Un grupo de familias se reúne en Santiago contra el E-Dixgal y por el veto de los móviles en los recreos

Consideran tomar acción desde las ANPAS con recogidas de firmas y actividades informativas

Centro Sociocultural de Santa Marta, donde tuvo lugar la reunión

Centro Sociocultural de Santa Marta, donde tuvo lugar la reunión / Cedida

Después de varios intentos infructuosos de llevar a cabo una asamblea de ámbito autonómico entre los más de quinientos padres y madres que hace un par de semanas se comenzaron a organizar vía grupos de WhatsApp y Telegram para tratar de vetar totalmente el uso del teléfono móvil en los centros educativos y mostrar, también, su preocupación y malestar con el desarrollo del programa E-Dixgal, a través del que un total de 64.200 alumnos repartidos en 630 centros educativos de la comunidad estudian a través de un ordenador portátil. Un grupo de familias de Santiago y su área de influencia, conformes con esas reivindicaciones, llevaron a cabo en la mañana de ayer una primera reunión en el Centro Sociocultural de Santa Marta. En la que participaron también Julio Carmona, activista del área de Digitalización de Ecologistas en Acción, y Menchu Outón, docente del IES As Bizocas de O Grove, centro que en reiteradas ocasiones se ha negado a implantar el programa puesto en marcha por la Xunta de Galicia que facilita el acceso a los libros y a los materiales académicos a través de plataformas digitales.

Julio Carmona explicó las evidencias científicas existentes –gracias a estudios como el del Instituto Karolinska de Suecia– sobre las consecuencias negativas de la digitalización escolar y el uso de pantallas en la primera infancia. Efectos probados como la menor capacidad de concentración y desarrollo del lenguaje hasta el mayor riesgo a padecer problemas de salud mental.

Los progenitores pusieron en común ideas acerca de la dificultad de no sucumbir a la presión social a la hora de darles a sus vástagos el primer teléfono móvil. “Mi hija tiene este año la excursión de fin de curso de sexto de primaria y nos dicen que es obligatorio que lleven el dispositivo”, explicó una madre.

La docente pontevedresa Menchu Outón felicitó a los padres por haber abierto este debate y recalcó la necesidad de que sean las propias familias las que tomen conciencia de la existencia este problema y amplíen su educación digital. A la hora de tratar de retrasar la adquisición de un teléfono móvil para los niños, la profesora recomendó la adopción de “pactos familiares”, es decir, el tejido de redes de apoyo con otros progenitores que también avogan por esa medida. “Muchas veces nos vemos solos, como islas, y no somos capaces de ver que otras muchas familias piensan de la misma manera”, explicó.

Para comenzar a tomar cartas sobre el asunto, la mayoría de familias coincidieron en la existencia de una mayor “facilidad” para tratar de abordar el problema que supone en muchos casos el E-Dixgal en la educación de sus hijos que con respecto a la prohibición del teléfono móvil en todos los ámbitos de los centros educativos.

En este sentido, y tomando como ejemplo el trabajo ya llevado a cabo en diferentes centros como el CEIP A Ramallosa de Teo, consideraron la posibilidad de comenzar a pasar a la acción desde las ANPAS a través de la redacción de un manifiesto, recogidas de firmas y actividades informativas para padres y docentes.

Otra sugestión fue la de solicitar a la Consellería de Educación un estudio del que se puedan extraer el número de horas que los alumnos se pasan frente a una pantalla debido al programa educativo.