Goya en la Catedral de Santiago: estas son las 12 obras del artista que se conservan en el museo

Más allá del botafumeiro, la figura del apóstol y la belleza arquitectónica, la Catedral de Santiago posee otros tesoros de incalculable valor. En su museo se encuentran varios de ellos, poco conocidos por las personas que lo visitan e incluso por los propios santiagueses.

Entre todas estas piezas destacan 12 tapices realizados a partir de unos dibujos en cartulina de un joven Francisco de Goya entre 1976 y 1791, que llegaron a la basílica gracias a las donaciones de Don Pedro de Acuña y Malvar, canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela y ministro destacado durante el reinado de Carlos IV.

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Esta destacada posición le dio la oportunidad de adquirir varios de los telares reales que hoy se encuentran en el museo catedralicio, entre ellos los inconfundibles tapices de Francisco de Goya. En el reinado de Carlos III se produce un cambio muy importante en el mundo del tapiz. El rey quiso apostar por jóvenes promesas y para ello les encargó escenas más autóctonas y costumbristas, alejadas de la influencia flamenca que continuaba siendo muy fuerte en la época.

Aquí es donde entra en juego Francisco de Goya creando estas cartulinas para la Real Fábrica de Tapices. Curiosamente, después de terminarlos, los tapices son subastados, al no dársele el valor pertinente para decorar estancias reales. Todos los telares de Goya fueron restaurados en 2018, por lo que sus escenas y colores vuelven a relucir hoy en todo su esplendor. 

De los cuarenta y cinco cartones que Goya realizó para la Real Fábrica de Santa Bárbara entre 1776 y 1791, la Catedral custodia doce: El columpio, Los niños del carretón, Muchachos jugando a la soldadesca, La novillada, El muchacho del pájaro, La fuente, El majo de la guitarra, Los leñadores, La maja y los embozados (El paseo de Andalucía), Los jugadores de naipes, La acerolera, y El resguardo de tabacos.

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La colección de tapices de la Catedral es una de las más importantes de España y está estrechamente ligada a la figura de Pedro Acuña y Malvar, canónigo en la Catedral de Santiago, a la que llegó de la mano de su tío el arzobispo franciscano Sebastián Malvar y Pinto, en el año 1784.

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A través de sus amistades con el Conde de Floridablanca y Manuel Godoy, Pedro Acuña y Malvar desempeñaría importantes cargos en la política nacional, llegando a ser secretario de Estado y ministro de Gracia y Justicia durante el reinado de Carlos IV. Tras un período en el exilio, debido a su posicionamiento en 1808 durante la Guerra de Independencia, regresaría en 1811 para ocupar un puesto como Consejero de Estado, en el que permanecerá hasta el año de su muerte en 1814.

En el museo de la Catedral de Santiago de Compostela no solo se pueden apreciar los telares creados a partir de los cartones de Francisco de Goya, sino también los de pintores tan importantes como los flamencos Pedro Pablo Rubens y David Teniers el Joven. 

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Después de las Colecciones Reales, los tapices de la Catedral constituyen una de las colecciones más completas y de mejor calidad de todo el Estado, destacando además su buena conservación. Además, las salas que custodian muchas de las piezas, como las de Goya o Teniers, se abren al Obradoiro, ofreciendo desde su balcón soberbias vistas de la plaza y de los edificios que la rodean.