La Xunta estudia si la retirada del catamarán que varó en Muros fue una infracción grave

El informe del agente medioambiental concluye que la operación no dañó la flora ni la fauna del cordón dunar de Area Maior

El misterioso ‘Lucky Cat’ está en la marina seca local para su reparación, pues tiene una vía de agua

Trabajos de retirada del catamarán Lucky Cat de Area Maior

David Suárez / Suso Souto

Misterio e indignación. Son las huellas que ha dejado en Muros el catamarán Lucky Cat, que el pasado día 9 llegaba a la deriva y sin tripulación, arrastrado por los temporales, hasta la playa de Area Maior, en la que acabó quedando varado. Las claves para despejar el misterio las tiene su propietario, un eslovaco que se desplazó a Muros para seguir los trabajos de retirada del catamarán y recoger los objetos de valor y el dinero en efectivo que había en su interior y que quedaran bajo custodia de la Guardia Civil en el cuartel.

La historia del Lucky Cat bien podría ser el argumento de una película de suspense. Al parecer, el hombre que iba al timón trasladaba el catamarán a Europa para el propietario, pero habría fallecido a bordo en medio de la travesía. La embarcación fue localizada a la deriva por un mercante y el cadáver fue retirado y transportado a Estados Unidos con ayuda de militares. Se desconoce el punto exacto desde el que partió la embarcación, pero algunos datos apuntan a que pudo ser algún lugar de la costa de Virginia.

El día 9, el catamarán apareció a la deriva frente a Area Maior con un mensaje de color rojo manuscrito en inglés en uno de sus laterales y en el que se aportaba un número de teléfono para que quien lo viese alertase para su rescate. La semana pasada se desplazaba a Muros desde Eslovaquia el dueño del barco para supervisar los trabajos de retirada.

Y es ahí donde está la huella de la indignación: en los trabajos para la retirada del barco de la arena. Una operación en la que participaron doce operarios y en la que se utilizaron, sin autorización ni supervisión del Concello ni de la Xunta, dos palas excavadoras y un tractor que la empresa contratada introdujo en el arenal de Area Maior pasando por encima del cordón dunar a lo largo de aproximadamente unos 500 metros.

El catamarán Lucky Cat varado en Area Maior antes de su retirada

El catamarán Lucky Cat varado en Area Maior antes de su retirada / Suso Souto

Según informó a este diario la Consellería de Medio Ambiente, el sábado 18 un agente medioambiental del distrito se desplazó hasta la zona para comprobar sobre el terreno posibles daños en el sistema dunar de Area Maior y su biodiversidad, tras la operación de retirada del catamarán. En su informe, concluye que durante la inspección no se encontraron especies afectadas, ni de flora, ni de fauna, y que tampoco se aprecian daños en la playa a nivel ecológico.

Desde la Consellería se añade que “tras estos hechos, en estos momentos, nuestros servicios jurídicos están estudiando la que podría considerarse una infracción administrativa grave, tipificada en el artículo 122.d de la Lei 5/2019, de 2 de agosto de Patrimonio natural e da biodiversidade de Galicia, por producirse en un espacio que forma parte de la Red Natura e incumplir así el plan director de la Rede Natura 2000”. En este sentido, el citado departamento explica que “la sanción para infracciones graves sería de una multa de 3.001 hasta 200.000 €”.

Al parecer, el dueño del Lucky Cat todavía permanece en Muros, a la espera de que se lleve a cabo la reparación del barco, que tiene, entre otros importantes daños, una vía de agua que le impide su traslado por mar. Y es que el catamarán se encuentra en la marina seca de Muros, a la que fue remolcado en la jornada del pasado viernes en una costosa operación que algunos no dudan en cifrar en unos 45.000 euros.

La zódiac que llevaba a bordo sufrió algunos daños; no así el fueraborda, que está bajo custodia en la sede del GES de Muros.

Al parecer, el propietario de la embarcación no tiene intención de trasladar el catamarán a otra localidad cuando sea reparado; pretende, llegado el momento, amarrarlo al pantalán del puerto deportivo local. Al menos eso es lo que le contó a algunas de las personas que presenciaron la retirada de la nave.

El Concello abrió una investigación: “Es un espacio protegido”

La alcaldesa, María Lago, dice que los trabajos “en un ecosistema sensible” no fueron autorizados

Los trabajos para retirar el catamarán de la playa de Area Maior se iniciaron a las nueve de la mañana del pasado viernes y finalizaron pasadas las seis de la tarde, lo que da muestra de su complejidad.

La erosión provocada por las cadenas de las pesadas palas supuso un zarpazo para ese entorno natural y, aunque no afectase a la flora ni a la fauna, se trató de una operación no autorizada.

El Concello de Muros abrió una investigación para evaluar el alcance de los posibles daños medioambientales provocados por la maquinaria.

Y es que la alcaldesa, María Lago, está decidida a dar la batalla por la herida provocada por las dos palas y el tractor utilizados en los trabajos “en un cordón dunar que es un espacio protegido y muy sensible”.

Sin embargo, la regidora muradana señala que “ahora hay que dejar trabajar a los técnicos municipales de Medio Ambiente para que evalúen los posibles daños y hagan un informe. Cuando lo tengamos, decidiremos, si hay que hacerlo, cómo actuar y contra quién, atendiendo también a los informes jurídicos”.