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La Supercopa pone en valor al fútbol español

Jesús Baleato

Jesús Baleato

Los emocionantes partidos que decidieron la Supercopa de España 2024 ya tienen su conclusión y su historia. La semifinal, dejó un soberbio partido y la gran final, coronó al R. Madrid. Todos los encuentros tuvieron como sede el Estadio Al-Awwal Park de la capital saudí.

Dicen muchos que es un torneo para que jueguen la final Madrid y Barcelona. Es posible porque son los que generan el montante económico que beneficia a muchos equipos. Al reparto nos apuntamos todos y a la crítica también. Seguramente sería mejor jugarla en nuestra casa, pero no habría los ingresos que así genera.

Cuando se apagan los ecos de esta supercopa emocionante y con dos tardes de muy buen fútbol, como corresponde a estos busques insignia de nuestro fútbol, puedo concluir que el torneo dejo un Madrid de certezas, corriendo, vertical, físico no exento de técnica y con pegada, pero también dejó un Barcelona con dudas, con un modelo cogido con pinzas y un juego con poca profundidad, muy previsible y culpándose así mismo. En este partido la velocidad y profundidad venció al toque y a la amplitud.

El Madrid tiene una línea histórica en su juego, la asociamos más con lo físico, con el nervio y la velocidad de ejecución, que, con la paciencia, con el toque toque y la elaboración que son el ADN Barcelona. La final fue un contraste entre esos estilos de juego y se inclinó de parte del Madrid. Su fórmula se aplicó mejor y con más fe y seguridad que la del Barça.

La rivalidad es máxima, los catalanes presumieron mucho de la victoria de la edición del año pasado, abusando del Madrid y en esta edición fue al revés. Hubo un momento que me recordó los piques de antaño y que se volviera a llevar fuera del verde la rivalidad entre jugadores, pero la situación se calmó y serenó un poco a todos. En este partido no pasó del campo, aunque todos sabemos que en el fondo los marcadores entre estos dos son algo más que números y puntos. La lucha de gallitos y estilos no se va abandonar.

El mundo fue testigo y queda para el estudio la lucha de estilos, la rivalidad de los equipos y de las entidades, ofertando a los espectadores y a los aficionados certezas, dudas y expectativas por un igual.

Para los ganadores un trofeo muy valioso y para los perdedores una copa menor, así se consuelan unos y otros hasta sumar otro entorchado. Todavía queda mucho para levantar la Copa del Rey y para ganarse la Liga, pero mientras diremos que ya tienen un trofeo que está al alcance de unos pocos.

Hay un dato que pasó desapercibido y no lo respetó el árbitro que fue el tiempo de descuento en el partido cuando en otros, aquí en la Liga, están señalando el cronómetro todo el tiempo y amenazando con el gesto. Dónde está la verdad y la aplicación de la norma o volvemos al criterio de los colegiados.

La Supercopa pone en valor al fútbol español. Creo que el trofeo mostró un nivel de juego, de intensidad, de velocidad y goles que reponen y vuelven a España a primera línea. No comparto la gran mayoría de titulares y calificativos como humillación, retratado, vapuleado, por un lado y superbaño, arrase por otro, aunque hallan marcado 9 goles en este torneo. Sean acertados o no, el listón queda alto para el Madrid, a partir de ahora, las ilusiones las justas, porque el fútbol es fútbol. En todo caso el Madrid fue muy superior y justo ganador. Sin discusión posible, ganó el mejor y que reine el fútbol.