“Estudio en invierno, trabajo en verano”: jóvenes con empleos temporales

Para la mayoría de los jóvenes el verano es sinónimo de playa y fiestas con los amigos, pero con el coste de la vida disparado cada vez son más los que buscan empleo en sus vacaciones

Martín García trabaja en verano como monitor de campamento

Martín García trabaja en verano como monitor de campamento / Cedida

Diego Real García

A pesar de que sigue habiendo jóvenes que ni estudian ni trabajan, muchos otros sí se esfuerzan desde edades tempranas por forjarse un camino en la vida. Y las cifras certifican que este año, con la inflación disparada, un buen número de gallegos de entre 16 y 24 años han optado por dejar de lado las playas y los encuentros con amigos para buscar empleo durante los meses estivales. Una franja de edad en la que la tasa de desempleo se situó en Galicia en el 24,3% en el segundo trimestre del año, según recoge la Encuesta de Población Activa (EPA), frente al 28,7% del primer trimestre.

Con la llegada del verano, se abren oportunidades para muchos de estos jóvenes, que buscan empleos temporales con el fin de financiar sus estudios, ahorrar para el futuro o, simplemente, adquirir experiencia en el mundo laboral. No obstante, esta búsqueda de independencia y estabilidad no está exenta de sacrificios.

Dani Cons, un joven graduado en Periodismo, cree que para trabajar en verano hacen falta “determinación y esfuerzo”. “Tengo dos trabajos, uno en una pizzería y otro los fines de semana en un local de ocio nocturno, aunque a veces también trabajo los lunes en fiestas”, explica. Estos empleos son más que un medio para llenar sus bolsillos: representan también la lucha por un sueño y un compromiso con su futuro. “Cuando termine el mes, dejaré los dos trabajos”, comenta Dani. “Fueron empleos que me vi obligado a buscar para ahorrar, ya que en septiembre me voy a estudiar a Madrid”, desvela.

Dani Cons trabaja este verano en una pizzería y en un local de ocio nocturno / ecg

Dani Cons trabaja este verano en una pizzería y en un local de ocio nocturno / ecg

Tomar la decisión de renunciar a las vacaciones para perseguir un sueño puede ser emocionalmente abrumador, como expone Dani: “Tuve que elegir y elegí cumplir mi sueño de irme a estudiar el máster que quiero”. El panorama económico en Madrid es complicado y el joven es consciente de ello. “Vivir en Madrid sin trabajar es imposible. Por eso allí buscaré otro trabajo”, cuenta.

Sin embargo, intentar conseguir una estabilidad económica con vistas al futuro pasa factura. “Como en ambos empleos trabajo de cara al público, me siento agotado física y mentalmente. Duermo poco y estoy deseando que pasen estas semanas que me quedan, ya que anímicamente no puedo más”, lamenta. A pesar de esto, Dani tiene claro lo que, para él, es lo peor de trabajar en verano. “Lo más duro es que tus amigos no trabajan y hacen planes a menudo a los que no puedes ir. Ellos están teniendo el mejor verano de sus vidas, mientras yo atravieso uno de los peores, dado que no he tenido vacaciones”, señala.

“Lo más duro es que tus amigos no trabajan y hacen planes a menudo a los que no puedes ir. Ellos están teniendo el mejor verano de sus vidas, mientras yo atravieso uno de los peores"

Al igual que Dani, son muchos los jóvenes que en verano trabajan de cara al público en negocios que amplían su plantilla para afrontar la llegada de los turistas. Otro ejemplo es Uxía Caneda, una joven graduada en Comunicación Audiovisual, que se une a la experiencia del trabajo de verano. “Estoy trabajando de camarera en una cafetería de O Grove”, relata. Aunque esta es su primera incursión en el mundo laboral, Uxía comprende la importancia de aprovechar la temporada alta en la hostelería. “En verano, en este sector, hay más trabajo y nunca está de más ahorrar un poco”, apunta.

A pesar de las exigencias de su trabajo, Uxía, al igual que Dani, tiene la mente puesta en el futuro: “Busqué este trabajo para poder ahorrar e intentar encontrar un empleo relacionado con mis estudios fuera de Galicia”. Si cuenta con un colchón financiero, cree que será más fácil iniciar una nueva etapa en otra ciudad.

Trabajar en hostelería en temporada alta no deja de ser complejo. “Lo más difícil es que en hostelería hay mucha gente debido al turismo. No creo que las condiciones sean peores que en invierno, por ejemplo, pero la carga de trabajo es mucho mayor”, explica Uxía.

Adrián Pérez trabaja de noche en el puerto de Combarro / ecg

Adrián Pérez trabaja de noche en el puerto de Combarro / ecg

No obstante, no es solo la hostelería la que se ve obligada a ampliar su plantilla para hacer frente a la afluencia turística del verano. Lo sabe bien Adrián Pérez, un joven que desempeña labores nocturnas como marinero en el puerto de Combarro. “Para que te des cuenta de la cantidad de gente que hay, mi puesto de trabajo el resto del año no existe, ya que no hace falta”, afirma el joven, para quien esta no es su primera incursión en el mundo laboral. “Ya estuve trabajando aquí en verano hace dos años”, recuerda. Además, el joven se muestra claro sobre si le gustaría mantenerse en su puesto de trabajo: “La próxima temporada no descarto volver, pero un verano más como mucho”, reflexiona. Su ambición lo lleva más allá de pasar las noches en el puerto: “No es algo para el futuro. Más adelante me gustaría poder trabajar en algo relacionado con lo que estoy estudiando”, afirma.

“Busqué este trabajo para poder ahorrar e intentar encontrar un empleo relacionado con mis estudios fuera de Galicia”

Para Adrián, trabajar en verano es una puerta abierta hacia la experiencia profesional y un vistazo al mundo que aguarda más allá de las clases. “Es necesario trabajar en verano, para tener experiencia de cara al futuro”, subraya. La transición del aula al lugar de trabajo no supone solo un cambio de escenario, sino también un cambio de mentalidad. “La responsabilidad que tienes en un trabajo no es la misma que tenías en el colegio. En el trabajo, esta es tu tarea y te pagan por ello. Es una experiencia necesaria”, reflexiona Adrián, reconociendo que los trabajos estivales aportan una valiosa perspectiva sobre el mundo laboral. Además, Adrián destaca las condiciones de su oficio: “Mi trabajo es llevadero debido a que es de jornada nocturna; hay mucha más tranquilidad”, asegura.

Sin embargo, no es solo el turismo el que genera oportunidades laborales con la llegada del verano, ya que con este también vienen las vacaciones, y muchos padres se encuentran en la situación de no poder cuidar a sus hijos debido a sus compromisos laborales, por lo que recurren a ludotecas y campamentos. Algo que aprovechan jóvenes como Martín García: “Trabajo como monitor y socorrista en los campamentos de verano de la Xunta. Es mi segundo año aquí”, indica. Para Martín, este trabajo es algo temporal que encaja perfectamente con su horario y sus intereses. “Es algo ocasional, solo durante los meses de verano. Durante el resto del año trabajo en cosas relacionadas con el deporte de competición, pero como las temporadas suelen finalizar en junio me permite compaginarlo con esto”, explica. Esta combinación le permite dedicar tiempo tanto a su carrera deportiva como a trabajar en algo que le gusta.

“Además de que estos ingresos me permiten vivir cómodamente durante el resto del año, me encanta este mundillo. Desde pequeño siempre tuve claro que algún día quería vivir un campamento desde el punto de vista de un monitor"

“Además de que estos ingresos me permiten vivir cómodamente durante el resto del año, me encanta este mundillo. Desde pequeño siempre tuve claro que algún día quería vivir un campamento desde el punto de vista de un monitor. Además, aquí aprendo un montón de cosas y experiencias que me pueden ser útiles en un futuro cuando esté trabajando en otros ámbitos”, asevera.

A pesar de todo, Martín se muestra crítico con la temporalidad y los salarios en este tipo de empleos: “Creo que en este sector las condiciones no son lo suficientemente buenas independientemente de la época del año. Tanto mis compañeros como yo estamos aquí porque adoramos este mundo, pero si quisiéramos algo más estable y con un mejor salario, tendríamos que cambiar de ámbito. Aquí es difícil poder tener una situación económica tranquila”, reflexiona.