El ataque de un can reincidente obliga a cerrar A de Totó en Ames tras destrozarle las manos al dueño

El hombre, que ha criado perros toda su vida, dice que nunca le había pasado algo así: "Botóuseme como un lobo"

Totó Caamaño muestra sus manos tras recibir atención médica / J.A.C.

Totó Caamaño muestra sus manos tras recibir atención médica / J.A.C. / m. Manteiga

“Botóuseme como un lobo, ás pernas, pero sobre todo ás mans”, recuerda el hostelero negreirés, Totó Caamaño, sobre el ataque canino que hace 15 días sufría en su restaurante A de Totó en Reino (Ames). Desde entonces sigue cerrado por baja, y aún ignora si podrá recuperar la movilidad en todos sus dedos. Según su testimonio, el bicho, un ejemplar negro de respetables dimensiones, entró al perímetro del local para jugar con su perra, “pero cando fun pechar a cadela, non sei se polos tronos, o animal atacoume con furia”.

Asegura que jamás le pasó algo así, a pesar de haber criado perros toda su vida, pero el caso es que, después de romperle el pantalón, hizo presa de sus extremidades causándole profundas heridas y destrozándole los tendones del dedo índice de la mano derecha. “Intentei defenderme a patadas, pero nin se inmutaba”, rememora, tras lo cual fue derivado al hospital “onde recibín só 12 puntos, porque estas feridas déixanas sempre sen cerrar polas infeccións”. El perro, ya sacrificado, había protagonizado otros ataques.