Las dificultades para alquilar en Santiago: “Ofertan pisos de 700 euros que se caen y con humedades”

Colas a las puertas de la inmobiliaria Julio Gerpe ante el anuncio de la visita a viviendas de alquiler para el próximo curso

Jóvenes estudiantes aguardan su turno en la mañana de ayer ante una de las inmobiliarias de la capital gallega / X.A.

Jóvenes estudiantes aguardan su turno en la mañana de ayer ante una de las inmobiliarias de la capital gallega / X.A. / Xose Aldámiz

Xose Aldámiz

Ni el cielo encapotado ni las gotitas de lluvia evitaron ayer que se formase una larga cola frente a la inmobiliarias Julio Gerpe, situada en la avenida de Vilagarcía. Decenas de jóvenes se aglomeraron esperando su turno desde las nueve de la mañana ante el anuncio de la visita a viviendas de alquiler para el curso 2023-2024. “Hasta ahora, siempre he buscado una habitación todos los años que estudié. Es más fácil, pero tampoco sabes con quién vas a vivir y este es el primer año que vamos a por un piso por inmobiliaria”, explica, a las puertas de la inmobiliaria, Mario, un estudiante de Psicología de 25 años que se lanzó a la caza de un nuevo hogar junto a su compañera Esther tras conocer el anuncio de Julio Gerpe a través de sus conocidos. No obstante, la difícil situación de la vivienda añade un obstáculo para ellos y Laura. Esta futura criminóloga de 18 años ansiaba encontrar una vivienda de tres habitaciones por debajo de los 650 euros que pagan sus compañeros y ella actualmente. “Este año nos enseñaron menos que el año pasado porque nos dijeron que estaba mucho más ocupado; que la gente se queda más tiempo en ellos”, asegura la joven. “Están todos bastante altos. La mayoría alrededor de 700 y algo”, puntualiza.

Estudiantes universitarios formaron ayer una larga cola en las inmediaciones de la  avenida de Vilagarcía/ RG

Estudiantes universitarios formaron ayer una larga cola en las inmediaciones de la avenida de Vilagarcía/ RG / Xose Aldámiz

La perspectiva de la vivienda para el curso académico ha convertido el papel de las inmobiliarias en algo imprescindible, aunque también poseen sus propias dificultades. “Empecé la semana pasada a buscar, y fatal. Pisos de 700 euros que se caían y con humedades”, narra Aldara Novo Gómez, tras más de dos horas aguardando su turno en la cola. “Es muy difícil algo con calidad y a un precio asumible”, añaden Sheila Rodriguez y su compañero Cristian. Estos estudiantes de Derecho confiaban en hallar un hospedaje por 400 euros que fuese mejor que su actual piso; al cual califican como “pequeño, frío y oscuro”.

Al igual que otros muchos universitarios, critican la organización de algunas inmobiliarias para las visitas programadas. “Hacen tours en los que van enseñando todos los pisos. Nos habían dicho que iban a tardar de media dos horas, que podíamos ir a otro sitio y que nos llamarían para el segundo tour. Entonces, llegamos a las dos horas y me han dicho que en teoría teníamos que habernos quedado en la cola y que va a preguntar a su compañero”, se queja Ángel, universitario que prepara Psicología con un alquiler de 550 euros para un piso que define como salido de la posguerra. Al intentar obtener declaraciones de la inmobiliaria resultó imposible ante la saturación de trabajo de los pocos empleados que lidiaban con las decenas de personas que permanecían ante sus puertas. La frustración de muchos se hacía evidente. Mientras que algunos se preparaban para visitar múltiples pisos con la esperanza de encontrar algo asequible, el lento movimiento de la cola dejaba a otros frustrados.

En Santiago es muy difícil encontrar un piso que digas que está muy bien y que tengas la oportunidad de esperar”, detalla José mientras su compañero rellena un formulario en la calle, frente a la puerta de la inmobiliaria, para solicitar el alquiler de un alojamiento visto un par de horas antes. Caso similar protagonizan las estudiantes de Óptica Laura y Vicky. Ambas acaban de firmar por un pequeño piso de 480 euros de alquiler y comunidad más gastos. “Lo cogimos un poco por el miedo de quedarnos sin nada”, indican.

Misión muy complicada

“Yo estudié y viví en el centro de Lugo en un dúplex reformado por menos que eso”, apunta una mujer tras ver un piso de 675 euros con humedades. Una madre también acompañó a su hijo desde Padrón para intentar cerrar el alquiler de un piso para el próximo curso, pero se encuentran con un panorama muy complicado: la subida de los alquileres en Santiago se ha ido disparando durante los últimos cinco años.

Según datos obtenidos en Idealista, la variación de precios de alquileres ha subido un 1,4% en junio frente al 0,4% de mayo. Aunque puede justificarse en el momento estacional, esta realidad se agrava al comprobar que la subida anual es del 10,5%. Este cambio sustancial ha dejado provoca que la búsqueda de un piso para el próximo curso se ha convertido en una misión más que complicada.