Las clases de la USC, más vacías tras el Covid

No se ha realizado un estudio pormenorizado, pero los profesores advierten de que el absentismo ha ido en alza sobre todo en las materias teóricas

Muchos universitarios optan por estudiar con los contenidos de las plataformas virtuales puestas en marcha durante la pandemia

El rectorado reconoce preocupación

Estudiantes de la Universidade de Santaigo en el exterior de la bibilioteca Concepción Arenal

Estudiantes de la Universidade de Santaigo en el exterior de la bibilioteca Concepción Arenal

Alba Nogueira, profesora de Derecho de la Universidade de Santiago, empezó a preocuparse seriamente cuando se retomó la docencia presencial tras la pandemia de coronavirus. De 80 alumnos matriculados, cada día en el aula aparecían como mucho unos 40. “¿Qué está pasando para que no venga casi nadie?”, asegura que se preguntó. Tras hablarlo con otros docentes de la facultad descubrió que su caso no era el único. En las clases teóricas (ahora denominadas expositivas) el absentismo había ido a más. 

Nogueira pidió el turno de palabra en el último claustro celebrado en la institución académica para solicitar a la USC medidas ante la creciente falta de universitarios en las aulas. Un fenómeno que no es exclusivo de Santiago.“Creo que es un tema importante que merece una reflexión seria, no se trata de que sea obligatoria la asistencia, es algo más de fondo, de repensar cómo se hace la docencia”, apunta la profesora de Derecho. Aunque la institución académica no ha estudiado al detalle formalmente el incremento del absentismo a las clases, la secretaria general de la USC, Dulce García Mella, explica que “de manera informal muchos profesores” comentan el problema. “Tenemos que hacer el debido análisis, recabar información sobre este tema para ver dónde están las causas y como atajarlas”, añade. 

Enseñanza online

Tanto profesores como alumnos apuntan a las plataformas virtuales que se llenaron de contenidos en la pandemia como una de las posibles causas. “Es cierto que ahora tenemos muchos recursos de apoyo, hay vídeos subidos al campus virtual de cómo se hace una práctica de laboratorio, apuntes, presentaciones, enlaces a páginas web....”, explica Andrés Couso, elegido recientemente como presidente del Consello de Estudantado de la USC. Pese a todo, él considera que “las clases presenciales aportan mucho”, aunque explica que no todas por igual. “En el Consello do Estudantado no sabemos claramente si se está asistiendo más o menos a clase que antes de la pandemia, no tenemos datos”, indica. “Pero lo que sí tenemos claro es que las clases tienen que ser motivadoras tanto para el estudiantado como para el propio profesorado, las clases de los docentes que están motivados cuentan con más alumnos”, añade. 

Plan Bolonia

Desde que comenzó la adaptación de la Universidade de Santiago al Espacio Europeo de Educación Superior, el conocido como plan Bolonia, la docencia se estructuró en clases expositivas (antiguas teóricas) e interactivas (prácticas). Aunque en principio la asistencia es obligatoria en todas ellas, lo cierto es que en las expositivas algunos profesores pasan lista y otros no. De no acudir a las interactivas, los universitarios no tienen derecho a la evaluación y a ir a los exámenes por lo que en este tipo de docencia no suele producirse absentismo. Nogueira indica que los planes de estudio que establece el plan Bolonia fragmentan mucho los grupos. “Hay clases prácticas para tres personas, mucha subdivisión y creo que los alumnos acaban perdiendo la noción de grupo que existía antes, cuando los estudiantes acudían a la facultad y era una forma de socializar con sus amigos, ahora no hay sentimieno de grupo”, aventura la profesora de Derecho. Para la docente el fenómeno del absentismo responde “a un cúmulo de factores” y apunta que en los jóvenes actuales “ha cambiado mucho la perspectiva de cómo se ve la vida, el esfuerzo en el mundo del trabajo, son menos competitivos, parece que se adaptan a este mundo tan precario en el que vivimos”. 

Nogueira cree, además, que se ha perdido un poco la vida universitaria. “No es solo en las clases, también en los grandes temas de la universidad, cada vez cuesta más encontrar representantes de los alumnos”, sostiene. Un ejemplo es la cuenta de Instagram del propio Consello do Estudantado, con apenas 600 seguidores de los aproximadamente 25.000 alumnos que componen los campus de Santiago y Lugo. “Desde el plan Bolonia, las carreras se han reducido a cuatro años y además lo habitual es que los alumnos pasen un año estudiando fuera, creo que eso fija menos su pertenencia”, reflexiona la profesora de Derecho. Pero tiene claro que el profesorado también debe hacer autocrítica y pensar seriamente si se debería cambiar el modo de impartir la docencia. “Sí hay preocupación, somos una universidad presencial y debería haber una asistencia elevada”, incide Dulce García Mella.

Cambio de normativa

Aunque las cuestiones de fondo detrás del absentismo a las aulas que se agudizó tras la pandemia todavía no se analizan formalmente, la USC sí se ha puesto manos a la obra para intentar actualizar la normativa que regula la asistencia. Esta misma semana los representantes de los estudiantes se reunieron con la secretaria xeral, Dulce García Mella, para abordar el tema. “Creemos que no se adapta a la realidad al día de hoy”, sostiene Andrés Couso. Los alumnos solicitan que las faltas justificadas no repercutan en la evaluación. Couso pone un ejemplo: “Actualmente si alguien tiene una cita programada para el médico y no puede acudir a un examen la normativa lo obliga a acudir directamente a la segunda convocatoria”. “Estamos revisando esa regulación, para ser más flexibles en algunas cuestiones”, sostiene la secretaria xeral.