Entrevista | Manu Barreiro Jugador de la SD Compostela

“En esta situación y con otros jugadores acabaríamos a piñas todos los días. El vestuario es sano y noble”

Manu Barreiro a punto de conectar un remate en el Verónica Boquete

Manu Barreiro a punto de conectar un remate en el Verónica Boquete / Jesús Prieto

Manuel Barreiro Bustelo (08/07/1986, Santiago) llegó este verano a la SD Compostela, el equipo de su ciudad, como el fichaje estrella de un proyecto cuyo claro objetivo era buscar el ascenso. El delantero recaló en San Lázaro tras cinco temporadas en Segunda División con el Lugo y ahora suma 10 goles en 30 partidos, siendo el pichichi del equipo. Sin embargo, su prioridad es el éxito colectivo y para ello tiene claro que este domingo el Compos debe sorprender a su exequipo, el Pontevedra, para primero alcanzar el play-off. 

¿Qué nota le pondrías hasta ahora a la temporada del equipo?

No diría un desastre, pero insuficiente. Insuficiente porque se hizo un equipo para otros objetivos. Estamos a tiempo de ver cómo acaba la temporada, pero bueno, sobre el papel tendríamos que, a nivel colectivo, estar un poco más asentados, sobre todo en la zona de play-off.

¿Crees que en verano se generaron demasiadas expectativas?

Sí que se hicieron unas expectativas que a lo mejor eran muy altas, pero creo que acordes con los nombres que teníamos. Por lo que sea tanto individualmente como colectivamente no hemos dado lo que se esperaba. Al final el fútbol no es “a, b, c...”, son muchas cosas, muchos momentos de forma. En momentos que son cruciales a lo largo de la temporada no hemos estado al nivel, creo que con los de arriba prácticamente con ninguno hemos competido, hemos perdido todos esos partidos. Los números son los que son, la realidad es que ha sido un año complicado, difícil desde el principio. No creo que haya sido por autoexigencias o por meternos más presión de la que tocaba, teníamos equipo para más y no hemos estado bien. 

Algunos de los que llegasteis en verano con un gran cartel habéis ido perdiendo protagonismo. ¿Cómo os sienta?

Las temporada son muy largas. Yo estoy acostumbrado a jugar 42 jornadas y este año vamos a jugar mínimo 34, esperemos que alguna más. En un año no estás a tope siempre. En mi caso, por ejemplo, hasta que vino David Grande prácticamente tenía que jugar sí o sí porque no tenía recambio. Muchas semanas ni entrenaba para poder jugar... A mí personalmente a lo mejor a la larga me pasó factura. Hay momentos que físicamente tampoco te encuentras bien. Evidentemente no somos máquinas y pasamos por momentos. Ninguno es indispensable solo como lo somos todos juntos, y creo que hemos pasado todos por momentos buenos y peores. Ahora nos está tocando otro rol y ya está, asumirlo y sumar en lo que se pueda. 

¿Cómo ha sido la evolución anímíca del equipo?

Yo creo que anímicamente empezamos muy bien a nivel de confianza. Éramos un equipo muy bien trabajado, con muy buenos jugadores. Cuando empezamos a encadenar partidos que no teníamos buenas sensaciones, como la derrota con el Zamora, varias seguidas en casa con el Ourense, Villalbés... Te hace plantearte cosas y creo que la cabeza es muy importante en el fútbol. Con el cambio de entrenador hubo un cambio de chip, de mentalidad, a nivel físico también dimos un paso hacia adelante, pero creo que hubo un partido que nos hizo mucho daño a nivel psicológico, que fue el de después de Navidad, el del Marino. Teníamos un mes teóricamente idóneo para engancharnos definitivamente en lo más alto y no dimos al nivel. Fue un mes malo para el devenir de la temporada.

Más allá de los resultados, ¿cómo está siendo el regreso a tu ciudad?

Siempre he tenido buenas palabras para el Compos, tengo muchos amigos aquí obviamente, soy de Santiago y tengo mucha gente conocida. Cómodo me siento, aunque como decía hay momentos y ahora mismo, evidentemente, no estoy en uno de mis mejores momentos a nivel de partidos y del día a día. La segunda vuelta está siendo mala en números y en sensaciones, lo bueno que tiene es que de un día para otro, o de un fin de semana para otro, cambia. Tanto yo como el resto de mis compañeros queremos una victoria el domingo, que nos vuelva a enganchar ahí a la zona alta. Si logras entrar en ese quinto puesto, aunque ahora nos dan casi todos por muertos, es un chute moral muy alto para lo que venga. Estamos trabajando día a día para ganar el domingo y afrontar los últimos tres partidos con emoción.

¿Para ti es especial jugar contra el Pontevedra?

Sí, siempre que te enfrentas a exequipos lo tienes un poco más marcado. Siempre hay equipos a los que le tienes más cariño que a otros, que has estado mejor que en otros sitios o han salido mejor las cosas... Siempre guardo buenos recuerdos de casi todos los equipos en los que he estado. Ahí tuve un año que también fue complicado, un poco parecido a este. Teníamos equipo para estar arriba y al final fuimos quintos. Pero es eso, siempre he marcado a los exequipos con negrita.

Además es el líder de la categoría y el Compos tiene muchas bajas. ¿Cómo afrontáis este derbi?

Ahora mismo es el mejor equipo de la liga. Tenemos jugadores que están entrando muy bien, que no están teniendo esos minutos que a lo mejor se merecen y con estas cosas puede entrar, que aprovechen su oportunidad. Tenemos gente de sobra, el domingo va a salir un equipo competitivo, un equipo bueno. Evidentemente tenemos bajas importantes, pero los que salgan van a intentar igualar o mejorar a los compañeros que no van a estar. Tranquilidad en ese sentido, creo que tenemos gente preparada para ello. 

¿Qué ambiente hay en el vestuario con todo lo que ha pasado esta temporada?

He estado en muchísimos vestuarios, con diferentes nacionalidades, situaciones más y menos complicadas, y creo que este es un vestuario noble y sano. Evidentemente cada uno somos de nuestro padre y nuestra madre y todos queremos jugar lo máximo posible. Siempre hay pequeñas cosas de compañeros, pero nunca han ido a más, no ha habido un vestuario conflictivo ni mucho menos. Creo que en esta misma situación y con otros jugadores acabaríamos a piñas todos los días, pero no es el caso. En ese sentido el vestuario es sano. Todo el mundo es egoísta y quiere jugar, intentar aportar lo que tiene y ya está, es la competitividad del día a día. Hay gente de la casa que está ahí siempre para cuando las cosas salen mal y con los que hemos llegado nuevos no ha habido ningún tipo de problema.

¿Qué mensaje os está transmitiendo Antón Permuy desde que subió al primer equipo?

Nos transmitió sobretodo confianza en el equipo. Que la base, los buenos jugadores, los teníamos, pero que había muchísimo que mejorar desde el día a día. Tienen una idea muy marcada, evidentemente no tienen tiempo para desarrollarla, pero son gente preparada y con energía. A la vista está la temporada que han hecho con el equipo juvenil. Antón ya ha estado con nosotros desde que vino Míchel, son gente preparada para llevar al equipo.

¿Qué mensaje le darías al compostelanismo para que mantenga la esperanza en estos últimos partidos?

En estos momentos tampoco se puede pedir mucho. Dentro de lo que cabe nos han apoyado siempre al máximo, han estado siempre ahí. Simplemente que sigan hasta el final, sobre todo este domingo, que tiene que ser el partido clave, tenemos que ganar sí o sí. Y nada, decirles que vamos a intentarlo hasta el final para intentar meternos y luego ir a por lo que hemos venido buscando desde el principio, que es el ascenso de categoría. Que nos apoyen sobre todo este domingo que creo que es la clave de todo y vamos intentar llegar vivos al final.