Energía

El lastre de ser una 'isla energética' amenaza el 'boom' de las renovables

España trata garantizar la construcción de dos nuevas interconexiones eléctricas con Francia para tenerlas listas en 2030

El sector duda de los plazos. Si no se cumplen, el Gobierno tendrá revisar el objetivo de nuevas renovables del PNIEC

Vista del túnel de la interconexión eléctrica subterránea entre España y Francia.

Vista del túnel de la interconexión eléctrica subterránea entre España y Francia. / Redeia

David Page

España está considerada una ‘isla energética’ por sus reducidísimas conexiones eléctricas con Europa. El país arrastra un déficit secular de interconexión con Francia, muy por debajo de los objetivos marcados por la Comisión Europea para reforzar la seguridad de suministro energético del continente, la estabilidad del sistema eléctrico y la integración entre los estados miembros. Unos objetivos que seguirán muy lejos de alcanzarse incluso con la futura construcción de nuevas redes entre ambos países que ya está en proyecto.

La baja capacidad para transportar electricidad entre ambos países condiciona de manera crucial el sistema de producción eléctrica y los precios del mercado: ser una ‘isla energética’ es la razón por la que la UE permitió a España y Portugal adoptar medidas especiales y diferenciadas durante lo peor de la crisis energética (la famosa ‘excepción ibérica’ y su tope al gas). Y de cara al futuro también puede acabar siendo un freno para el 'boom' de energías renovables si no se cumplen los plazos previstos para activar las nuevas líneas internacionales programadas y que deberían estar listas entre 2028 y 2030.

España se ha lanzado en los últimos años a un despliegue masivo de nuevas plantas de renovables y se prepara para una avalancha aún mayor en los próximos. En el actual escenario de reducida demanda de electricidad de la economía española (tras el descenso de 2023 el consumo cayó hasta niveles de hace dos décadas) y de insuficiente madurez en el desarrollo de las tecnologías de almacenamiento de electricidad a gran escala (baterías), las interconexiones internacionales representarían una vía para dar salida a la capacidad de producción creciente de electricidad que está adquiriendo el mercado español.

Desde el sector energético se advierte de que un eventual retraso en la puesta en marcha de las nuevas redes con Francia provocaría una ralentización de la expansión de nuevas renovables para evitar más distorsiones entre oferta y demanda eléctricas.

Tres nuevas conexiones

La modesta conexión actual España-Francia sólo permite transportar entre ambos países el equivalente a un 2,8% de la potencia eléctrica española, unos 3.000 megavatios (MW), a pesar de que el objetivo comunitario era alcanzar el 10% en 2020 y el 15% en 2030. La capacidad va a ir creciendo en los próximos años, pero con todo lo proyectado hasta ahora se seguirá sin alcanzar las exigencias de Bruselas.

Ambos países tienen diseñada la puesta en marcha de tres nuevas interconexiones, que acumulan enormes retrasos y que se han encontrado en los últimos años especialmente con las reticencias de Francia a impulsarlas. Los Gobiernos español y francés acaban de acordar la activación de una comisión bilateral para impulsar la construcción de las nuevas conexiones eléctricas y para abordar directamente aspectos técnicos y financieros para evitar más demoras.

España y Francia han conseguido desencallar la construcción de una nueva conexión a través del Golfo de Vizcaya que elevará la interconexión hasta los 5.000 MW con el objetivo de que esté operativa en 2028 y con unas inversiones de 2.800 millones, cuyo reparto entre ambos países ya ha sido acordada. Ahora quedan pendientes de impulsar otras dos interconexiones a través de los Pirineos, por Navarra y Aragón, para tenerlas listas en 2030 y alcanzar los 8.000 MW. Ni siquiera con estas dos nuevas conexiones se alcanzarán los mínimos requeridos por la UE, y es que se alcanzará en torno a un 7% de la potencia instalada actual en España.

El PNIEC, bajo lupa

La conexión submarina se pondrá en marcha con varios años de retraso sobre anteriores previsiones. Y desde el sector energético ahora también se ve difícil que se vaya a cumplir el objetivo de tener los otros dos cables a través de los Pirineos en 2030 (aunque levantar los tendidos eléctricos por los Pirineos no sea tan complicado como tirar la línea submarina ahora en construcción).

El Gobierno reconoce que, si no se cumplen los plazos establecidos para tener operativos los cables con Francia, previsiblemente habrá que recortar algunos de los objetivos de nuevas renovables marcados en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), la hoja de ruta para la descarbonización y el impulso de las energías verdes hasta final de esta década. El Gobierno envió a la Comisión Europea el año pasado un borrador de actualización del PNIEC y ahora está trabajando en la inclusión de sus alegaciones, con la pretensión de que Bruselas dé el ok definitivo a los nuevos objetivos marcados a mediados de este año.

La nueva versión del PNIEC elaborada por el Ejecutivo catapulta los objetivos de más renovables -con mucha más energía eólica, más fotovoltaica, más hidrógeno verde, más almacenamiento eléctrico…- para aumentar con un 56% más de energía verde adicional en relación al plan vigente, aprobado hace tres años: de los 59.000 megavatios (MW) en una década hasta un total de 105.000 MW nuevos más (en la práctica, la nueva meta supone que hay que incremenar en 85.000 MW la potencia verde actual).

Fuentes gubernamentales reconocen que si no están listas en plazo las nuevas interconexiones internacionales previstas habrá que revisar de nuevo esos objetivos, pero esta vez a la baja. Las cifras del PNIEC se revisan cada dos años. La próxima actualización habría que activarla en 2025, con el objetivo de tenerla aprobada al año siguiente.

La actual planificación de construcción de nuevas redes eléctricas, elaborada por Red Eléctrica de España (REE) y el Gobierno, estaba prevista para el periodo 2021-2026, y en ella se anticipaba la construcción de las nuevas interconexiones con Francia para el siguiente periodo regulatorio. Ahora el Ministerio para la Transición Ecológica trabaja en paralelo en una actualización exprés de la planificación actual (para incluir algunas actuaciones y ampliaciones de red urgentes) y también en una planificación integral totalmente nueva para el periodo 2025-2030 en la que previsiblemente se recogerán los nuevas redes con Francia. Desde el Ejecutivo se subraya que conseguir cumplir los plazos no sólo depende de España, sino que también está condicionado por la planificación de red de Francia y de su cumplimiento.