Lluvia de regalos, ilusión y nerviosismo en el día de Reyes

En muchos de los hogares compostelanos se vivieron durante este domingo escenas de alegría cuando los pequeños de la casa abrieron sus regalos

Las hermanas Clara y Marta no tardaron en despertar y comenzar a desempaquetar

Ilusión y nerviosismo a partes iguales se entremezclaban en los hogares compostelanos cuando los más pequeños se despertaron este sábado y comprobaron que los Reyes Magos habían dejado regalos debajo del árbol. Un día en el que la mayoría de los niños y niñas se levantan sin que nadie los despierte, normalmente a primera hora de la mañana, y en el que se enfrentan a la difícil tarea de desempaquetar los regalos para comprobar si Melchor, Gaspar y Baltasar han cumplido sus peticiones trayéndole lo que semanas atrás pidieron por carta.

Las hermanas Clara y Marta, de 12 y 8 años, ya mostraban a su madre la ilusión por los Reyes en la tarde del viernes, cuando se acercaron desde Milladoiro a Santiago para ver la cabalgata. “Es una tradición pasar esa tarde en Compostela. Bajamos temprano porque durante el desfile se concentra mucha gente en la ciudad y un año más nos situamos en la calle Frei Rosendo Salvado para despúes continuar acompañados de la cabalgata hacia el Obradoiro”, cuenta en conversación con EL CORREO su madre Raquel.

Como cada año, las pequeñas hicieron cola para hablar con Sus Majestades en el Pazo de Raxoi, en esta ocasión acompañadas de sus primas, y disfrutaron también del chocolate con churros que ofrecía gratuítamente el Concello. “Les tocó estar unos minutos con Baltasar y estaban muy contentas”, asegura.

Al llegar a casa, Raquel ya percibió que no tenían ganas de irse para cama, y a pesar de su insistencia, al final las niñas se acostaron tarde porque “querían escuchar ruidos”.

Su madre cuenta que ambas se despertaron temprano, si bien ella intentó que se quedasen en en cama un poco más. Finalmente, se levantaron a las nueve de la mañana y fueron corriendo directas al salón para descubrir lo que le habían dejado los Reyes debajo del árbol. 

En medio de muchos regalos, ya que también había algunos para primos y otros familiares, Clara y Marta empezaron a buscar aquellos que llevaban sus nombres y en pocos minutos los tenían todos abiertos. Las dos recibieron varias piezas de ropa, alguna muñeca y otros juguetes. “La verdad es que estaban muy contentas”, asegura su madre.

Pero la tarea no se terminó ahí, ya que horas más tarde les tocó desplazarse a casa de sus abuelos y tíos para abrir los regalos que habían dejado allí los Reyes Magos. “Una de las cosas que más les llamó la atención fue un perro unicornio en casa del abuelo”, dice Raquel. 

En resumen, Clara y Marta han vivido una mañana intensa y cargada de alegría como cada año por estas fechas. Daniela, de 22 meses y Nora, de 8 años, son otras dos niñas que en la mañana de este sábado disfrutaron abriendo y estrenando sus Reyes.