. También es probable, indican fuentes policiales, que su intención fuese “darle un susto” que finalmente “se le fue de las manos” y acabó en tragedia.

La víctima, perito de coches

La víctima estaba en ese momento, como cada madrugada, paseando su perro antes de acudir a su puesto de trabajo como perito de coches. Salió con ropa reflectante y habría sido visto por Méndez y por su novia, Débora Gómez, cuando interactuaba con su perro delante de la grúa que había sufrido daños en otras ocasiones. Aunque el abogado de Iván Méndez sostiene que se trató de un lamentable accidente, el hecho de que la víctima llevase una ropa que permite la visibilidad de noche, y las marcas que dejaron las ruedas sobre la acera, supone para la Policía un indicio claro de que el suceso no fue un accidente fortuito y que hubo una intencionalidad, como reconoció el propio acusado en su primera declaración a las autoridades. Iván Méndez está desde este jueves ingresado de forma preventiva en la prisión de Teixeiro acusado de un delito que todavía está por determinar: homicidio o asesinato; mientras que su pareja ha quedado en libertad con cargos, y deberá comparecer en el juzgado cada quince días.