Descontrol y miedo por un narcopiso en Quiroga Palacios: "Allí se mete lo peor de Santiago"

La vivienda está okupada por una pareja de drogodependientes desde que en 2020 falleció su propietario

Durante el último año las incidencias en la zona se han disparado

Portal del inmueble Nº24 de la calle Quiroga Palacios dónde se ubica este supuesto narcopiso

Portal del inmueble Nº24 de la calle Quiroga Palacios dónde se ubica este supuesto narcopiso / David Suárez

Un supuesto narcopiso situado en el número 24 de la calle Quiroga Palacios de Santiago se ha convertido en el mayor quebradero de cabeza para los residentes de la zona desde 2020. La comunidad de vecinos y el propietario del piso han tramitado varias denuncias en los últimos años con el objetivo de conseguir el desalojo de la vivienda pero hasta la fecha no lo han logrado. Todo comenzó durante la pandemia, cuando el inquilino de la vivienda acogió en ella a un hombre drogodependiente. Fue entonces cuando comenzaron los problemas de convivencia en el barrio. "Era problemático y se le iba mucho la cabeza", asegura un vecino a EL CORREO GALLEGO.

Poco después de que este hombre comenzase a vivir en el piso, falleció el propietario de la vivienda. Su hijo heredó la propiedad, pero ya no pudo acceder a ella por la negativa a abandonarla del 'inquilino', que también aprovechó la situación para meter a su pareja. Ambos vivieron desde entonces en situación de 'okupación'.

Hasta hace aproximadamente un año, los problemas no iban más allá de las situaciones habituales que puede generar un inmueble ocupado por drogodependientes. Sin embargo, desde que el hombre entró en prisión y su pareja se ha quedado sola en el piso las incidencias en la zona se han disparado.

"Realmente el problema lo tenemos con ella. Ahora mete en la vivienda a lo peor que hay en Santiago" declara una vecina del barrio a este diario, "Aquí hay mucha venta de droga y la Policía viene habitualmente". Los vecinos del inmueble "tienen pánico y están hasta las narices de discutir con la mujer. Para ellos es horrible. Cuando el hombre vivía en el piso allí no se vendía nada, pero con ella todo ha cambiado. En ese edificio viven menores y muchas veces se encuentran a drogodependientes con la cuchara en las escaleras. A esa gente le da igual todo", añade este mujer, que asegura que "un camello incluso se pone de vez en cuando a vender a plena luz del día. He llamado a la Policía muchas veces".

El supuesto narcopiso se sitúa en el último piso del inmueble

El supuesto narcopiso se sitúa en el último piso del inmueble / David Suárez

No son solo los residentes del edificio quienes sufren las constantes idas y venidas de drogodependientes que acuden al piso para conseguir su dosis. En los negocios de la zona los pequeños hurtos se han convertido en algo habitual. "Ayer aprovecharon un momento en que había un montón de gente. Eran dos y, claro, uno por un lado, otro por el otro... es imposible controlarlos", cuenta una comerciante del barrio. "Mi marido quería ir detrás de ellos pero le dije que los dejara ir. Por un par de zumos y alguna trapallada más es mejor no meterse en líos", añade.

En otro negocio del barrio lo que más preocupa es la caída de las ventas durante este último año. "Hemos notado mucho bajón, la gente no quiere parar porque tiene miedo a venir por esta zona", lamentan sus dueños antes de comentar la mala fama que ha ido adquiriendo la calle Quiroga Palacios.

Los negocios de la zona están preocupados por el bajón de ventas que han notado este último año

Los negocios de la zona están preocupados por el bajón de ventas que han notado este último año / David Suárez

Otra de las consecuencias del aumento del trapicheo en la zona durante 2023 es el incremento en la cifra de drogodependientes. Cada vez hay más personas atrapadas en el mundo de la droga. "Hay chavales que veías con un aspecto normal y ahora, pocos meses después, su imagen está muy deteriorada... sin dientes y sin asearse. Y cada hay vez más", aseguran vecinos del barrio.

Estos mismos vecinos apuntan que la calle Quiroga Palacios no es el único foco de droga en la zona. Señalan puntos como la rúa de San Pedro, en la que muchos de estos drogodependientes encuentran a primera hora de la mañana a un distribuidor que "viene de la zona del Ensanche en un monopatín eléctrico, reparte las dosis con total impunidad y se va". "A veces hay hasta seis o siete personas esperándolo", aseguran.  

La orden de desalojo

El continuo trasiego de entrada y salida de drogodependientes a cualquier hora del día es lo tónica habitual para unos vecinos que ya no aguantan más. Según ha podido saber este diario, el pasado día 13 de noviembre estaba prevista en los juzgados de Santiago una vista en la que, en principio, el actual propietario quería reclamar una orden de desalojo para el inmueble.

Cuando este diario recaba información en la zona para este reportaje, unos trabajadores del Juzgado acababan de intentar entregar una orden de desalojo a la mujer que 'okupa' el piso pero ésta se negó a abrir la puerta de la vivienda. EL CORREO GALLEGO también ha tratado de contactar con el propietario del piso para conocer su versión sin conseguirlo.