Monbus Obradoiro 77 - 78 Bilbao Basket

Dolorosa derrota del Obradoiro en el tramo final tras un partido que hizo arder la Caldeira

Los santiagueses perdieron el choque por 77 a 78 tras ir por delante en el marcador en el último cuarto

Hlinason logró sacar del aro un gancho de Tinkle que podría haber dado la victoria a los de Moncho Fernández, que rozaron el éxito 

El Monbus Obradoiro perdió contra el Bilbao Basket por un punto a falta de ocho segundos

El Monbus Obradoiro perdió contra el Bilbao Basket por un punto a falta de ocho segundos / Jesús Prieto

El Monbus Obradoiro regresaba a su templo tras quedar eliminado de la fase clasificatoria de la Basketball Champions League (BCL). Los hombres de Moncho Fernández volvían con el chip cambiado para afrontar la Liga Endesa y con la ilusión renovada de jugar ante unos aficionados que les dieron todo su apoyo mientras estuvieron en Turquía.

Delante tendrían al Bilbao Basket, conjunto que llegaba a la capital gallega tras caer en el derbi vasco por 92 a 72 en casa del Baskonia. Pese a todo, los de Jaume Ponsarnau confiaban en obtener una victoria en Santiago, esperando que el cansancio europeo afectase a sus rivales.

El encuentro comenzaba con un Obra que demostraba que no iba a acusar el cansancio. Los santiagueses querían correr e imponer una presión intensa ante los bilbainos. Destacaba Rubén Guerrero al comienzo, con mucha actitud protegiendo su aro, y Eric Washington con ganas de liderar al equipo con una victoria. Pero la estrella estaba siendo Jordan Howard, que se mostraba muy activo, mirando siempre al aro y consiguiendo los 11 puntos iniciales de los suyos.

El equipo compostelano salió más agresivo en el rebote, especialmente en el defensivo, de lo que demostró ante el SIG Strasbourg. Ambos equipos intercambiaban canastas en un igualado cuarto inicial donde ninguno lograba despegarse. En el último minuto, Moncho apostaba por los otros dos pivots compostelanos juntos en pista, mientras que Ponsarnau sacaba a Alex Renfoe para irse con ventaja al segundo cuarto tras una canasta de este ante Artem Pustovyi (16-18).

Tras el paso por los banquillos, ambos equipos volvían a pista, ahora sumando dos bases a los dos pívots en el Obra con la entrada de Fernando Zurbriggen acompañando a Pol Figueras. Los compostelanos salían fuertes encontrando a los dos interiores. El intercambio de canastas persistía y los árbitros comenzaban siendo permisivos con los contactos de los visitantes, que seguían mandando con tres minutos jugados (24-27).

Pustovyi se mostraba intenso en ataque, queriendo reivindicarse tras su mal papel en la BCL, y lograba sumar 7 puntos entre trabajadas canastas y tiros libres que le sacaba a los de Ponsarnau (28-29). Pese a todo, los visitantes se mantenían en la delantera con un mayor acierto que los compostelanos, que encontraban su pegamento en el marcador en la línea de tiros libres.

En el tramo final del cuarto, Moncho sentaba a Washington tras estar errático en su juego, buscando más orden con Zurbriggen. La primera parte terminaba con un triple espectacular de Howard sobre la bocina que, pese a estar punteado y ser en carrera tras reverso, entraba y ponía el marcador 40-41, dejando hasta el momento 16 puntos para el puertorriqueño.

Los hombres de Moncho se iban al descanso tras demostrar un trabajo infinitamente mejor en el rebote que en el choque con el Strasbourg, concediendo solo 4 rebotes ofensivos a sus rivales, mientras que ellos consiguieron el doble. Solo faltaba afinar la puntería para adelantarse a ‘los hombres de negro’.

Regresaban los dos equipos a pista y Pustovyi seguía muy metido en el choque, sacando otra falta de la que obtuvo dos puntos a través de la línea de personal, añadiendo posteriormente una canasta. Salía el Obra como un vendaval queriendo correr.

Pero el vendaval se convirtió en huracán en una acción en la que Andersson fue contra el banquillo obradoirista y empujó al segundo entrenador de los compostelanos, Víctor Pérez, dejándolo por los suelos al tratar de coger el balón. El árbitro tomó la polémica decisión de pitar falta técnica tanto al banquillo obradoirista como al propio jugador de ‘los hombres de negro’. La Caldeira se encendía.

El parón apagó la reacción de los santiagueses y activaba a sus rivales, pero rápidamente Howard los volvía a meter con un triple que imitaba Washington para volver a desatarse y acabar de poner la Caldeira a arder (54-50).

Scrubb se mostraría muy sólido en le rebote en ambos lados (dos defensivos y otros tantos en ataque en el cuarto), dando segundas oportunidades a los suyos en los ofensivos y anotando para mantener la ventaja en el intercambio de canastas. Con el gran papel del canadiense y la intensidad del equipo, los locales se iban a los 10 minutos finales con el 61-56 al marcador.

Regresaban los equipos a pista para el último cuarto y Howard continuaba siendo el héroe de los locales, empujando a su equipo en ataque y sacando dos tiros libres que anotaba al comienzo. Mientras, la Caldeira seguía prendida y empujaba a su equipo, algo que animó a Figueras a ejecutar una complicada bandeja a aro pasado de gran mérito.

Continuaba la reacción obradoirista y los bilbainos sentían la presión en cada posesión que tenían. Pese a todo, eran los pequeños errores del Obra los que no les permitían marcharse en el marcador definitivamente y mantenían el partido abierto.

Ponsarnau sacaba a Renfroe y Adam Smith a pista, buscando puntos para tratar de remontar el choque, anotando el segundo un triple que los volvía a acercar 70-67 en el marcador en el ecuador del choque. Un final vibrante para un partido marcado por la intensidad desde el salto inicial.

El entrenador y el banquillo del Monbus Obradoiro este miércoles en Sar

El entrenador y el banquillo del Monbus Obradoiro este miércoles en Sar / Jesús Prieto

Tras una serie de errores, Moncho decidía sacar a Guerrero del campo y apostaba por un Pustovyi, que estaba realizando un gran partido para los suyos. También entraba Washington por Figueras para tratar de finiquitarlo.

A Howard parecía que se le habían agotado las pilas de su muñeca en el último cuarto tras tres triples errados y los bilbainos apretaban en el marcador (73-71). Los compostelanos debían de encontrar estabilidad para cerrar el encuentro y Pustovyi se postulaba con su solidez ofensiva en el poste. Pese a todo, al ucraniano le costaba proteger el suyo en las pugnas con Tryggvy Hlinason.

El partido llegaba al minuto final para su desenlace con los santiagueses imponiéndose por 77 a 73 tras una revisión que devolvía el balón a los bilbainos para el saque de fondo en la canasta del Obra que anotaba con facilidad Xavi Rabaseda. Además, los compostelanos erraban en su ataque y los de Ponsarnau aprovechaban para meter la quinta falta a los locales, fallando Renfroe sus dos lanzamientos.

Thijs De Ridder lograría completar un dos más uno para adelantar a los suyos (77-78) y todo quedaba en manos de los locales. A falta de 8 segundos, los árbitros pitaban fuera del Obra tras buscar el rebote ofensivo, pero tras revisarlo pitaban fuera de los bilbainos. Última oportunidad y tiempo muerto para diseñar la jugada. Tinkle tiraba con el tiempo terminado y Hlinason sacaba el balón del aro para dar la victoria a los suyos por 77 a 78.