Cuenta atrás para las obras de la EDAR que evitará que el 50% de las aguas lleguen al Sar sin tratar

La construcción arrancará a finales de marzo o principios de abril

Sustituirá a una instalación que está “completamente obsoleta” tras más de 20 años de espera

Tendrá capacidad para 600 litros por segundo

Instalaciones actuales de la depuradora de A Silvouta en Santiago

Instalaciones actuales de la depuradora de A Silvouta en Santiago / Antonio Hernández

Desde hace más de dos décadas, Santiago espera por una nueva depuradora. La instalación actual no es capaz de tratar todas las aguas que salen de las tuberías de los edificios compostelanos y en la red subterránea se mezclan con las pluviales. Muchos días, hasta la mitad se vierten directamente al río Sar sin ningún tipo de filtro que elimine los contaminantes. Pero la construcción de la nueva Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) en A Silvouta está finalmente a punto de arrancar. El concelleiro de Obras, Xesús Domínguez, indica que la previsión es que a finales de marzo o principios de abril comiencen los trabajos. 

 La sociedad mercantil estatal Aguas de las Cuencas de España (Acuaes), dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, adjudicó el pasado mes de diciembre la obra a la UTE formada por Obrascón Huarte Lain, Aquambiente Servicios para el Sector del Agua y Espina Obras Hidráulicas (con sede en Santiago). Domínguez explica que está pendiente la firma del contrato —previsiblemente se realizará antes de que acabe febrero— y a partir de ahí las empresas tienen un mes para hacer acopio de materiales antes de iniciar los trabajos. Después de que la anterior adjudicataria renunciase al contrato y hubiese que iniciar una nueva licitación más cara, la infraestructura costará 58,9 millones de euros. La previsión es que entre en funcionamiento en mayo de 2026.

Mejora del río Sar

“La depuradora actual es francamente insuficiente, en capacidad y en tecnología, está completamente obsoleta”, explica Juan M. Lema Rodicio, catedrático emérito de Ingeniería Química en la Universidade de Santiago. La nueva instalación dispondrá de capacidad para tratar hasta 600 litros cada segundo y, según Lema, no tendrá ningún problema para depurar todas las aguas residuales de Santiago. De media, cada habitante vierte unos 250 litros cada día. “El río Sar va a mejorar mucho, actualmente está en unas condiciones malas, se notará también aguas abajo en Santiago y Ames”, indica el catedrático de Ingeniería Química. 

Recreación de cómo quedará la nueva depuradora de A Silvouta

Recreación de cómo quedará la nueva depuradora de A Silvouta / Cedida

La de Compostela será la primera depuradora de Galicia que use la tecnología de tratamiento de membranas, que ya funciona en unas 60 depuradoras de toda España. Lema destaca algunas ventajas de la nueva instalación. “Es una planta en la que los lodos se separan por membranas, que filtran el agua y ésta saldrá con mucha más calidad de la que tenía ahora”, destaca. La instalación permitirá, además, “eliminar el nitrógeno y el fósforo”, algo que hasta ahora no sucedía. Estos dos elementos químicos aportan un exceso de nutrientes a los ríos y provocan proliferación de algas que dañan los ecosistemas. 

La nueva depuradora también mejorará el tratamiento de los lodos, los residuos que quedan una vez eliminados los contaminantes y las aguas limpias se devuelven al río. Estos, explica Lema, se tratarán en la propia planta por “digestión anaeróbica”, es decir, se podrán valorizar energéticamente produciendo biogás. “Otra característica que también la va a notar muchísimo la gente es que es una planta que va a tener biofiltros para eliminar olores, por lo tanto, se supone que los olores se van a minimizar”, apunta. A diferencia de la actual, la nueva EDAR estará cubierta. “Tanto el impacto visual como el que pueda tener de olores, se va a reducir muchísimo”, incide el catedrático emérito de la USC. 

Todas estas mejoras en el tratamiento de las aguas no saldrán gratis. “La depuradora va a tener un coste energético muy superior al que tiene ahora. El coste de tratamiento va a más que duplicar al actual”, explica Lema, quien no descarta que se acabe repercutiendo en la factura que llega a los hogares. 

Separación de pluviales

La construcción de la esperada EDAR no pondrá fin a los problemas de saneamiento en Santiago. La ciudad aún tiene otra asignatura pendiente para que todo el sistema funcione de forma óptima. En la mayor parte de las calles de Compostela en las tuberías se mezclan las aguas residuales y las pluviales. Separarlas, indica Lema, “sería una buena solución porque en el momento de mucha lluvia, las pluviales se pueden pretratar y mandar al río sin que tengan que pasar por la depuradora, sería una gran ventaja”. Sin embargo, habría que acometer numerosas obras en el subsuelo de la ciudad. “En la zona vieja sería prácticamente imposible”, recalca Lema. “En la zona nueva, cada vez que se hace una humanización de una calle, pues se hacen las dos tuberías, la separación de fecales y pluviales. Pero, claro, el problema es que se hace solo en esa calle. Después, al final, va a una única tubería”, indica el catedrático. 

Para espacios más pequeños, como la nueva urbanización que se está acometiendo en la zona de Cornes también comienzan a ensayarse métodos más naturales para tratar las aguas pluviales. “Se va a recuperar una laguna, son lo que llaman soluciones basadas en la naturaleza”, explica.

Complejidad de las obras

Las obras de la nueva depuradora de A Silvouta no serán sencillas dado que la infraestructura ocupará el lugar de la actual. El catedrático de Ingeniería Ambiental, Juan M. Lema, indica que habrá que seguir depurando aguas mientras se construye la nueva planta. Lema indica que las adjudicatarias “ya tienen las fases perfectamente diferenciadas, en cada una lo que van a ir derribando y van construyendo”.

Para la licitación de la EDAR se ha usado un sistema poco frecuente, el denominado diálogo competitivo. “Habitualmente las administraciones realizan el proyecto y lo ofertan y lo adjudican a la empresa que presente la mejor calidad técnica y económica”, explica el catedrático. En este caso, sin embargo, Acuaes pidió a las empresas que diseñasen la mejor solución posible para el problema de la depuración de aguas en Santiago. “Se hizo una selección de cinco proyectos y a partir de ahí se adjudicó uno de ellos” , indica.