Políticas de Babel

Las claves de Trumpy Biden

José Manuel Estévez-Saá

José Manuel Estévez-Saá

EL ÉXITO DE TRUMP en los caucus de Iowa, celebrados el pasado lunes, constituye un magnífico punto de partida para el expresidente. Su victoria no sólo se confirmó (51%), sino que llegó a sacarle 30 puntos al segundo, Ron DeSantis (21%), quien, a su vez, se impuso por dos puntos a Nikki Haley (19%). Es decir, Trump logró más apoyo que sus dos rivales juntos. Mañana es el turno de New Hampshire, y si la exembajadora de EE.UU. ante la ONU y exgobernadora de Carolina del Sur no despunta de manera clara, habrá perdido toda opción de evitar que Trump se consolide como candidato republicano frente a Joe Biden en las presidenciales del 5 de noviembre.

Iowa no es un Estado demasiado representativo del conjunto del país (pequeño, rural, blanco y dominado por la derecha evangélica); pero la desbordante victoria de Trump nos hace pensar que lo mismo ocurrirá en muchos otros estados (con New Hampshire, Nevada y Carolina del Sur quizá no haga falta esperar al ‘supermartes’ del 5 de marzo). Sus problemas legales forman parte de la campaña republicana; y ha conseguido infundir en sus votantes la idea de que con su defensa ante la justicia está defendiendo los intereses de toda la ciudadanía que se sintió burlada en las pasadas elecciones. Por eso los caucus y las primarias republicanas no son tanto para decidir la nominación del expresidente como candidato a La Casa Blanca, cuanto para ver quién es el mejor entre los perdedores, y cuánto tardarán en tirar la toalla y unirse a la candidatura del neoyorquino. Ni siquiera sus competidores han puesto a Trump en la diana de sus ataques en los debates, sino que se han centrado en desprestigiarse mutuamente.

Por su parte, Joe Biden solicita fórmulas para compensar una impopularidad sin precedentes. Su gabinete de campaña ha diseñado una estrategia basada en ocho ideas principales: 1) La bonanza económica del país, con un crecimiento del 2,6% en 2023 y un 3,7% de paro. 2) El miedo a Trump, que es descrito como “el mayor peligro para la democracia”; un aspirante que sueña con la revancha y la venganza. 3) Lograr la rendición y el rápido apoyo de los otros dos candidatos demócratas: Dean Phillips y Marianne Williamson. 4) Persistir en la idea de facilitar el aborto pese a los dictámenes del Tribunal Supremo; con Kamala Harris como estandarte de la iniciativa. 5) Aumentar el número de donantes ante el éxito recaudatorio que está logrando Trump, y que resulta simbólico a ojos de los votantes. 6) Reforzar sus políticas medioambientales, de transición ecológica, y frente al cambio climático; y ahí está ahora John Kerry para asesorarlo. 7) Recuperar la confianza de las mujeres y las minorías del país. Y, 8) Seducir a los millones de jóvenes demócratas contrariados por el incondicional apoyo de Biden a Netanyahu en Gaza y por el excesivo coste de la vida y la inflación.