MÚSICA

Alfonso Espiño y Fran Facal, de Espiño, llevan el corazón pop de Santiago a los ‘Concertos na azotea’

Uno a la voz y guitarra, y otro al cajón, han interpretado tres temas nuevos, a los que suman en plataformas otro llamado ‘Lilith’

Concertos na Azotea: A banda de Espiño

Javier Rosende Novo

El grupo Espiño centra la nueva entrega del ciclo Concertos na azotea, iniciativa de EL CORREO GALLEGO para promocionar la escena musical de Santiago, y por donde ya pasaron Xabier Mera con Tato Rodríguez, Grande Amore y Zeltia Irevire. En este caso, Espiño, representados por su líder Alfonso Espiño, a la voz y guitarra, y Fran Facal, al cajón, interpretan: O dourado danzar, Ovni sobre o val do Dubra, y Flores, tambores e ilusións.

Fran Facal y Alfonso Espiño, del grupo Espiño, durante su visita a EL CORREO para el ciclo 'Concertos na azotea'.

Fran Facal y Alfonso Espiño, del grupo Espiño, durante su visita a EL CORREO para el ciclo 'Concertos na azotea'. / Javier Rosende

Formados en 2016, Espiño ganaron el primer galardón del segundo certamen Galicia Creativa (2016) y fueron finalistas en los premios Martín Códax varias veces, trazando una carrera con eco en festivales como Felipop, Noroeste, Feito a Man, e incluso lejos, en el SUNS Europe (Italia). Esta misma semana, han publicado Lilith (Electric nana), tema con Brais Sánchez a las guitarras y coros, el mentado Fran a la batería y percusión, Ale González al órgano y sintetizador, más el boss, Alfonso al bajo y las voces, la formación estándar de Espiño. Es un tema ya disponible en plataformas como Spotify, YouTube o Apple Music, canción que definen como “una fusión de rock contemporáneo con influencias clásicas”, y que entra bien a la primera escucha.

¿Cómo se decide el set para un concierto como este?

(Alfonso Espiño) Puestos a elegir tres canciones optamos por aquellas que mejor quedan para un formato pequeño porque en estas actuaciones tan especiales hay que adaptarse. En el grupo uno de mis papeles es tocar el bajo y cantar, y como las canciones las compongo yo con la guitarra, he venido con una de las guitarras que más me gustan, una acústica de 12 cuerdas con la que puedo cantar estos temas acompañado. O dourado danzar, Ovni sobre o Val do Dubra y Flores, tambores e ilusións son tres canciones que se sostienen solas con una guitarra porque hay otras de Espiño que realmente son canciones de grupo, con desarrollos instrumentales más largos donde la batería es importante, el órgano es importante y las guitarras eléctricas también, entonces, estás tres están entre las que mejor se sostienen con una guitarra y cuando las toco con la acústica, a veces viene Brais con una eléctrica, otras Ale con el teclado, y los dos cantan. En este caso, por probar cosas nuevas ha venido Fran con la percusión pero son canciones del mismo grupo Espiño, las composiciones son las mismas y el espíritu también, espero.

¿El cajón es atípico en el pop?

(Fran Facal) Traje el cajón pero fue a ciegas. La primera vez que probamos estas canciones con guitarra y cajón ha sido en la prueba antes de tocar en la azotea, pero... yo ya sabía que funcionaría porque ya toqué el cajón con otras formaciones, incluso de rock and roll, y, al final, sabemos que estas cosas sencillas se acompañan bien. Tocar aquí ha sido casi como tirarse a la piscina y caer de pie, pero funciona bien.

¿Una valoración de este ciclo?

(Alfonso) Todo lo que sea difusión del arte local, bienvenido sea. Y en esta casa tenemos amigos de largo recorrido, hay gente afín con quiénes nos gusta trabajar. Estamos encantados de que el periódico se involucre. Hacer ciudad desde el periódico es una opción siempre válida, creo que tiene que ser así, un periódico de la ciudad debe identificarse con la ciudad y con lo que pasa en la ciudad.

(Fran) En Santiago hay mucha música. Hay de todo, pop, música infantil... , semana tras semana, conciertos desde hace décadas. Alfonso y yo empezamos en los años 90 y siempre, en cualquier semana, hay conciertos. Santiago es una ciudad pequeña pero llena de músicos, llena de escuelas, asociaciones...

(Alfonso) En un mismo día puede haber siete conciertos. Tres y cuatro a la vez, muchos días.

(Fran) Y dicho de paso, a pesar de que hay más música y más músicos que nunca, la situación de la música en vivo no es buena, es muy precaria. Vivimos en la precariedad, quien hace música sabe que lo hace porque le gusta, pero nosotros que llevamos muchos años tocando vemos que las condiciones cada vez son más difíciles. En los años 90 te pagaban por ir a tocar y ahora tienes que pagar tú por alquilar una pequeña sana y tener una persona para el sonido y poco más. La música en directo, por momentos, está en peligro. Se sostiene porque es una pasión y la gente no está dispuesta a renunciar a ella pero las condiciones son cada vez más complicadas económicamente y a todos los niveles. Solo quedan las grandes citas los grandes festivales y el resto del ecosistema se va haciendo cada vez más pequeño y es una pena, pero, aquí estamos porque tenemos pasión.