El radar móvil de Concheiros se camufla dentro de un coche

No sólo se ubicará en esta zona, sino que el Concello tiene previsto moverlo por distintos puntos de la ciudad

Vehículo de la Policía Local de Santiago

Vehículo de la Policía Local de Santiago / ECG

Los vecinos de la Rúa dos Concheiros no eran capaces de encontrar esta semana el nuevo radar que controla la velocidad en las calles de Santiago. El dispositivo es de tipo móvil, mucho más pequeño que los instalados en zonas como O Restollal y por lo tanto menos visible. Este tipo de aparatos puede, además, controlar la velocidad en los dos sentidos de la circulación camuflados en el interior de un coche, sin que haya presencia policial en la zona. Este ha sido el lugar elegido en los últimos días por la Policía Local, según ha podido confirmar EL CORREO. No se descarta que también se puedan emplazar directamente en las calles seleccionadas, fuera de los vehículos.

El nuevo cinemómetro ha ido además cambiando de ubicación. En el entorno de Concheiros se ha situado tanto en la propia calle como en la cercana de Rodríguez de Viguri. En la primera, la velocidad está limitada a 20 kilómetros por hora. El concejal de Mobilidade de Santiago, Gonzalo Muíños, explicó esta semana que días antes de que el nuevo aparato empezase a sancionar se había testado ya en la zona. La velocidad media de los conductores se situó en 24 kilómetros hora, no muy por encima del límite permitido. En la zona de Rodríguez de Viguri el límite de velocidad es de 30 kilómetros por hora, una vez se supera el paso de peatones del conocido como nudo de Concheiros, donde también está limitada a 20 km/h.

Pero estas dos calles no son las únicas en las que el Concello tiene previsto instalar el nuevo dispositivo de control de la velocidad. “No se ha fijado un horario determinado ni tampoco estará siempre en un punto concreto. Irá variando de posición y de franjas horarias”, apuntó Muiños, que explicó que el radar se irá moviendo por otros puntos de la ciudad. Desde el Concello recuerdan que la incidencia de la velocidad es especialmente alta en el caso de los atropellos. A partir de 80 km/h es casi imposible que un peatón se salve en caso de accidente, mientras que a 30 km/h el riesgo de muerte se rebaja al 10%.

Los radares móviles han ido creciendo en los últimos años en las carreteras españolas. La Dirección General de Tráfico (DGT) publicó a principios de este mismo año en el BOE la compra de 14 nuevas unidades por valor de 975.000 euros. En el caso de los dipositivos usados por la Guardia Civil, los radares móviles pueden medir la velocidad en un rango de 10 a 250 km/h, la distancia de medición se extiende de 15 a 40 metros y detectan la velocidad en al menos dos carriles de circulación. El pliego de condiciones también subraya que la batería debe durar al menos cinco horas. Normalmente, son radares que funcionan en movimiento, desde los coches de la Guardia Civil. Pero pueden ubicarse ocasionalmente en trípodes escondidos a lo largo de la vía, como las cunetas.