“Los piensos subieron un 40 % el último año y los envases para los huevos un 30 %. Es un disparate”

Granja de pavos

Granja de pavos

Si la subida de costes de producción, unida a las exigentes y cambiantes normativas amenazan la viabilidad de la industria avícola europea, mucho peor lo tienen aún los productores tradicionales, que como confiesa Xosé María García, miembro de la Ejecutiva del Sindicato Labrego Galego (SLG) y propietario de una pequeña granja en San Sadurniño, están obligados a compatibilizar este trabajo con algún otro porque por sí solo “no da para vivir, sólo es un complemento”.

En el último año, explica, “los piensos ecológicos subieron un 40 % por el incremento de los cereales de los cereales; los envases de los huevos “se incrementaron un 30 %”, los combustibles se dispararon... lo cual en tan corto período de tiempo es una barbaridad”. Los precios del producto subieron también, pero ni mucho menos en ese porcentaje, prosigue. “¿Si el precio del pollo o del gallo aumentase un 30 o un 40 % a quien se los vendes”, se pregunta Garcia. “No hay incremento de beneficios ni de ingresos ni de nada”.

En la producción artesanal se maneja un volumen muy pequeño de producción, por lo que la cadena de comercialización es corta, “tenemos que hacerlo casi todo nosotros”, relata. De hecho, según detalla, en avicultura artesanal se puede tener un máximo de 50 gallinas reproductoras y 50 ponedoras, mientras que para carne de pollo o gallo lo máximo que se permite son 400 animales al año. “Es una actividad que tienes que complementar con otra. No puedes vivir exclusivamente de la avicultura artesanal porque es muy limitada, con un mercado complicado. La rentabilidad es muy baja, no sacas un salario nin de broma, hay que complementarlo con otra actividad. No da para vivir. Desde el último año y medio así la subida de costes de producción fue un disparate”, resume el propietario de la granja Quinta da Vacaloura en San Sadurniño.

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