Escolares de Rianxo cuidan y alimentan a 19 cabras y 2 burros durante los recreos

Alumnos del colegio Brea Segade reservan parte de sus desayunos y meriendas para los animales de una comunidad de montes, a los que visitan a diario en las cuadras próximas al patio // Ejercen de guías para otros chavales por una ruta forestal

Panel de la ruta por el monte en la que los niños son guías

Panel de la ruta por el monte en la que los niños son guías / F.M.

Existe un lugar en Rianxo donde el monte es la extensión del patio de recreo en el que juegan los niños y niñas del colegio Brea Segade, en Taragoña. Al lado de esta instalación educativa se encuentran las cuadras de la comunidad de montes O Fieitoso, a las que los chavales acuden a diario para visitar a las diecinueve cabras y dos burros para darles cariño... y algo de comida.

Es sólo una de las actividades que forman parte de un innovador programa promovido por la veintena de comuneros y comuneras (por cierto, el 25 % son mujeres) que gestionan una superficie de 77 hectáreas de monte en la zona de Campo Maneiro, en Taragoña.

Panel de la ruta por el monte en la que los niños son guías /f.m.

En el recreo los niños van a alimentar a los animales /f.m. / Suso Souto

Su iniciativa, en colaboración con la asociación vecinal Fousas ó monte, contempla la organización de visitas de alumnos de otros centros educativos a los montes de la zona, para que conozcan cómo se deben cuidar y cuáles son sus potencialidades, y para mostrar sus aprovechamientos sostenibles con beneficios ambientales, sociales y económicos, como el silvopastoreo, la apicultura o la micología, entre muchos otros. Es decir: los usos alternativos a la producción de madera de baja calidad, para demostrar que los montes pueden tener un futuro sostenible.

Y los encargados de ejercer de guías son precisamente los alumnos de quinto y sexto de Primaria del colegio Brea Segade. Para ello, los comuneros han creado un sendero didáctico a través de sus terrenos en el que hay varios paneles con fotos, información e incluso códigos QR.

Alumnos del colegio Brea Segade acariciando a un burro de la comunidad de montes / Fousas ao monte

Alumnos del colegio Brea Segade acariciando a un burro de la comunidad de montes / Fousas ao monte / Suso Souto

Dicho programa (denominado Máis que leña) se centra en la consolidación de un aula didáctica para Infantil y Primaria, pero es un proyecto abierto al público en general.

Los profesores reciben formación de los comuneros para crear unidades didácticas sobre el cuidado y los usos del monte. El presidente del colectivo O Fieitoso, Emilio Saborido, es educador ambiental. Los docentes tienen las llaves de las cuadras y, con bastante frecuencia, acompañan allí a los escolares, que se han encariñado con los animales.

EL PAN DE CASA.

Además, desde hace unas semanas depositan los restos de sus meriendas en los contenedores que los comuneros han instalado en el centro. De las meriendas poco queda para las cabras, pero los chavales traen de casa a diario bolsas de pan reseco: unos veinte kilos de pan al día. Pero también mondas de plátanos y de manzanas.

A esta iniciativa se sumaron los niños y niñas del Colegio Rural Agrupado y los gestores del comedor escolar, que también aportan los restos de las comidas.

MÍCHEL Y PAQUITA.

De modo que las cabras (de raza autóctona gallega) están en el paraíso, en el que conviven con Míchel, un burro fariñeiro que en su día fue la estrella del zoológico de Vigo y que llegó a Taragoña en marzo del año 2021; y Paquita, una burra zamorana que la citada entidad adquirió hace año y medio... y que, de momento, no se ha dejado conquistar por su compañero de campo y cuadra.

Los animales pastan en una zona de siete hectáreas de superficie delimitada por un cierre que los comuneros quieren aumentar en otras dos hectáreas. Las cabras y los burros disfrutan allí con lo suyo: eliminando biomasa y contribuyendo a evitar el riesgo de incendios forestales en la parroquia de Taragoña.

El pasado mes de febrero, los alumnos del Brea Segade se calzaron las botas y cogieron las azadas para participar en la plantación de treinta y cinco castaños en los montes de la zona de Corques.

Ellos son el futuro. Y eso es tanto como decir que el futuro es suyo.