Especialistas de renombre comienzan la próxima semana las obras en el histórico Pazo dos Irlandeses

Tras varios requerimientos por parte del Concello para que se solucionen los daños estructurales que sufre desde hace años el edificio, se rehabilitará toda la cubierta, la fachada y la galería

Los trabajos finalizarán en septiembre

Fachada del Pazo dos Irlandeses, situado en el número 44 de la Rúa Nova, en pleno casco histórico de Santiago

Fachada del Pazo dos Irlandeses, situado en el número 44 de la Rúa Nova, en pleno casco histórico de Santiago / Jesús Prieto

“En cuestión de días tendremos la licencia de ocupación de vía pública, colocaremos los andamios y las obras comenzarán, por fin, la próxima semana”. Estos son los tiempos que maneja el arquitecto que dirigirá el proyecto que permitirá la rehabilitación del Pazo dos Irlandeses, situado en el número 44 de la Rúa Nova, en la zona monumental de Santiago. En la misma línea, desde la propiedad también confirman que “las obras comenzarán de forma inmediata, en cuestión de cinco o seis días, puesto que los trabajos ya están contratados”. “Solo falta la licencia de ocupación de vía pública y toda la documentación se ha presentado en tiempo y forma”, indica uno de los siete propietarios del inmueble.

De esta forma, tras un largo historial de requerimientos por parte del Concello para que la propiedad del inmueble, la familia Harguindey, resuelva los problemas estructurales que sufre desde hace años el histórico edificio, las obras arrancarán la próxima semana y el objetivo es que estén finalizadas a mediados del mes de septiembre. “Se rehabilitará toda la cubierta, en el marco de un cuidado proceso que permitirá mantener el 80 % de la madera, de gran calidad, y también se acometerá la recuperación de la fachada, incluyendo la restauración de la corona [se desprendió una parte de la ornamentación hace casi cuatro años]”, indica el arquitecto, quien, añade, además que la reforma que se llevará a cabo en el edificio también incluye “la galería de la segunda planta, que destaca por su estructura metálica y de vidrio”. Una serie de trabajos, incide, que se realizarán de la mano de los mejores especialistas. Y cita, por ejemplo, a Castelo Obradoiro de Pedra y a Forxa Chago, cuyo propietario, Santiago Martínez Otero, obtuvo el Premio Richard H. Driehaus de las Artes de la Construcción 2021. 

Además, el proyecto también contempla la recuperación de la galería original que da acceso al “valioso jardín”, que también será objeto de un cuidado proceso de limpieza, puesto que es un espacio que alberga “las siete camelias más antiguas de Santiago y un rosal de más de nueve metros que se extiende por la fachada hasta la segunda planta”, subraya el arquitecto, quien cifra la inversión total en más de 300.000 euros.

Las obras permitirán solucionar el mal estado del inmueble, escenario de varios episodios de desprendimientos y goteras en el interior, lo cual ha provocado que desde el Concello le comunicasen a la propiedad una serie de requerimientos para garantizar la seguridad del edificio. Además, el inmueble podría ser incluido en el Registro de Solares si no se realizan los trabajos de mantenimiento necesarios para “manter o edificio en condicións de funcionalidade, seguridade, salubridade, ornato público e habitabilidade segundo o seu destino, e consonte ás normas de protección do medio ambiente, do patrimonio histórico e da rehabilitación”. Es más, los propietarios podrían enfrentarse a multas de hasta 10.000 euros que se tramitarían trimestralmente hasta que se ejecuten las actuaciones requeridas por la administración local. “O estado da cuberta e das carpintarías das galerías supón unha patoloxía grave que dana a salubridade do inmoble, supón un risco para a seguridade no uso do edificio polos danos estruturais e desprendementos xa producidos no mesmo e ademais un menoscabo no ornato da edificación cunha alteración do entorno, que lembramos se trata dun ámbito protexido polo seu valor patrimonial e declarado Patrimonio da Humanidade”, recoge el decreto de Urbanismo.

La rehabilitación del Pazo dos Irlandeses, también conocido como el Colegio de los Irlandeses o Pazo de Ramirás, es un proceso que se remonta a hace más de una década, un periodo en el que el edificio, uno de los más emblemáticos del casco histórico de Santiago, ha ido encadenando situaciones que reflejan la falta de mantenimiento en el inmueble. Uno de los episodios más llamativos se produjo en noviembre de 2021, tras el desplome, de madrugada, de parte de la corona del Pazo. Afortunadamente, no hubo que lamentar heridos y el suceso se quedó en un susto. “Xa se lle abriu un expediente para que a propiedade actúe con dilixencia, porque teñen unha licencia de obra de reforma e rehabilitación sen executar, aprobada xa en marzo de 2018. De momento, tan só realizaron algún amaño na cuberta, pero é insuficiente”, indicaba la entonces concejala de Urbanismo, Mercedes Rosón.

Asimismo, el mal estado del Pazo dos Irlandeses también ha afectado al propietario del establecimiento comercial que se ubica en el bajo, que permanece cerrado, desde octubre de 2022, a la espera de que se realicen las obras. El local tuvo que cesar su actividad después de que un fuerte temporal inundase el bajo comercial, debido al mal estado de las cubiertas del edificio, provocando la caída del techo del bajo. El arrendatario denunció a la propiedad y el juicio se celebrará a comienzos del próximo año. “Hasta que de verdad empiecen las obras no nos lo creemos. Queremos que se reponga el local en el estado en el que estaba”, apuntan fuentes del entorno de la persona que alquiló el local.

No es el único afectado por la situación que envuelve desde hace años al histórico inmueble situado en el número 44 de la Rúa Nova, puesto que su mal estado también impidió la apertura de un restaurante en los bajos del edificio, en el marco de un proyecto que se remonta a 2021 y que también está judicializado.

Colegio fundado en 1605 para formar religiosos irlandeses

El Colegio de los Irlandeses, fundado en 1605, está asociado con los primeros exiliados irlandeses que vinieron a Galicia. Hubo cientos de seminaristas irlandeses que se vieron forzados a abandonar Irlanda por las leyes penales contra los católicos de finales del XVI y comienzos del XVII. Estos seminaristas, tal y como recogen los ‘Cuadernos de Estudios Gallegos’, en un artículo firmado por Elena Alfaya Lamas y María Dolores Villaverde Solar, profesoras de la Facultad de Humanidades de la Universidad de A Coruña, se formaban como sacerdotes en el Colegio de los Irlandeses de Santiago. Fue fundado en parte por Felipe III y fue puesto a cargo de los Jesuitas. Un estudiante destacado que se formó en el Colegio de Irlandeses de Santiago fue el escritor Philip O’Sullivan, que nació en la Isla de Dursey hacia 1590. Tras la derrota en Kinsale, fue evacuado a Galicia, donde se educó en el colegio bajo la tutela del padre Patrick Synott. Formaba parte de un grupo de exiliados que se reunían en torno al veterano de guerra Donal Cam O’ Sullivan y el arzobispo de Tuam en torno al 1610. También existen colegios de irlandeses en Salamanca, Valladolid, Sevilla, Madrid o Alcalá.

Con elementos neoclasicistas en la fachada -frontones clásicos en la cornisa, jarrones mecheros y ventanas con dintel curvado-, en el Pazo dos Irlandeses destaca su interior con escalera pétrea.

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