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Los clásicos, los derbis y las rivalidades

Jesús Baleato

Jesús Baleato

En el deporte hay encuentros que se encuadran dentro de los términos derbi y clásicos. El nombre sale del enfrentamiento entre dos equipos que tienen máxima rivalidad entre ellos. Suele suceder entre conjuntos de la misma ciudad, pero en España tenemos a Madrid y al Barcelona como el mayor exponente de este ejemplo y en Galicia el Celta y el Deportivo.

Por derbi, según la RAE, se entiende que es un “encuentro, generalmente futbolístico, entre dos equipos cuyos seguidores mantienen permanente rivalidad”.

La palabra derbi tiene su origen en el mundo de la hípica y se lo debemos a Edward Smith-Stanley, 12º conde de Derby, quien, durante el transcurso de una cena celebrada con un grupo de amigos en 1778, propuso organizar una carrera de caballos, su gran pasión, con la finalidad de ver quién tenía el caballo más veloz. El ganador fue el conde Derbi y desde entonces se acuñó el nombre.

Usamos indistintamente el nombre de derbi o de clásico cuando nos referimos a encuentros de esta índole.

El nombre de partido clásico parece que proviene de Suramérica, es tal la rivalidad que ya se pasa a llamar “Superclásico Boca-River”. Y es que un clásico es eso, el partido más importante de un país, aquí la réplica es un Madrid-Barça. Ambos se necesitan para mantener su peso en la historia de fútbol.

Los términos clásico y derbi, solemos usarlos indistintamente tanto para referirse a un encuentro de máxima rivalidad entre equipos de la misma ciudad, Barcelona-Español o R. Madrid-Atlético de Madrid y así como otros que están en la mente de todos com o el Celta-Deportivo.

En el mundo del fútbol hay muchos clásicos, pero pocas rivalidades se equiparan a la que existente entre el Real Madrid y el Barcelona. Este enfrentamiento, es uno de los encuentros más seguidos y apasionantes del deporte a nivel mundial. Se transmitió al mundo entero con 38 cámaras. Todo queda gravado y se selecciona según criterios acordados y el atino del realizador. Poco se reflexiona sobre la calidad del juego, sobre el rendimiento de las figuras bañadas en oro, sobre lo sucedido en el terreno, no se repara en la táctica ni en el plan estratégico, se centran en el resultado final, eso ya contenta, porque el espectáculo también es todo lo que rodea al partido, antes, durante y después. Muchas opiniones dicen que ambos se necesitan y su rivalidad les obliga a ser cada día mejores. Ganan en el campo y también cuando pierde el otro.

Seguiremos hablando del partido, de lo sucedido en Montjuic y de un evento que se lleva más allá de lo futbolístico. Los oportunistas aprovechan para lanzar dardos al rival ya sean futbolístico, de gestión o de política y seguir alimentando la rivalidad, esa relación de antagonismo, enemistad o simple competencia que existe entre los dos, siempre disputando el premio del triunfo y buscando la recompensa, que se puede manifestar de maneras muy diferentes.

Llámale clásico, derbi o rivalidad extrema, éste reúne todas esas características para enmarcarlo dentro de los más importantes y trascendentes del planeta. Se habla de ello en las cantinas del pueblo y en los Parlamentos. Ni siquiera la Copa apaga los efectos. Divide el mundo en dos, hasta profundizan y proclaman un ADN propio, que si la Masía, que si la Fábrica y un estilo de juego de creación.

Madrid y Barça son de los más destacados, atraen multitudes, generan rivalidades y a los demás nos dejan a un lado como si el fútbol fuera suyo, cuando es de los jugadores y jugadores también los hay muy buenos en otros equipos, en otros derbis, en otros clásicos y en otras rivalidades.