Malestar de profesionales y vecinos por el control de acceso de vehículos a la zona vieja de Santiago

Contro de acceso a la zona vieja de Santiago cerca de la oficina de Correos

Contro de acceso a la zona vieja de Santiago cerca de la oficina de Correos / Jesús Prieto

Las restricciones para poder acceder con vehículo al interior de la zona monumental de Santiago fuera del horario de carga y descarga, fijado entre las 07.00 y las 10.30 horas de la mañana, están provocando malestar, no solo entre los vecinos del casco histórico, sino entre aquellos profesionales que deben prestar sus servicios en algunos de los inmuebles del barrio o, como es el caso de los taxistas, trasladar a viajeros por dicho recinto.

Malestar principalmente centrado en que el horario sea tan restrictivo, puesto que aseguran que no les da tiempo ni les resulta operativo para cumplir con el desempeño de su trabajo, sobre todo cuando reciben un aviso urgente o tienen que acometer una actuación que supera esa franja horaria. Ése es el caso de Ángel Otero, un carpintero autónomo que explica que “para poder acceder a la zona vieja tenemos que rellenar antes de las 12.00 horas del día anterior un formulario a través de un enlace o por correo electrónico; algo que por tanto hay que tener previsto de antemano, sólo nos da permiso para veinte minutos y, si superamos ese tiempo, nos multan”. En conversación con EL CORREO GALLEGO, asegura que “es imposible poder desempeñar así nuestro trabajo” y se lamenta de que “hemos planteado nuestra problemática a la Policía Local, pero no nos han hecho caso”.

De la misma opinión es Manuel Sueiro, profesional de pintura y decoración, quien apunta que “o es un trabajo pequeño o resulta imposible hacerlo, ya que no puedo entrar con mi vehículo y prácticamente no hay sitio donde aparcar cerca, y añade que “al final me veo obligado a pagar un taxi para poder ir a cubrir ese servicio”. Insiste en que “deben buscar una solución porque no es normal este grado de control”.

El electricista Juan Carlos Antelo va un poco más allá y subraya que ante esta serie de dificultades a las que se enfrentan a diario, “acabaremos por no prestar el servicio dentro del casco histórico por lo incómodo que nos resulta acceder a él, nos están tratando como a turistas y te sientes impotente a la hora de hacer tu trabajo”. Reclama “que nos dejen trabajar un poco dentro de la normalidad porque es algo que también repercute en la gente que vive allí”, y advierte de que esta situación provoca a su vez “un encarecimiento de los precios, ya que nos obliga a perder mucho más tiempo”.  

Servicios más caros

Coincide en este diagnóstico el presidente de la Asociación de Veciños da Cidade Histórica Fonseca, Roberto Almuíña, quien indica que “se un profesional ten que traer unha escaleira e un carro de ferramentas e non pode pasar co seu vehículo a partir das 10.30, iso supón que traen as cousas e logo van aparcar fóra, pero é tempo que loxicamente me cargan a min; eles non teñen a culpa de non poder aparcar aquí e tampouco de poder facelo nun aparcamento alternativo a un prezo razoable porque na nosa opinión o de San Clemente non serve ao interés xeral”.

Bolardos en la travesía de Fonseca, uno de los puntos de acceso a la zona vieja de Santiago

Bolardos en la travesía de Fonseca, uno de los puntos de acceso a la zona vieja de Santiago / Jesús Prieto

En este descontento incluye otra variable, centrada en que “antes había saída directa desde Fonseca por Correos a Rodrigo de Padrón, pero agora temos que saír por Praterías, subir pola rúa da Conga ata a praza de Feixóo, sortear a terraza do Riquela, ir polo paso estreito das Cinco Rúas e saír polo Arco de Mazarelos”. Todo eso, como recalca, “nunha zona que teoricamente queren declarar de baixas emisións, co que o lóxico debería ser que os percorridos estiveran reducidos ao mínimo indispensable”.

Almuíña dice estar a la espera del contenido del nuevo plan de movilidad, que el concejal Xan Duro les ha trasladado que estaba a punto de salir para saber si sus reclamaciones han sido tenidas en cuenta.

Reconoce que los programas de acceso al casco histórico llevan mucho tiempo en vigor, pero subraya que son “dificultades engadidas a vivir no centro de Santiago”, y aboga por “unha certa flexibilidade porque ao final os que veñen a traballar aquí son sempre os mesmos”.

Accesos para taxis

Desde el sector del taxi también se muestra el rechazo a unas restricciones que, en su caso, les obligan a “entrar al casco histórico por solo dos accesos, Algalia de Abaixo y rúa Cardeal Payá a partir de las 10.30 horas de la mañana, con lo que tenemos que dar la vuelta a toda la zona”, apunta el presidente de Radio Taxi, Jesús García. Explica que “teniendo una parada en Porta Faxeira, si pudiéramos entrar por ahí estábamos a 500 metros, pero como no es posible, nos obligan a recorrer dos kilómetros por calles que además de por sí ya están colapsadas, en las que entre las 08.30 y las 10.30 no somos capaces de hacer más de dos servicios a la hora porque no tenemos forma física de movernos”.

Dice no entender por qué tienen el mismo horario que los de carga y descarga y aunque “somos conscientes de que en épocas de verano, cuando el casco histórico está muy saturado de gente, hay que intentar evitar el paso, creemos que deberían ser más flexibles”. Incide en que “por no andar 500 metros en esa zona, estás recorriendo dos kilómetros en otras que también están plagadas de gente, con lo que habría que buscar una solución más efectiva y lógica”.

Asegura que el tema lo llevan planteando desde hace años a las diferentes corporaciones municipales y que, pese a que aparentemente les entienden, “lo único que hemos conseguido ha sido que pintaran el carril bus en O Hórreo”.

A la espera de las conversaciones que están manteniendo con Raxoi con respecto al nuevo plan municipal de movilidad, no ve de recibo “llevar a un cliente al Rectorado y tener que volver hacia atrás atravesando de nuevo el Obradoiro, en vez de salir por Correos hacia nuestra parada, que sería lo más lógico”.

El Concello alega que hay permisos para emergencias

Con una ordenanza vigente desde el año 2006, algo que también reconocen quienes muestran su malestar por esta regulación, desde el Concello de Santiago se aclara que las empresas que acceden regularmente al casco histórico tienen pases autorizados, y se subraya que cuando una debe acceder de forma puntual, ha de solicitar la autorización para ello en Tráfico, como se viene haciendo desde hace dos décadas. 

No obstante, cuando surge una emergencia, como puede ser la necesidad de arreglar de forma inmediata una avería, se da aviso a Tráfico para que pueda acceder sin problema, si bien se incide en que la zona monumental es de uso preferente para los peatones, por lo que debe haber unas normas de acceso y control.

Por otra parte, desde el próximo 15 de marzo y hasta el 30 de abril se abrirá un plazo excepcional para solicitar la renovación de la tarjeta o distintivo de paso y parada para acceder al casco viejo que estén caducados. Ambos permiten a los vehículos autorizados entrar dentro de la zona monumental a aquellos que son arrendatarios de inmuebles en el recinto y titulares de establecimientos mercantiles, o bien por razones familiares. 

Suscríbete para seguir leyendo