Depresión posparto: no todo es color de rosa en la maternidad

Hasta un 25% de las gallegas han sufrido este trastorno a los 12 meses de tener el bebé

Puede empezar en el embarazo y de no ser tratado podría agravarse hasta el suicidio

Los profesionales de la salud mental demandan más atención en el sistema público a las madres que están sufriendo

Una mujer deprimida junto a la cuna de su bebé

Una mujer deprimida junto a la cuna de su bebé / ISTOCK

La maternidad siempre se ha idealizado y la sociedad ha dibujado una imagen bastante distorsionada de la realidad. Afortunadamente las cosas están cambiando y es habitual ver en las redes la ‘cara b’ de la maternidad. De hecho abundan los perfiles de madres que, tirando de humor, se quejan de la falta de tiempo para sí mismas, de las dificultades para conciliar o para tener la casa en orden. Son comunidades de mamás que se siguen unas a otras en busca de apoyo porque no hay nada mejor que saber que no eres la única que no llega a todo.

Pero más allá del estrés diario que conlleva la maternidad, hay mujeres que son diagnosticadas de depresión posparto, un trastorno del estado de ánimo que puede llegar a “ser causa de suicidio en el primer año tras el nacimiento del bebé”. Así lo explica Jesica Rodríguez, psicóloga sanitaria especializada en atención perinatal y psicopedagoga. La especialista recuerda la importancia de atajar a tiempo un trastorno de estas características, ya que “es un problema de gran importancia que afecta no solo a la mujer madre sino también a otros miembros de la familia, sobre todo al bebé, la pareja, la dinámica de la familia...”

De hecho los datos a nivel gallego son alarmantes. El trabajo de investigación de la psicóloga y matrona Belén Vázquez Gómez, Depresión en el embarazo y postparto: prevalencia y factores asociados (enmarcado en el programa de doctorado en Neurociencia y Psicología Clínica de la USC) revela que hay una prevalencia en el embarazo del 23,0%, 17,1% y 20,9%, en el 1º, 2º y 3º trimestre, y en el posparto de un 30,3%, 26,0% y 25,3%, a los 2, 6 y 12 meses. Y es que la depresión posparto puede iniciarse a las 4 semanas tras el parto y en los primeros 12 meses tras el nacimiento del bebé, pero también puede empezar ya en el embarazo. “Por este motivo actualmente hablamos más de depresión perinatal que de depresión posparto”, explica la experta.

Síntomas

Es importante atender a los síntomas para percatarse de que algo que no va bien. Jesica Rodríguez explica que las mujeres que la padecen presentan alteraciones del sueño, cambios en el apetito, fatiga, falta de interés, pensamientos negativos, agitación, dificultad para concentrarse y para vincularse con el bebé... Incluso tienen pensamientos sobre la muerte o hacerse daño a sí misma o al bebé, así como molestias físicas y musculares.

¿Pero qué desencadena este trastorno? ¿Por qué unas mujeres lo padecen y otras no? La experta en psicología perinatal explica que las causas son multifactoriales. “La existencia de problemas de salud mental previos, un historial de abusos, escaso apoyo social y familiar, un historial de trauma familiar, o también factores relacionados con el propio embarazo y el parto pueden predisponer a las mujeres a estos trastornos”, señala. No se descartan tampoco los factores físicos u orgánicos de tipo hormonal y enfermedades físicas previas.

Jesica Rodríguez considera que, a pesar de que tras la pandemia el cuidado de la salud mental ha cobrado más importancia, “sigue siendo un tema pendiente, y en el caso de las madres más”. Y es que tanto el embarazo como el puerperio son etapas sensibles y de riesgo para la salud mental de las madres, pero muchas “siguen sintiendo vergüenza o culpa a la hora de hablar de sus dificultades emocionales”.

Sistema sanitario

En nuestro país, considera la psicóloga perinatal, el sistema sanitario no destina suficientes recursos a atender la salud mental. “Sabemos que la ratio psicólogo/ población en nuestro país y comunidad autónoma está muy por debajo de la media necesaria”, dice. De hecho hace hincapié en que siempre se presta atención a la salud física de la gestante pero “no tanta a la mental, o incluso a veces el caso es nulo”, considera. “Lo ideal es que en los controles gestacionales y de posparto también se realice un screening de la salud mental de las mujeres a fin de poder actuar precozmente, detectando factores de riesgo o incluso la presencia de síntomas”, explica la psicóloga perinatal.

Sesiones

La experta señala que a la hora de tratar a las madres con depresión posparto lo más importante “es poder establecer un clima de confianza y seguridad” para que se sienta libre de juicios y pueda expresar abiertamente sus emociones. “Se intenta que la mujer identifique sus pensamientos distorsionados, generando alternativas más eficaces de pensamiento, objetivas y realistas, con un aprendizaje de técnicas, estrategias y habilidades que permitan modificar los patrones negativos de comportamiento”, indica.

Además muchas de estas mujeres no se sienten vinculadas a su bebé, y por ello, es también fundamental trabajar en ello. “Hay que ayudarla a percibirse de manera realista como una madre suficientemente buena. Para ello hay que establecer patrones de cuidado e interacción con el bebé, para que hagan actividades placenteras que incrementen el vínculo con él”.

 “Ninguén o entende, pero eu non o escollín, veume e tiven que loitar”

Xela, nombre ficticio, es una de las mujeres gallegas que han sufrido depresión posparto. Después de vivir un parto traumático, que tuvo que ser inducido porque existía sufrimiento fetal, empezó a notar que algo no estaba bien. “Ao comezo é normal notarse máis vulnerable e sensible, con ganas permanentes de chorar, pero esta sensación continuaba e xa non era por motivos hormonais”, cuenta. Cuando su bebé cumplió un año decidió acudir a Jesica y al poco también solicitó atención psiquiátrica. “Cando cheguei o primeiro que lle dixen foi que me apagase a cabeza. Cheguei a un punto no que estaba tan esgotada que non quería que ninguén me falase nin ver a ninguén”, cuenta. “No meu caso para a recuperación foi vital combinar psicoterapia e psicofármacos. Ao principio durmín moitísimo, pero necesitaba urxentemente ese descanso”, cuenta.

Entre los motivos que ella considera, tras consultar con profesionales, que pudieron desencadenar esa depresión son, además de un parto traumático, el sentirse siempre sola a pesar de estar rodeada de su pareja y su familia. “A xente non entende porque tendo un bebé san, parella e traballo estás mal. Pero eu non o escollín, a min veume e tiven que loitar”. También se sintió sola en la atención primaria. “Tiven un pediatra horrible, que non amosou ningunha empatía ao verme tan preocupada pola saúde do meu fillo. Tampouco tiven unha matrona que me apoiase na lactancia e paseino fatal, non a desfrutei en absoluto. De feito non desfrutei dos 2 primeiros anos do meu fillo”.

Xela quiso dejar claro que, al igual que reivindican los profesionales, no se cuida la salud mental de las madres, y al final todas se ven obligadas a acudir por lo privado.

Ahora Xela acaba de tener su segundo hijo, que está a punto de cumplir 7 meses. Sigue con miedos y dudó mucho si atreverse o no con esta segunda maternidad, pero lo cierto es que esta historia tiene un final feliz. Xela tuvo un parto maravilloso, ahora sí siente el apoyo de su pediatra y matrona y está disfrutando de su pequeña y de su hijo mayor, que ya tiene 7 años.