Plan ‘piloto’ para la renovación de la flota de taxis: llegan los dos primeros vehículos 100 % eléctricos

El gremio está a la expectativa del resultado de estas nuevas incorporaciones de cara a decidirse en un futuro por esta opción o el hidrógeno verde 

Denuncia la inexistencia de puntos de carga en las paradas: “Es fundamental”

Borja Abeijón, ayer, al volante de su taxi Tesla cien por cien eléctrico en la compostelana plaza del Obradoiro

Borja Abeijón, ayer, al volante de su taxi Tesla cien por cien eléctrico en la compostelana plaza del Obradoiro / Jesús Prieto

La incorporación de los dos primeros vehículos 100 % eléctricos a la flota de taxis de Santiago ha supuesto el arranque de una especie de plan piloto de cara a la renovación integral del parque móvil de este servicio publico. El presidente de Radio Taxi, Jesús García, explica que en los últimos meses se han incorporado a la flota dos nuevos turismos eléctricos: un Skoda y, más recientemente, un Tesla, ambos totalmente ecológicos, puesto que no generan ningún tipo de emisión. 

“Estamos todos un poco a la expectativa del resultado que dan estos dos coches para ver qué hacemos en el futuro, cuando nos toque al resto”, señala García, antes de apuntar que “está claro que no vamos a seguir con coches híbridos, porque tienen consumos altos y, además, solo permiten acceder a mil euros de subvención de la administración pública”. El presidente de Radio Taxi sostiene que el futuro de la flota pasa por los vehículos cien por cien eléctricos o de hidrógeno verde. Estos últimos, indica, “tienen la ventaja de que no se pierde tiempo cuando se acaba el combustible, ya que se cambia la bombona en cuestión de segundos y se puede seguir trabajando”. No obstante, prefiere ser prudente a la hora de decantarse por una de las dos opciones y señala que el resultado que den el Skoda y el Tesla a sus propietarios será fundamental a la hora de tomar decisiones de cara a adquisiciones futuras. 

De todas formas, Jesús García advierte de la escasez de puntos de recarga eléctrica que sufre la ciudad. “Ninguna parada tiene punto de recarga y evidentemente supone un problema si queremos apostar por los vehículos cien por cien eléctricos”, indica el presidente del colectivo, a la vez que explica que “actualmente cuando están en el aeropuerto tienen que ir a un hotel cercano y cuando se encuentran en el centro de la ciudad tienen que buscarse la vida para cargar la batería”. Evidentemente, si se avanza en una transformación hacia una flota cien por cien eléctrica, “habría que buscar una solución, se necesitarían puntos de carga en las paradas y además de carga rápida, ya que un taxi no puede estar parado varias horas mientras se recargan las baterías”, manifiesta Jesús García. 

“Consume 1,5 euros de energía cada cien kilómetros”

Borja Abeijón es el propietario del último taxi cien por cien eléctrico que se incorporó a la flota, un Tesla 3 que recorre las calles de Santiago desde hace unas semanas. “El principal motivo por el que me decanté por este modelo es el precio. Aunque algunos piensen que Tesla es una marca de lujo, no es cierto; compré un coche de alta gama, pero no de lujo”, defiende Abeijón, antes de justificar su argumento con cifras: “Puedes comprar un Skoda eléctrico, pero de gama baja, por 36.000 euros; a mí el Tesla me ha costado 41.000, y con la batería grande, que permite una autonomía de 550 kilómetros”. 

Además, el titular de la licencia también tendrá opción de acceder a una subvención de 4.000 euros por haber adquirido un coche totalmente eléctrico. “Yo hice números y me compensa: hago de media unos 300 kilómetros al día, porque trabajo principalmente en el centro de la ciudad, la batería tiene una autonomía de 550, por lo que, en mi caso, con hacer una carga por la noche en casa es suficiente”. 

Abeijón confiesa que también se ha decantado por la opción eléctrica por una cuestión de rentabilidad: “Recorrer cien kilómetros me cuesta en torno a 1,5 euros”, por lo que cargar la batería completa le sale en torno a 7,5 euros. “Yo tengo muy claro que el coche eléctrico es el futuro”, señala el taxista compostelano, que lleva tres años trabajando en este sector. 

Hasta ahora tenía un Dacia, que heredó del anterior propietario de la licencia. “En cuanto pude cambiar y comparé precios, no dudé en el Tesla”, un modelo que llama la atención en la capital gallega. “Algún cliente se ha subido en la plaza de Galicia para ir hasta San Pedro, solo porque vio el coche y quería subirse para probarlo”, comenta Abeijón, que confía en tener coche para cuatro o cinco años.  

Proceso de transformación

La apuesta por reducir la contaminación y avanzar hacia un mundo más sostenible obligará a la industria de la automoción, entre otras, a pisar a fondo el acelerador para reorientar su oferta de vehículos impulsados total o parcialmente por motores de combustión hacia modelos con emisiones cero. La Unión Europea puso 2035 como fecha límite a los coches alimentados con gasolina o gasóleo. El tiempo vuela y el futuro parece pasar por los turismos y furgonetas eléctricas, que ya son hoy una realidad. Sin embargo, pese a que la electromovilidad está subiendo impulsada por el alto precio de los combustibles fósiles, la red de estaciones de recarga para no quedarse sin batería está todavía en pañales. Al menos en ciudades como Santiago, que aglutina alrededor de 50 puntos repartidos en centros comerciales, concesionarios de automoción, aparcamientos o gasolineras –según datos ofrecidos por el portal Electromaps el pasado mes de marzo–, que se quedan “insuficientes”. 

“El eléctrico que ahora mismo está de moda es el híbrido enchufable, con autonomías muy escasas de entre 50 y 70 kilómetros, entonces cuantos más puntos de recarga haya mejor”, explican desde la Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos (Auve). “No llegan a nada”, resume Juan Furones, el delegado de la organización en la provincia de A Coruña. “Hay una directiva europea que dice que los aparcamientos públicos deben tener al menos la preinstalación para poner los puntos de recarga, pero en la mayoría brillan por su ausencia, con lo cual dependes de tu cargador doméstico”, abunda. La gran mayoría de las electrolineras disponibles “están en instalaciones privadas y suelen ocuparse con facilidad”, con lo que “en el 90 % de las ocasiones las posibilidades de usarlos son nulas”, apunta.