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CRISIS DEL COVID

¿Recuerdas estas imágenes? Cuatro años del día en que las calles de Santiago se quedaron vacías

Aniversario de la entrada en vigor del estado de alarma que obligó al confinamiento y el aislamiento social frente al coronavirus

Cuatro años del día en que las calles quedaron vacíasECG

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Hace exactamente cuatro años, el 14 de marzo de 2020, el Gobierno español declaró el estado de alarma en todo el país mediante el Real Decreto 463/2020, como respuesta a la emergencia sanitaria causada por la propagación del Covid-19.

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Cuatro años del primer día de Estado de Alarma

En Santiago de Compostela, al igual que en la totalidad de las ciudades del Estado, esta medida transformó drásticamente la vida cotidiana y las vistas icónicas de la ciudad, dejando calles desiertas y un silencio que era casi ensordecedor.

Vista inusual de la Rúa da Senra, una de las arterias de Santiago, vacía por el estado de alarma a causa de la pandemia

Las imágenes de las calles vacías, sin el bullicio de los peregrinos, turistas y residentes, aún permanecen frescas en la memoria colectiva de los compostelanos. Los primeros días del confinamiento, que coincidieron con el inicio de la primavera, mostraron una ciudad fantasmagórica que parecía haber sido abandonada. Las tiendas, con la excepción de los establecimientos de alimentación, permanecían cerradas, creando una atmósfera surrealista que contrastaba con la habitual energía de la ciudad.

La Rúa de San Pedro, entrada del Camino de Santiago, sin el bullicio habitual del barrio y de los peregrinos

Los rincones más emblemáticos de Santiago, como la Praza do Obradoiro o la Rúa do Franco, normalmente llenos de gente y actividad, se encontraban desolados.La Catedraly las calles adoquinadas, que habían sido testigos de siglos de peregrinaciones y eventos históricos, ahora estaban desiertas y silenciosas, creando una escena irreal e inquietante.

Rúa de Romero Donallo sin tráfico en pleno confinamiento

A medida que el estado de alarma se prolongaba y las restricciones continuaban, los habitantes de Santiago de Compostela se adaptaban a una nueva forma de vida, marcada por el distanciamiento social y el aislamiento. Sin embargo, el recuerdo de esos primeros días de confinamiento sigue siendo vívido, recordándonos la fragilidad de la normalidad y la capacidad de adaptación humana en tiempos de crisis.

Praza do Obradoiro sin turistas ni peregrinos

En este cuarto aniversario de la entrada en vigor del estado de alarma, las imágenes de las calles vacías sirven como un recordatorio de los desafíos que enfrentamos como sociedad y la importancia de la solidaridad y la resiliencia en tiempos difíciles. Las fotografías de aquellos días nos recuerdan que, aunque pasajera, la pandemia del Covid-19 dejó una huella imborrable en la historia de Santiago de Compostela y en el mundo entero.

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