El foco puede estar en el piso octavo, un fallo eléctrico o un falso contacto, un incendio que reventó los cristales y el fuego saltó a la fachada, o del incendio de un toldo en una terraza. Pero lo importante es cómo se comportó la fachada y es lo que analizan, la propagación por la fachada provocada los materiales plásticos que se quemaron. Los técnicos hablan de polietileno y poliuretano, aislantes térmicos primos hermanos y combustibles, antes permitidos y ahora no. Las llamas aceleradas se propagaron verticalmente, hacia arriba por la cámara de ventilación de la fachada. Y el viento de poniente que soplaba tan intenso provocó un efecto de succión en esa cámara de ventilación. Pero también el fuego se extendió hacia abajo por el goteo de esos materiales no ignífugos. Además, las llamas saltaron de un edifico a otro por la propagación interior. Un fuego que pudo sobrealimentarse si las puertas en la huida se quedaron abiertas.