Entrevista | Daniel Pérez Fentes Responsable de la unidad de endourología del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago y coordinador estatal del grupo uro-oncológico de la Asociación Española de Urología

“Abogamos por cribados de cáncer de próstata atendiendo al riesgo individual”

Daniel Pérez Fentes se propone visibilizar su especialidad y fomentar la formación como representante de sus compañeros de la Asociación Española de Urología// Profesor asociado en la Facultad de Medicina de la USC en la que se formó, centra su actividad asistencial en la cirugía endourológica y el tratamiento del cáncer de próstata avanzado

Daniel Pérez Fentes, responsable de la unidad de endourología del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago

Daniel Pérez Fentes, responsable de la unidad de endourología del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago / Xoán Álvarez

Acaba de ser nombrado coordinador del grupo uro-oncológico de la Asociación Española de Urología. ¿Quiénes lo integran?

El grupo está integrado por los urólogos que se dedican tanto a la labor asistencial como a la investigación de los tumores genitourinarios, fundamentalmente los de próstata, riñón o vejiga, que son los más frecuentes, aunque hay otros menos habituales como los de testículos o pene. Por lo tanto, todos los urólogos españoles que centran su actividad asistencial e investigadora en este tipo de tumores, tanto en enfermedad localizada como en fase metastásica, pertenecen a él. 

¿Cuántas personas lo forman?

No puedo dar una cifra exacta porque el grupo forma parte de la asociación, pero a las reuniones anuales suelen asistir unos cuatrocientos especialistas. Es el grupo más fuerte por todo lo que implica en cuanto a prevalencia del cáncer y por las repercusiones que ello tiene a nivel asistencial, tanto en la parte quirúrgica como en la médica, ya que como médicos quirúrgicos también nos encargamos del tratamiento, diagnóstico y seguimiento de la enfermedad avanzada.

¿Con qué retos lo afronta?

La obligación del grupo es favorecer la formación continua porque es un área de continuo cambio y en constante evolución, con lo que una de nuestras principales labores es promover esa formación mediante cursos, reuniones y otras iniciativas que favorezcan esa formación, la más actualizada, porque eso acaba reflejándose en una mejor atención al paciente. Mi objetivo para estos cuatro años es ampliar los másteres que tenemos con la Universidad de Salamanca y reivindicar el papel de la especialidad porque es una gran desconocida para la población general. 

¿A qué se refiere con que urología es una gran desconocida?

A que lo es al menos en cuanto a nuestras competencias. Hay zonas en las que trabajamos de forma colaborativa con otros servicios como radioterapia o oncología médica, pero todos los diagnósticos parten de urología. Si un paciente tiene sangre en la orina y se le detecta un cáncer de vejiga, el diagnóstico lo hace el urólogo y el primer tratamiento y la orientación, también, e igual con el de próstata. Es importante reivindicar el papel de la urología de forma coordinada con otras sociedades científicas y asociaciones de pacientes, cuya labor es muy relevante.

Hablando del cáncer de próstata, cuyo Día Mundial se conmemora este martes. ¿En qué incidiría en la lucha frente a este tipo de tumor?

Precisamente uno de nuestros proyectos es una campaña para prevenir y diagnosticar precozmente estos tumores porque cuando se diagnostican de forma precoz y localizada, la supervivencia es muy alta. Estas campañas son realmente muy útiles y cada vez vamos más hacia estas estrategias, puesto que lógicamente cuando se detecta tarde, aunque tenemos tratamientos que en algunos casos en el medio plazo nos van a permitir cronificar la enfermedad, las supervivencias bajan en torno a un 30%, cinco años de media. 

¿Algún factor de prevención que ayude a evitar su desarrollo?

La literatura al respecto resulta controvertida y hay mucha confusión, pero está claro que los factores clásicos para cualquier tipo de cáncer influyen, si bien quitando el tabaquismo, donde sí hay una asociación directa, con el resto no se da. Quizá en el de próstata no es donde se ve más claro, pero en el de vejiga el tabaquismo sí que es un factor de riesgo brutal, aumenta muchísimo entre los fumadores. Por lo tanto, las recomendaciones son las dirigidas a la salud oncológica y cardiológica en general: dieta equilibrada, vida sana, y no consumir alcohol ni tabaco. 

¿Se están haciendo cribados de cáncer de próstata?

No. Se está trabajando desde la asociación europea y hay varios proyectos para demostrar el impacto real y el beneficio clínico que tienen estas políticas de cribado poblacional en cáncer de próstata. No se trata de hacer un PSA continuo y anual a todos los pacientes, sino de utilizar esos datos de analíticas o resonancias para decidir a qué paciente se le intensifica el seguimiento y con cuál se puede relajar. Nuestra opinión como sociedad científica es que debemos hacer esos cribados entre los 50 y 70 años, individualizando el riesgo en función de antecedentes familiares o mutaciones que predisponen a un mayor riesgo.

¿Su prevalencia en el CHUS es similar a la del resto de España?

Es similar, con matices. Cuanto más envejecida sea la población, mayor incidencia, e influye también el diagnóstico precoz porque cuanto más vigiles, más vas a encontrar.

¿En qué punto se está en cuanto a opciones terapéuticas?

Se ha avanzado mucho. En la parte localizada, cuando es curable, se puede extraer toda la próstata con muy poca agresividad para el paciente y con muy pocas secuelas a nivel funcional, ya sea incontinencia o disfunción eréctil. En Galicia se incorporaron siete robots a los principales hospitales, y en las manos de un buen cirujano optimizan los resultados, con unos beneficios indudables. La adquisición de nuevos equipos en oncología radioterápica también permite tratamientos mucho más precisos y con menos toxicidad en la fase de cáncer avanzado. A ello se suman terapias con un impacto socioeconómico importante, pero cuyo beneficio a nivel de supervivencia es indudable.

Un horizonte prometedor...

Los avances nos hacen ser optimistas, pensando en una medicina personalizada en la que, con el mapa genético de esos pacientes, podamos conocer sus mutaciones y atacarlas directamente.

“Me siento orgulloso de que Santiago sea pionero en cirugía endourológica a nivel nacional y un referente internacional”

¿Qué destacaría a nivel investigador de su unidad en el CHUS?

En la parte clínica tenemos acceso a todas las tecnologías y tratamientos nuevos, y lo que buscamos es que no se tarde tanto en poder trasladar al paciente un ensayo por cuestiones regulatorias. Estamos investigando en líneas básicas sobre estudios genéticos y para entender mejor la biología del tumor, un campo en el que es muy destacable oncología del CHUS, pioneros en todo lo relacionado con la biopsia líquida y otro tipo de análisis. Y en la asociación española queremos un registro público de los ensayos para abrirlo a pacientes de todos los hospitales. 

Su equipo fue el primero de España en realizar una cirugía renal percutánea a una embarazada en diciembre. ¿Ha habido desde entonces alguna otra intervención?

La verdad es que de momento no se nos ha vuelto a presentar ningún caso igual, entre otras cosas porque es algo muy infrecuente, pero estamos preparados para abordar este tipo de retos, al igual que cuando se nos trasladan desde otras áreas sanitarias embarazadas con una alta complejidad. Lo importante es que la niña nació sin secuelas, que era también nuestro objetivo, además de dejar el riñón de la madre útil y libre de litiasis. 

Una intervención pionera, de la que apenas se habían hecho otras quince en todo el mundo, en el sistema público de salud de Santiago.

Sí, es una de las cosas por las que mayor orgullo siento, que dentro de la cirugía endourológica somos pioneros a nivel nacional y referentes internacionales en la sanidad pública. Lógicamente, el sistema no es perfecto, pero se hacen grandísimas cosas, también en Santiago. He hecho cirugías y enseñado técnicas en muchos países de distintos continentes, y siempre llevo una foto de mi ciudad de adopción. Soy de Ourense, pero vivo en Compostela desde los 18 años, y me gusta que salga en todas las presentaciones como referente. Incluso hemos dado el nombre de Santiago a una técnica para operar piedras en el riñón, la SCQ-Score.