La llegada de la inteligencia artificial ha puesto en riesgo el trabajo de los artistas. Los ilustradores encuentran en ella una herramienta útil pero también un arma de doble filo. Roba imágenes y aprende tan rápido que temen que imite estilos.

Con inteligencia artificial, por ejemplo, se armó la portada de `Juana de Arco´ de Katherine J.Chen. Algunas librerías salieron en defensa de los ilustradores rechazando el libro ya que creen que una editorial que hace una portada con IA, no dudará el día que le planteen hacer un libro con la misma tecnología.

El avance asusta. Creen que, aunque sea imparable su llegada, seguramente sí es controlable. Pero la regulación no llega. Por ahora sólo existe una guía de buenas prácticas del Ministerio de Cultura, que se queda demasiado corto.