Una carrera para todos los públicos
Uno de los secretos del éxito de la pedestre compostelana está en su carácter popular
En las 43 ediciones disputadas se inscribieron más de 230.000 personas
La edición con más dorsales repartidos fue la de 1983 con 7.328, que disfrutó la primera victoria del santiagués Fernández Feijóo
Cuando se decidió organizar por primera vez la Carreira Pedestre Popular de Santiago en el año 1978 para celebrar el centenario de EL CORREO GALLEGO nadie podía sospechar el alcance que tendría la prueba. Aquellos 2.500 atletas que partieron de la plaza do Obradoiro hace ya 43 años dieron paso después a una carrera consolidada en lo que lo importante es participar.
El objetivo de la gran mayoría de los miles de corredores que participan simplemente acuden con el objetivo de alcanzar la meta. Para ellos es su gran triunfo aunque sea necesario aflojar la marcha hasta incluso caminar en algunos de los tramos más duros de la prueba.
El reto de enfrentarse a doce exigentes kilómetros recibiendo el ánimo del público y disfrutar de la entrada en la plaza do Obradoiro es toda una satisfacción. Porque si hay algo que no ha sufrido ningún cambio con el paso del tiempo es el carácter popular de una prueba que ha demostrado que hacer deporte está al alcance de todo el mundo, de todas las edades y condiciones. La carrera de Santiago es para todos los públicos. Y en ella participan desde empresarios a estudiantes, desde profesionales de todo tipo a políticos. Y hasta el propio presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, participó en varias ediciones.
Momentos antes de la salida ya se palpa en el ambiente el nerviosismo de quien tiene por delante un reto, el de participar en la que muchos califican como la carrera más bonita del mundo y hacerlo sin más pretensión que disfrutar de una jornada festiva. La victoria es cosa de otros. Todos tienen cabida en una prueba que tiene el acierto de facilitar la convivencia de unos y otros.
Los datos muestran lo que es esta carrera. Y es que en las 43 ediciones disputadas hasta la fecha se inscribieron en la Carreira Pedestre Popular de Santiago más de 230.000 atletas. Las ediciones en las que se repartieron más dorsales fueron la de 1983, en la que se registró la primera victoria del compostelano Javier Fernández Feijóo, que fue el mejor de 7.328 corredores, y la del año 2009 con presencia africana y triunfo para el keniata Peter Kirui y en la que se inscribieron 7.307 personas.
Y es que la prueba, aunque registra grandísimos campeones, nunca abandonó a los aficionados que por un día se enfrentaban a los codazos en la salida, a la soledad del campus universitario o a la desafiante amenaza de la cuesta de Vite. Y siempre tuvo presentes a los niños que al día siguiente se distinguen por su andar lastimoso y las conversaciones cuyo tema principal son las agujetas.
La Carreira Pedestre de Santiago tiene una personalidad muy marcada y definida gracias a todos esos anónimos atletas que ayudan cada año a hacerla más grande. Y una de las mayores satisfacciones es ver como al año siguiente miran al calendario esperando la llegada del último domingo de octubre para volver a vestirse de corto.
Las inscripciones están abiertas hasta el domingo, 24 de octubre, a las 23.59 horas, siguiendo las instrucciones que figuran en el siguiente enlace.
- El Correo Gallego - Diario de la capital de Galicia
- Un rincón propio de Asia que se esconde en Galicia: tiene un puente colgante y está a menos de una hora de Santiago
- La cifra de alumnos y personal del colegio de Ventín con cuadro de diarrea roza los 60 y la Xunta tomó ya muestras de la comida
- Una empresa de Noia transporta un rinoceronte indio desde Polonia hasta Córdoba
- Una estadounidense conduciendo por A Illa de Arousa se queja de algo muy común en toda Galicia: '¿Cómo lo hacen?
- Casi un año esperando licencia en Santiago para instalar un ascensor y aislar la fachada: “É unha vergoña”
- Asesinato en el San Serapio de Conxo: un ajuste de cuentas por la venta de droga adulterada terminó con una trágica muerte
- Moncho Fernández se marcha del Obradoiro a coste cero al existir una claúsula en su contrato