La superficie de especies frondosas, 39.000 hectáreas, triplica la de los bosques de eucalipto

El distrito 16 es, junto al sur de Lugo, Ourense y O Condado, la reserva de castaños y robles de Galicia

El Inventario Forestal Continuo cifra en más de 17.200 ha los montes de coníferas

Plantación de castaños y nogales en Gresande, Lalín

Plantación de castaños y nogales en Gresande, Lalín / Bernabé/Ana Agra

Salomé Soutelo

El distrito forestal 16, que engloba las comarcas de Deza y Tabeirós-Montes (incluido Cerdedo, desglosado de Cotobade), dispone de 38.973 hectáreas de plantaciones de frondosas, entre hayas, castaños y robles. La cifra convierte a la zona en una de las reservas de este tipo de madera, junto a los distritos forestales del centro y sur de Lugo y los de Ourense, además del de O Condado-A Paradanta, también en Pontevedra. De hecho, esas casi 39.000 hectáreas convierten al distrito en el quinto con mayor superficie de frondosas, en una lista liderada por el distrito forestal Lugo-Sarria (65.931 hectáreas), A Fonsagrada-Os Ancares (64.070) y Terra de Lemos (56.706).

Los bosques de castaños y robles en Deza y Tabeirós-Montes suponen, además, un freno a la proliferación de plantaciones de eucaliptos, ya que ocupan más del triple de las 11.182 hectáreas de plantaciones de esta especie de crecimiento rápido.

Son los primeros resultados del Inventario Forestal Continuo de Galicia, un proyecto puesto en marcha entre la Consellería do Medio Rural con las universidades de Santiago y de Vigo para conocer de forma detallada los recursos forestales de Galicia. Los datos se difundieron en junio, y dan cuenta de la relevancia de los bosques gallegos como productores de madera a nivel estatal. Según el propio inventario, las masas dedicadas a generar madera en Galicia son el 4% de la superficie arbolada para este mismo fin en España, pero producen nada menos que el 57% de la madera cortada en el Estado.

Por especies, las frondosas ocupan en toda Galicia 593.011 hectáreas, por encima de la superficie de eucalipto, con 367.472. Hay zonas, como nuestro distrito forestal o los distritos lucenses, donde los bosques de eucalipto son minoritarios.Sin embargo, la proporción da la vuelta si vemos los datos de Bergantiños-Mariñas coruñesas, con 51.174 hectáreas de eucaliptos frente a solo 17.833 de frondosas, o Fisterra, con 24.000 y 6.007 hectáreas, respectivamente.

A nivel gallego, la producción de eucalipto ya supera a la de la madera procedente de coníferas, pues esas casi 367.500 hectáreas están por encima, aunque sea por poco, de las 363.963 hectáreas de cultivos de pinos, abetos o cedros. Estos bosques son los segundos de mayor dimensión en el distrito forestal 16, con 17.242 hectáreas de superficie forestal arbolada.

A nivel autonómico, el Inventario Forestal Continuo de Galicia indica las superficies afectadas por incendios, que ascienden a 14.564 hectáreas. De ellas, 9.167 tenían plantaciones de coníferas; 4.263 eran de robles o castaños, y 1.133, de eucaliptos. Sobre las áreas quemadas, en junio se cifraban en 3.365 hectáreas: 486 de eucaliptos, 2.597 de coníferas y 1.383 de frondosas.

Enfermedades

Sin salir del apartado de las especies frondosas, hay que recordar que el castaño sufre desde hace años la plaga de la avispilla, que ha tenido especial incidencia en el oriente ourensano y contra la que se lucha mediante la suelta de un parasitoide que ya ha resultado eficaz en países como Japón, Italia o Francia.

Pero además de la avispilla, las plantaciones de castaño se enfrentan también al chancro, causado no por un insecto, sino por un hongo y cuyas consecuencias son visibles ya en plantaciones de la costa de Pontevedra y A Coruña, pero también en fincas de Santiago, Ordes y Melide. Por ello, desde el sindicato Unións Agrarias se pide a la Xunta que extienda la campaña de vacunación, iniciada en Lugo y Ourense, a estos montes, puesto que en muchos casos son plantaciones que intentan reintroducir el castaño en zonas donde se habían perdido ya centenares de ejemplares por otra enfermedad, la de la tinta, a mediados del siglo pasado. En el caso de las plantaciones atlánticas de castaño, están más orientadas a madera que a frutos.