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Reclaman el cuerpo los primos de Porto para enterrarlo con su madre en Boisaca

Dos representantes solicitaron el traslado ante el juzgado de Ávila, pero este todavía no lo ha autorizado // No descartan inhumarla con las cenizas de Asunta, que estarían en su casa

Dos primos (uno carnal y otro político) se personaron este viernes —mediante comparecencia telemática— ante el juzgado de Ávila que lleva la investigación sobre el suicidio de Rosario Porto, el pasado miércoles en la cárcel de Brieva, para reclamar el cuerpo con la intención de trasladarlo y enterrarlo en el cementerio de Boisaca, en Santiago. Según han confirmado a este periódico fuentes cercanas a la familia, estas dos personas habrían realizado el trámite en nombre de todos los primos de la madre y asesina de la pequeña Asunta Basterra.

Los informadores aseguran que los representantes de la familia realizaron la solicitud de traslado e inhumación el pasado viernes, pero fue denegado por el juzgado, puesto que continúa a la espera de todos los datos revelados por la autopsia y también de que se concluya la investigación a raíz de los últimos hechos ocurridos en el penal donde Porto cumplía una condena de 18 años por acabar con la vida de su hija el 21 de septiembre de 2013.

Así, todo apunta a que las indagaciones judiciales concluirán esta semana, cuando los primos podrían recuperar el cadáver. Su intención, siempre según las citadas fuentes, sería dar sepultura a Rosario Porto en el panteón de Boisaca donde reposan los restos mortales de sus abuelos maternos, y también de su madre, la recordada Socorro Ortega, fallecida en 2011. Esperarán a saber si en sus últimas voluntades, de haberlas, ha dejado algo escrito en relación a sobre cómo le gustaría que se inhumase su cuerpo: entierro o incineración; y también si existe alguna preferencia sobre el lugar.

De ser en Boisaca finalmente, surge un interrogante sobre si harán lo mismo con las cenizas de la propia Asunta Basterra. Las fuentes señalan que los primos desconocen en este momento dónde se encuentra la urna con los restos de la niña pero sospechan que podría estar en casa de Rosario, por lo que de hallarse podría ser depositada también en el panteón familiar junto a los restos de sus bisabuelos, la abuela Socorro Ortega y su madre, puesto que los de Francisco Porto Mella, padre de Charo y reconocido abogado compostelano, habrían sido esparcidos tras su fallecimiento, en el año 2012, en algún lugar de la ría de Arousa.

ARANGUREN. Por su parte, el abogado de Rosario Porto, José Luis Rodríguez Aranguren, aseguró ayer en conversaciones con este periódico no tener novedades acerca de los resultados de la autopsia ni del juzgado ni de la reclamación del cuerpo por parte de los primos de la reclusa fallecida. En una entrevista concedida al diario ABC, publicada ayer, el letrado afirma no haberle sorprendido la noticia del suicidio porque la madre de Asunta “estaba sobrepasada por la situación. Su vida era difícil de vivir y su estado dependía de la medicación que se tomaba, que la llevaba de la euforia a la depresión”, señala, a la vez que apunta que “no me llamaba desde el verano, pero lo interpreté como una fase de bajón”.

Aranguren insiste en que ella no quería permisos penitenciarios y que era él quien la animaba a solicitarlos. “Ella siempre proclamó su inocencia y eso le trajo muchos reveses”, como los traslados de prisión. “Se alejó de su psiquiatra y su psicólogo y esa fue la puntilla”, subraya Aranguren, quien, a la hora de referirse a la familia de Porto, declara: “Cuando Rosario me encarga su defensa me pide encarecidamente que hable con una serie de personas. Eran las más próximas a ella. No solo me cerraron la puerta sino que me dieron un recado para Rosario: que se olvidara de ellas. Y ahora están preocupadas”.

“Sé que quería hacer testamento, me dijo que quería ordenar sus cosas, pero no sé si llegó a hacerlo. Mi deseo íntimo es que lo haya dejado hecho para que los que ahora se suben al carro de los afectados se lleven un pequeño disgusto”, afirma el letrado en la entrevista, en la que concluye que “mi preocupación es que si en el testamento da algún tipo de indicación sobre lo que se quiera hacer con sus restos, a mí me gustaría cumplirlo. Sería lo último que podría hacer por ella”.

23 nov 2020 / 00:00
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