Entrevista | Jimena Fernández Gayoso Jugadora de voleibol del Arenal Emevé

Jimena Fernández. “Nuestro deporte no es considerado profesional y es algo que siempre voy a recalcar”

Jimena Fernández Gayoso

Jimena Fernández Gayoso / ECG

Jimena Fernández Gayoso (A Coruña, 2001) es una jugadora de voleibol del Arenal Emevé, equipo de Lugo que juega la Superliga Femenina de Voleibol, máxima categoría en España. Su excelente labor esta campaña la sitúa como la segunda mejor en su posición (opuesta), lo que podría permitir a su equipo disputar el playoff por la liga y a Gayoso tener un puesto en la selección este verano

El año pasado no entraron en el playoff, ¿es el objetivo?

Este año teníamos tres objetivos. El primero la permanencia; luego, la Copa de la Reina, que se nos dio regular y no la jugamos; y el tercero, los playoffs. Vamos 8ª, creo que a 2 o 3 puntos del 6º. Lo ideal sería ganar los tres partidos que nos quedan.

Esta temporada ha habido varios movimientos en el Emevé, con regresos, un núcleo joven y acento gallego. ¿Cómo lo valora?

Creo que de todas las que están en cancha, soy la que más orgullosa está de que se siga apostando por el talento local y las jugadoras jóvenes. Se nota la diferencia de experiencia en momentos claves y de cabeza fría, pero creo que es ahí donde se debe mostrar el potencial físico y técnico. Para mí, la vuelta de Lucía (Prol) es especial. Llevo queriendo jugar con ella desde que soy un “moco”, fue genial. Con Sara (Folgueira) igual. En el equipo, ya se están formando los roles. Al mantener una estructura y ser un poco mayores que Lidia (Figueira), Carolina (Camino) o Ainara (Burgo), se agradece ir teniendo jugadoras que pueden mantener las tablas cuando a las jóvenes les flaquean las rodillas.

El computo general de estadísticas la sitúa como la segunda mejor en su posición y entre las máximas anotadoras de la liga. ¿Qué supone para usted?

Este año estoy muy orgullosa de mi rendimiento individual, sobre todo porque creo que facilita mucho el trabajo del equipo. Nos da muchas opciones de jugar por los puestos de arriba, y quieras que no, para un deportista es satisfactorio y fundamental ese feedback, tanto estadístico como de decir “lo estás haciendo bien y estás en esos puestos de arriba”. De momento, muy contenta.

Está llamando a las puertas de la selección.

Este año me lo he planteado porque para mí la selección es un proyecto muy grande, pero creo que tienes que tener la cabeza muy fría, tu vida muy ordenada y saber lo que quieres para hacer frente al período que había antes de concentración, que era de 3 o 4 meses. Ahora estoy mucho mejor a nivel de salud mental y estudios, lo tengo más ordenado. Además, el período de concentración es menor y empieza después de los exámenes finales, no se me solaparía con el período académico. A nivel físico y de juego me apetece mucho, así que lo hablé con mis técnicos y creo que podría desempeñar un buen papel.

Hablando del factor mental, usted estudia psicología en Santiago y juega en Lugo. ¿Cómo conjuga estas dos facetas en dos ciudades?

Es bastante complicado. Nuestro club mantiene un convenio con la USC y se supone que se está creando un comité que gestiona mejor los estudios para los deportistas, a nivel profesional y federativo. Yo, personalmente, he cogido menos asignaturas para ser capaz de sobrellevarlo mejor y solo voy a Santiago a hacer las partes interactivas, el resto lo preparo por mi cuenta. Cuando toca ir es mucho dinero, tiempo conduciendo, mucha carga y luego ponerte a entrenar. Además, entrenamos todas tardes y de mañana martes y jueves, más los partidos, por lo que descansamos un día a la semana. Creo que la convivencia entre el deporte profesional, que no deja de ser un trabajo, y los estudios, podría hacerse mejor desde las universidades.

En relación a su carrera, ¿cree que hay que dar más valor a la psicología deportiva?

He pasado por muchos equipos, la concentración permanente, muchos entrenadores y modelos. Creo que el sitio donde mejor se ha gestionado la comunicación entidad-jugadora ha sido aquí, tanto a nivel humano como deportivo. Sobre todo con la llegada de Charly (Juan Carlos Suárez). Es muy importante estar constantemente... no encima de las jugadoras, sino dándoles feedback de todo tipo. No siempre toca una palmadita en la espalda, pero sí ser transigente para encontrar la forma óptima de comunicarte con tus jugadoras, entender que no son máquinas y también sacar lo mejor de cada una. Creo que nos falta más a nivel de grupo, si se entra en mala dinámica, falta reflexión.

¿Cree que hace falta dar visibilidad al voleibol?

Sí, aunque de hace 3 años a ahora ha mejorado bastante. Sobre todo gracias a las chicas de la selección a nivel mediático y con cuentas individuales en redes, como la de Raquel Lázaro o María Schlegel, que generan contenido más lúdicos, mensajes reflexivos y elementos más atractivos. Aún así, para mí el trabajo más importante y que sigue brillando por su ausencia es el de la Federación. No solo vale organizar la liga, el calendario y que salgan en Teledeporte los partidos de la Copa del Rey y de la Reina y el All Star, necesitamos más recursos y visibilidad.

Sobre esa mayor apuesta por el deporte femenino, ¿cree que el voleibol, donde hay más mujeres federadas que hombres, sería una buena oportunidad?

Claro, al final vivimos en una sociedad capitalista donde a las empresas, desde una perspectiva egoísta, les conviene invertir en deporte femenino. Me refiero a que, al estar en auge el feminismo y asociaciones que se involucran para garantizar la igualdad, es lo que tiene que ser. También nos conviene a nosotras que se involucren, pero no lo harán sin ánimo de lucro. Aún así, creo que falta mucho. Desde el Emevé, que tiene los dos equipos en la máxima categoría, hay más recursos económicos que van al femenino que al masculino. Tampoco sería el punto, sería equiparar los dos, pero la realidad es que hay muchos equipos que destinan más dinero al masculino. Hay que hacer un llamamiento: invierte en deporte femenino.

¿Cómo valora los sueldos que tienen las jugadoras y jugadores de voleibol?

En España es bastante precario, es una cuestión de raíz. Nuestro deporte no es considerado profesional y es algo que siempre voy a recalcar. Es por lo que aboga la AJJV, un convenio colectivo y un sindicato laboral para poder sentar unas bases y regular unas condiciones laborales mínimas. Eso se ve reflejado en nuestra salud mental y en nuestro rendimiento. Si no tienes la garantía de que vayan a responder por tí, es normal que los jugadores se vayan fuera. Aquí hay buena base, pero hay mejores oportunidades en otros países sin ser grandes ligas.