Seis vigas de hormigón caen de un camión en marcha en Ames

El suceso ocurrió en la vía que une Negreira y Bertamiráns

No hubo daños personales, pero sí materiales y enormes retenciones

Un camión pierde su carga de vigas de hormigón entre Ames y Negreira y provoca retenciones

Un camión pierde su carga de vigas de hormigón entre Ames y Negreira y provoca retenciones / Cedida

Por increíble que parezca, seis vigas de hormigón de 2.200 kilos de peso cada una acabaron este lunes sobre el asfalto al caer accidentalmente del camión que las transportaba en la AC-544, en la carretera que comunica Negreira y Bertamiráns.

El suceso se produjo en torno a las 8.20 horas en sentido Negreira, a la altura de Trasmonte, en el término municipal de Ames, en el entorno de la curva de Piñor, muy cerca del desvío que conduce a Ponte Maceira.

Por causas que se desconocen, el camión volcó parte de su carga sobre la carretera, por la que en ese momento circulaba gran cantidad de vehículos, al coincidir con la hora de entrada a los centros de trabajo. Las vigas cayeron del vehículo y quedaron tendidas en la calzada, invadiendo los dos carriles de la vía.

Por suerte, no hubo que lamentar daños personales, aunque sí materiales. Una ambulancia que se aproximaba de frente no pudo esquivar una de las vigas y pasó por encima del poste, por lo que sufrió daños de consideración.

De inmediato, el tráfico rodado quedó interrumpido, lo que provocó retenciones kilométricas que se prolongaron durante más de una hora. Agentes de la Guardia Civil de Tráfico se personaron en el lugar para dirigir la circulación y dar paso de manera alternativa a los coches que circulaban en uno y otro sentido.

“É unha estrada onde se producen moitos accidentes”, señalaba a este diario uno de los conductores que se vio atrapado en el atasco. “Non sei que pasou neste caso, pero a verdade é que por aquí a xente pasa moi rápido. Sae da rotonda que está cerca e colle demasiada velocidade”, añadía el hombre, vecino del lugar.

También la farmacéutica Laura Campos, que trabaja en la botica de la que es propietaria su madre Isolina Lago situada en la curva de Piñor, se encontró con la enorme caravana cuando estaba a punto de llegar al negocio para iniciar su jornada de trabajo. “Al principio creí que había sido un accidente sin más, pero al ver que el tráfico estaba completamente parado empecé a pensar que algo gordo había pasado”, relata.

Finalmente, los coches empezaron a moverse con mucha lentitud puesto que debían ir esquivando las vigas que habían quedado sembradas en la calzada. “Teníamos que ir pasando muy despacio. Al final, llegué tarde a trabajar”, señala, para añadir que “lo importante es que no hubo heridos”.

Ante la dimensión del atasco fueron muchos los conductores que temieron que hubiera ocurrido algo muy grave: “en un primer momento había impaciencia y sonaban las bocinas, pero después, cuando ves lo que ocurrió, te tranquiliza saber que nadie resultó herido”, apunta la farmacéutica.

Fue, eso sí, “un mal día para el negocio”. “Teníamos los coches de policía y de emergencias delante de la farmacia y no entraba nadie. Estábamos todos pendientes del accidente”, explica sobre una mañana que resultó “muy caótica”.