Mujeres “invisibles” del arte gallego, revisitar su obra para crear referentes

En la Cidade da Cultura se inauguró este martes la exposición ‘Outras historias posibles’, una muestra que recupera la obra de seis artistas gallegas nacidas en los 50 y cuya trayectoria despuntó en los 80. Se puede visitar hasta enero en el Museo Gaiás

Inauguración de la Exposición "Outras historias posibles" en el Museo Centro Gaiás

Uno de los asistentes a la inauguración de "Outras historias posibles" en el Museo Centro Gaiás en Santiago de Compostela, admira una de las obras expuestas. / Jesús Prieto

“El objetivo de esta exposición es el de crear referentes, poner en valor las trayectorias de nuestras artistas, a pesar de que no forman parte de un todo generacional, no hay un intento de unificar criterios pero sí hay la negación histórica, por ejemplo en la década de los ochenta, en la que se centra la muestra, y en la que las artistas eran prácticamente invisibles”. Susana Cendán, docente, crítica de arte y comisaria de Outras historias posibles habla así de la obra y la trayectoria de las seis artistas que seleccionó para dar a conocer la desconocida u olvidada obra creada por mujeres, en Galicia, en las dos últimas décadas del siglo pasado.  

Ana García Pan, Emilia Guimeráns, Anne Heyvaert, Tusi Sandoval, Blanca Silva y Laura Terré y sus obras son las protagonistas de esta exposición –en la tercera planta del Museo Gaiás de Santiago–. Creadoras nacidas en los años 50 y cuya obra y repercusión comenzó a despuntar en los 80. Autodidactas unas, con formación académica otras, que continúan creando o trabajando en el mundo del arte algunas, que han dejado el mundo de la plástica atrás algunas otras. 

Unas trayectorias que no pueden ser ajenas a la brecha de género, y que tampoco Susana Cendán las deja escapar, “la realidad de mi carrera universitaria fue no estudiar a una sola mujer”, afirma mientras defiende que siente la pulsión de desvincular el arte del romanticismo y del “genio-artista” idea, defiende, instalada en el imaginario colectivo como “un hombre creador con capacidades innatas”, cuando la realidad es otra, “el arte no es una actividad libre y autónoma sino que sucede en una situación social”.

Circunstancias que una vez más vinculan a la mujer con los trabajos “no productivos”, los cuidados, y también una vez más son las artistas y no los artistas las que se ven condicionadas por la maternidad, por la atención a los mayores, por la más difícil visibilidad de su obra... Citando a Katrine Marçal –autora de ¿Quién le hacía la cena a Adam Smith?–, Cendán se pregunta: “¿Quién criaba a los hijos de Picasso?, ¿quién lavaba su ropa?, quién le hacía la comida?”.

García Pan, Guimeráns, Heyvaert, Sandoval, Silva y Terré, crearon en una época particularmente complicada –en lo político, recién estrenada la democracia, y en lo económico, con un país en crisis– y el compendio de su trayectoria en Otras historias posibles pretende recuperar no sólo el valor de su obra, sino también los condicionantes sociales que hubo y hay tras una mujer artista.

Seis creadoras coetáneas, seis obras y trayectorias dispares

Dende a esquerda: Emilia Guimaréns, Blanca Silva, Ana García Pan, Anne Heyvaert e Laura Terré (ausente Tusi Sandoval)

Dende a esqerda: Emilia Guimaréns, Blanca Silva, Ana García Pan, Anne Heyvaert e Laura Terré / JESÚS PRIETO

Ana García Pan (A Coruña, 1951 ) continúa en el mundo del arte, un arte que para ella está lleno de color y estilos heterogéneos. “La espontaneidad es un recurso aparente, premeditado e irónico”, reza el catálogo de la exposición en la que se recogen piezas de finales de los 70, los 80 y los 90 en las que el colorido y la denuncia social son omnipresentes –como en Macarra playero, denuncia del turismo sexual, en aquella época a Cuba, recordaba Cendán–.

De Emilia Guimeráns (Vigo, 1958) Outras historias posibles recoge esculturas, cerámica contemporánea “centrada en mostrar la versatilidad” del material, una materia prima que también fue en cierto modo obstáculo en sus inicios, ya que en el contexto de la época la cerámica se percibía como “una práctica artística menor”.

Anne Heyvaert, nació en Memphys (Estados Unidos) en 1959, se crió en Niza (Francia) y desde hace 40 años es gallega y docente en la Facultade de Belas Artes de Pontevedra (Universidade de Vigo). La artista se centró y se centra en el arte figurativo pero desde una premisa conceptual: un papel en blanco, una caja de cartón vacía, un mapa... Arte figurativa y evocadora en la que el pliegue, la tridimensionalidad, dominan la obra de arte.

Tusi Sandoval (Pontevedra, 1954) de formación autodidacta posee la escepcionalidad de trabajar con pieles, a medias entre la patchwork y el collage, la artista crea grandes cuadros cuajados de cicatrices, espejo de sus vivencias según ella misma afirma. Pero no sólo el gran formato forma parte de la obra de Sandoval, también sus retratos de pequeño formato, con la misma técnica, crean casi fotografías pop con protagonistas como el propio Andy Warhol.

Laura Terré (Vigo, 1959) pintaba, retrataba figuras de rostro diluido partiendo de fotografías, creando estampas cotidianas inspiradas en héroes mitológicos con componentes de fracaso y sufrimiento como puede ser Sísifo. Poco a poco se fue centrado en la fotografía (hija del fotógrafo Ricard Terré), en recuperar el legado de la generación de los 50.

Blanca Silva (A Coruña, 1951) es también una creadora autodidacta. La mujer está siempre presente, no como tantas otras veces en el arte “como objeto erótico, sino la mujer madre, la cuidadora, la que te interpela”, explica Susana Cendán durante una visita guiada previa a la inauguración oficial de la muestra en la que el conselleiro de Cultura, José López Campos, subrayó la construcción “de un discurso integrador dentro de la historia del arte”, dentro de esta exposición y de la mano de la reivindicación de estas artistas.