La Caldeirería, situada entre Cinco Calles y Orfas, en realidad es un sector de ese gran eje que desde la Praza de Cervantes desemboca en la Porta da Mámoa. Su denominación, como suele ser frecuente, se hace cargo del oficio que mayoritariamente se llevaba a cabo en una parte de ella y su principal seña de identidad no está tanto en los inmuebles que la delimitan, como en la naturaleza pétrea de éstos.

Se trata de un buen ejemplo de que los nombres de las calles de una ciudad se vinculan de diversas maneras con su historia.