Los reyes de Bélgica se despiden de Galicia en Santiago tras asistir a su cita anual con el Camino

Federico y Matilde realizaron varios tramos de la Ruta en tierras gallegas rodeados de un séquito de más de veinte personas

Si no hay imprevisto, llegarán a Compostela en la Pascua de 2025

La familia real belga en el Camino de Santiago

La familia real belga en el Camino de Santiago / ECG

Galicia es conocida, entre otras muchas cosas, porque consigue enamorar a 'royals' de todo el mundo. Sin ir más lejos, el rey emérito de España, Juan Carlos I, es un fan declarado de las Rías Baixas; y más concretamente de Sanxenxo, donde disfruta con sus amigos de la navegación y las buenas mesas a plato puesto. Además, siempre que ha podido se ha acercado hasta Compostela para abrazar al Apóstol, una ciudad que le apasiona y de la que guarda buenos recuerdos. Su compromiso con el Camino de Santiago le ha repercutido el título de Embajador de Honor de la Ruta Jacobea, un itinerario que en el transcurso de la historia han recorrido monarcas y jefes de estado de todo el mundo.

Los últimos, los reyes de Bélgica, Felipe y Matilde, que este jueves han abandonado Galicia después de recorrer varias etapas del Camino en tierras de la provincia de Lugo. Partieron hacia Bruselas desde el Aeródromo Militar de Santiago, en un Falcon del Ejército del Aire belga a primera hora de la tarde. La presencia de los soberanos en Lavacolla movilizó un amplio despliegue de medios de seguridad. El operativo estuvo integrado por agentes de la Guardia Civil y también de la policía belga.

Avión que recogió a los reyes e Bélgica en Santiago este jueves

Avión que recogió a los reyes e Bélgica en Santiago este jueves / Antonio Hernández

Por todos es sabido que la familia real belga es una apasionada del Camino de Santiago y de España, una preferencia que quizás heredó de la recordada reina Fabiola de Bélgica, española de nacimiento y quien pasó tantos veranos en el pazo de San Lorenzo en Compostela.

Acompañados por un séquito de más de veinte personas, entre familiares, amigos y la escolta, los monarcas belgas pernoctaron en Sarria durante varias noches de esta semana de Pascua. Desde esta localidad, donde se alojaron en un hotel de cuatro estrellas con capacidad para todo el grupo, se desplazaron en vehículo privado hasta los puntos de inicio de las diferentes etapas. Como un grupo de peregrinos más, la familia real belga peregrinó con ropa apropiada para el frío y la lluvia, sus mochilas y los bastones de peregrino, tan necesarios para encarar los empinados senderos de las montañas luguesas.

No obstante, todo el séquito trató de pasar lo más desapercibido posible. De ahí que los escoltas hiciesen un esfuerzo para no diferenciarse del resto de miembros del grupo. Los reyes de Bélgica comenzaron el Camino de Santiago en 2017 en la localidad navarra de Roncesvalles. Desde entonces, la Ruta se ha convertido para los monarcas y su familia en el plan perfecto para las vacaciones de Pascua. Después de recorrer a pie toda Castilla durante varios años, a excepción de los marcados por la pandemia, esta ha sido la primera vez que se adentraron en tierras gallegas. Por lo que ha podido saber EL CORREO, a los reyes Felipe y Matilde les ha apasionado el color verde del campo gallego y también la experiencia vivida entre las montañas luguesas, algunas aún teñidas de blanco por la nieve. Además, se van impresionados tras haber conocido con todo detalle el monasterio benedictino de Samos, en el que recalaron este miércoles en el transcurso de su etapa de peregrinación; y donde fueron recibidos por los monjes que habitan el lugar.

Si todo va bien y se cumplen las previsiones, todo apunta a que la familia real belga completará su peregrinación a Compostela en la Pascua de 2025, cuando tendrán la oportunidad de abrazar al Apóstol, como antes lo hizo tantas veces la Reina Fabiola y tantos otros 'royals' europeos y de más allá.