La mezcla de medicamentos es una práctica a veces habitual que no puede realizarse ni mucho menos a la ligera sin consultar con un médico. Y es que ciertas combinaciones pueden ser perjudiciales para el paciente y ocasionar riesgos a la propia salud. Es lo que podría ocurrir al tomar brivudina y fluoropirimidinas (como capecitabina, 5-fluorouracilo, tegafur, floxuridina, flucitosina). Se emplean para tratar el herpes zóster y el cáncer. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) ha advertido sobre el grave riesgo que puede llegar a ser mortal al mezclar esros dos medicamentos.

Según la agencia, dependiente del Ministerio de Sanidad, debe respetarse un periodo de espera como mínimo de cuatro semanas entre la finalización del tratamiento con brivudina y el inicio de la administración de fluoropirimidinas.

Apesar de la advertencia que viene realizando la Aemps años atrás, se siguen dando casos graves debido a la administración conjunta de estos dos fármacos. Desde 2017 se han notificado seis nuevos casos. Todos los pacientes sufrieron graves consecuencias y cuatro de ellos murieron.

En este sentido, la agencia destaca que "es indispensable" que antes de prescribir brivudina, el profesional médico se asegure de que el paciente no está recibiendo quimioterapia antineoplásica que contenga 5-fluoropirimidinas o flucitosina.

"Al dispensar brivudina se debe informar al paciente y recordarle que lea detenidamente la advertencia y la tarjeta de información incluida en el envase, además del prospecto", indican.