Strasbourg 82 - 78 Obradoiro

El sueño europeo del Obradoiro se estrella contra el físico dominante del Strasbourg

Los de Moncho plantaron cara a los galos, pero siempre estuvieron detrás de ellos (82-78)

Los compostelanos buscaron el juego en el poste, pero los franceses lograron cerrarlo al compensarlo con las ayudas y aprovecharon sus centímetros exteriores

El Obradoiro cayó frente al Strasburg, que pasa a disputar la Basketball Champions League

El Obradoiro cayó frente al Strasburg, que pasa a disputar la Basketball Champions League / FBW

Antalya - Enviado especial

Monbus Obradoiro y SIG Strasbourg, la gran final por el billete a la Basketball Champions League (BCL) ya tenía a sus dos protagonistas. Los dos ‘pesos pesados’ de la eliminatoria se veían las caras en el Antalya Sports Arena. Por un lado, los franceses, con títulos en su Francia natal y siendo un conjunto habitual en competiciones europeas. Por el otro, el equipo de la capital gallega, para el que este partido es un poco más, un momento histórico que convertía la final en un ‘título’ para ellos.

El Obra comenzaba anotando la primera canasta por medio de Thomas Scrubb, que también comenzaba activo en defensa con un gran tapón. Pese a todo, con la primera canasta de los franceses quedaba patente un hándicap. Con más aficionados en las gradas, el público estaba del lado del Strasbourg.

El choque comenzaba con un intercambio de canastas que favorecía ligeramente a los franceses, además de con un juego muy físico desde el salto inicial. Los galos demostraban tener dificultades para lidiar con los centímetros de Artem Pustovyi, jugador alrededor del que circulaba el juego del Obra y que debía encontrarse tras estar desaparecido en los dos primeros choques.

Los franceses estaban por delante y daban mayor seguridad por su acierto, pero la realidad es que, fuera de la fortuna con el aro, el duelo táctico estaba cayendo del lado de los compostelanos gracias al juego con sus grandes. Aún así, los galos se estaban encontrando cómodos en las penetraciones y es lo que le faltaba ajustar a Moncho Fernández para cambiar el marcador.

El partido entre el Obradoiro y el Strasburg fue una guerra constante, con constantes contactos

El partido entre el Obradoiro y el Strasburg fue una guerra constante, con constantes contactos / FBW

El Strasbourg se cargaba con cinco faltas al cierre de los diez minutos iniciales, lo que le permitió a los santiagueses ser más agresivos con la posibilidad de conseguir tiros libres y cerrar el cuarto con un punto abajo (23-24).

Comenzaba el segundo cuarto y el partido era una guerra constante con muchos contactos. El Obra tenía problemas defendiendo a los exteriores, padeciendo la baja de Rigoberto Mendoza, con Fernando Zurbriggen sufriendo al inicio del cuarto. Por ello, Moncho movía ficha y daba entrada a Eric Washington, un golpe de efecto en ambos lados de la pista. Aún así, los galos contaban también con la altura por fuera para tirar por encima de él y Jordan Howard.

Pero si de centímetros se trata, el Obra volvía a sacarlos del poste con un Marek Blazevic muy físico en ataque, sabiendo que los jugadores del poste podrían ser diferenciales para los compostelanos. Les seguía costando lidiar a los franceses con los interiores del Obra, especialmente cuando saltaban rápidamente en defensa a la ayuda ante Howard y Washington. Pese a todo, tomaban la delantera en el marcador con su excelente movimiento de balón y sus agresivas penetraciones.

Con menos de tres minutos para cerrar la primera parte, el Strasbourg comenzaba a despegarse en el marcador con su baloncesto físico y, acompañado aún del acierto, lograban poner el +9 (47-38) para irse al descanso con todo a su favor.

Moncho Fernández debía buscar en el paso por vestuarios la forma de cerrar las penetraciones de los galos, o atascando la zona o con sus pívots imponiéndose, para impedir los puntos de sus rivales. También debía dar la confianza a sus chicos para que finalizasen con mayor confianza en ataque, especialmente a sus pívots debajo del aro, ya que eran determinantes para sus aspiraciones europeas.

Mientras, Massimo Cancellieri solo debía de cerrar la línea de pase de los compostelanos a su zona y reducir las faltas de los suyos para no dar chance a los de la capital gallega desde la línea de tiros libres. Su baloncesto físico estaba dando resultado y, en ataque, la ventaja de altura de sus exteriores estaba produciendo una sangría para el Obra. El protagonista hasta el momento era Quinton Hooker, sumando 13 puntos, 3 rebotes y 3 asistencias.

Volvían los dos equipos a pista y el Obra salía aún más intenso en defensa, sabiendo que necesitaba hacer un esfuerzo extra para ganar. Pese a todo, los franceses seguían dominando el choque en la ofensiva, aunque se cargaban de faltas a los seis minutos, momento a partir del cual el Obra iría a la línea de tiros libres con cada falta.

Así, los santiagueses lograban recortar poco a poco, como ya pasara con el Legia en el partido anterior, confiando en cosechar el mismo éxito. Los de Moncho lograban empatar (56-56) con tres minutos y medio en el luminoso y forzaban el tiempo de Cancellieri. Era el momento de los de la capital gallega de aprovechar su buen momento y la mala situación de los galos.

El técnico italiano logró que el conjunto francés saltase mejor a pista recuperando parte del terreno perdido (62-56) y forzando ahora el tiempo del Alquimista de Pontepedriña. Pero no serviría para recuperar el empate y el cuarto terminaba 64 a 58.

Pese al mayor acierto del Obra en los tiros de campo (56.76%), los galos tiraban más a canasta y aprovechaban mejor los tiros libres de los compostelanos, factor que decantaba la balanza a su favor. Llegaba la última oportunidad para los santiagueses.

Comenzaban los diez minutos finales y el Strasbourg saltaba con ganas de dinamitar el partido y lograba poner la diferencia en dobles dígitos (71-60) con más de siete minutos por jugar. Moncho pedía tiempo y necesitaba dar un vuelco al choque y llenar de confianza a los suyos. Los franceses seguían acertados en ataque y cerraban muy bien a Pustovyi, quien no lograba atrapar los balones que le ofrecían sus compañeros.

El Obradoiro intentó la remontada, pero los galos no cedieron

El Obradoiro intentó la remontada en el último cuarto, pero los galos no concedían / FBW

El arbitraje no acompañaba, muy polémico durante todo el clasificatorio, pero los compostelanos tiraban de corazón y oficio para intentar la remontada. El reloj jugaba en su contra y los galos quemaban tiempo en cada posesión para evitar vivir otra situación como contra el Ironi Hay (Israel). Los santiagueses bajaban de los dos dígitos de diferencia (76-68) y Cancellieri pedía tiempo para no relajarse en los dos minutos y medio que quedaban. Mientras, Moncho debía pedir lo posible y lo imposible a los suyos para ganar.

El Obra salió con presión a todo el campo y buscaba correr para aprovechar el tiempo que los galos quemaban. Tres Tinkle sumaba uno de sus dos tiros libres y sacaba falta en el rebote del segundo para anotar los dos siguientes (76-71). Los franceses no concedían, pero Pol Figueras anotaba un triple que los situaba a 4 con 37 segundos en el marcador (80-76).

Pero no era el día del Obradoiro. El partido terminó 82-78 y el SIG Strasbourg lograba el pase a la BCL. El sueño europeo tendrá que esperar, mínimo, un año más. Pese a todo, el obradoirismo solo puede estar agradecido a sus jugadores tras completar un gran torneo y plantando cara a un grande de la liga francesa.