Entrevista | Pablo Bustinduy Ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030

“Nuestra política es afianzar un modelo de bienestar en España”

Pablo Bustinduy (Madrid, 1983) visita este fin de semana Galicia para apoyar la candidatura de Marta Lois con quien participará hoy en un mítin en A Pobra do Caramiñal. Durante la visita, atiende la llamada de EL CORREO para charlar sobre los retos inmediatos de su Ministerio, el incierto futuro del Gobierno de coalición y los comicios gallegos del 18-F

El ministro Bustinduy en la Praza do Obradoiro, Santiago

El ministro Bustinduy en la Praza do Obradoiro, Santiago / Antonio Hernández

¿Cuál es actualmente la principal preocupación del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030?

En las próximas semanas vamos a llevar dos leyes al Consejo de Ministros, la Ley de familias y la Ley de servicios de atención a la clientela. Dos leyes cuya tramitación parlamentaria se vió truncada por el adelanto electoral y que representan dos hitos de expansión de derechos, uno en el ámbito de la protección social de las familias y el otro en el ámbito de la protección de las personas consumidoras. Son dos prioridades que sintetizan muy bien cuál es nuestra política:afianzar un modelo de bienestar en España.

Precisamente la Ley de familias busca equiparar la protección jurídica de las parejas de hecho y los matrimonios e incrementar la protección de las familias monoparentales.

Exacto, son tres de los puntales de esta ley. En primer lugar, el reconocimiento jurídico de la igualdad de derechos de todos los tipos de familia que existen en España. En segundo lugar, la equiparación de derechos entre las parejas de hecho y los matrimonios, que es una reivindicación histórica. Finalmente, redoblar la protección de las familias monoparentales, en su gran mayoría monomarentales. Estos tres pilares y otros muchos aspectos de la ley representan un hito en la protección social en España y por eso es tan importante que salga adelante. 

También plantea una renta universal por crianza de 100 euros mensuales hasta los tres años. ¿Cree que esta medida puede ser un acicate para el fomento de la natalidad en comunidades, como Galicia, con un grave problema demográfico?

España es una excepción en la UE, ya que no tiene una prestación universal por crianza. Desde Sumar defendemos que debería existir una prestación universal que cubriera de los 0 a los 18 años y que tuviera un importe de 200 euros mensuales. Este es nuestro objetivo y es para lo que vamos a trabajar. Ahora bien, lo que está reflejado en el acuerdo de Gobierno es garantizar una protección casi universal entre los cero y los tres años, con un impacto económico incorporado en los Presupuestos Generales del Estado. Estamos negociando en las cuentas de este año extender esa protección hasta los seis años. Creemos que es un primer paso, insuficiente, pero un primer paso para conseguir ese objetivo de una protección universal por crianza en España. Es algo que redundará en beneficio no solo de la demografía, ni del bienestar de las familias, sino también para paliar los índices de pobreza infantil, que están escandalosamente altos todavía en España. 

El Gobierno anunció ya que al final de la legislatura financiará el 50% de la dependencia en Galicia. ¿Este incremento en la aportación vendrá acompañado de algún tipo de cláusula sobre la gestión que haga la Xunta de ella?

En la legislatura anterior, el Gobierno de coalición duplicó la financiación a la dependencia en Galicia. Se pasó de 97 a 206 millones. Tenemos el compromiso no solo de mantener, sino de multiplicar este esfuerzo para que lleguemos al 50% de la financiación a final de la legislatura. Ahora bien, este aumento de la financiación no va solo de poner más fondos a disposición del sistema tal y como está, también hay que transformarlo. Necesitamos una revolución del modelo de cuidados que ponga a las personas en el centro. Es decir, que puedan permanecer en su casa mientras lo deseen el mayor tiempo posible porque se les atiende a domicilio y su calidad de vida mejora. Y nosotros pensamos que ese modelo tiene que ser de titularidad pública. Este aumento histórico de la financiación de la dependencia tiene que ir vinculado a un cambio de modelo.

¿Cuándo verá la luz la Ley de servicios de atención a la clientela?

En las próximas semanas llegará al Consejo de Ministros. Es una ley que va a garantizar precisamente eso, que nos atienda una persona y no una máquina o que las empresas tengan que atender a las personas consumidoras en menos de tres minutos. Se acabó de esperar eternamente en llamadas telefónicas que no acaban nunca. Pondremos coto a los abusos de las empresas y partiendo, sobre todo, de una premisa: las empresas no pueden robarle el tiempo a la gente. El servicio debe ser accesible, respetuoso y eficiente y de calidad. Haremos valer los derechos de las personas consumidoras que demasiado a menudo se ven en una posición de desigualdad estructural con las empresas y se permite que sus derechos no sean respetados, que se produzcan abusos e incluso que se produzcan fraudes. Es labor del Ministerio acabar con esa situación. 

Su Ministerio prohibió en junio las llamadas comerciales sin expreso consentimiento. No obstante, se siguen sucediendo. ¿De qué forma se está controlando esta situación? 

Como bien has expresado, salvo una aceptación tácita por parte del usuario, las llamadas comerciales no deseadas están prohibidas por ley. Es la Agencia Española de Protección de Datos quien tiene que velar por el cumplimiento de esta normativa y me consta que se están produciendo inspecciones y sancionesal respecto.

El Gobierno arrancó la legislatura defendiendo la necesidad de continuar avanzando en la agenda social. ¿Es esto posible dependiendo de un partido como Junts para que las medidas salgan adelante? ¿Cree que agotarán la legislatura?

Estoy convencido de que la legislatura va a durar. Pese a lo que decían las encuestas, la ciudadanía votó el julio pasado para darle al nuevo Gobierno el mandato de profundizar en la agenda de expansión y consolidación de derechos sociales. Por tanto, mi determinación es absoluta. Construiremos los consensos necesarios para que esa agenda se haga realidad y España sea un país más justo, con más igualdad y con más bienestar. Vivimos en un tiempo de grandes incertidumbres geopolíticas, de grandes crisis ambientales y la única manera de responder a esto es por medio de la justicia social. Esa es la tarea que salió de las urnas, y que por tanto tiene este Gobierno y mi Ministerio por delante.

¿Cree precisamente que esa dependencia del voto de Junts puede hacer que a ustedes –Sumar– les cueste más arrancarles según qué medidas al PSOE? 

Yo creo que la composición del Congreso es compleja, pero esa complejidad es un reflejo de la sociedad española, tanto en el sentido plurinacional como ideológico. No obstante, creo que en materia social existen amplísimos consensos que tenemos que articular, expresar y traducir políticamente. Por ello, mi tarea en el Ministerio es conseguir que salgan adelante reformas que ya suscitan ese amplísimo acuerdo social, como la protección de las familias, la protección de un consumo sostenible o la mejora de los servicios sociales. Ya he tendido la mano a todos los grupos parlamentarios para lograrlo.

La Ley de Amnistía será el principal escollo para el Gobierno de coalición de cara a agotar la legislatura. ¿Cree que el Gobierno está realizando la pedagogía necesaria tratándose de una propuesta con una regulación y características tan específicas?

La Ley de Amnistía es un asunto muy sensible y hay mucha gente que tiene inquietud o que no comparte sus propósitos. Lo que digo siempre es que la ley de amnistía va a demostrar su valía en el tiempo. ¿Por qué? Porque va a servir para resolver un conflicto de manera democrática y dialogada. Dentro de unos años, miraremos atrás y diremos: ‘es lo que había que hacer’. En el último CIS, tan solo un 1% de la población señalaba a Cataluña como uno de sus principales problemas. Esto prueba que la hoja de ruta que ha seguido el Gobierno de coalición funciona. Por otro lado, es evidente que hay actores políticos que no quieren solucionar el tema catalán y tienen interés electoral en mantener el conflicto porque les sirve para ganar votos. Lo hemos visto también en la campaña gallega, donde se habla tanto de amnistía para no hablar del futuro de Galicia. La ciudadanía tiene que distinguir cuáles son las intenciones de los distintos actores políticos y discernir entre quién defiende el interés general y quién defiende su propio interés particular.

“En la campaña gallega, ¿quién habla de ETA y quién de sanidad?”

Mañana la campaña electoral gallega encarará su última semana con el escenario más incierto desde 2009. ¿Qué puede aportar Sumar en Galicia?

Si la gente trabajadora sale a votar, habrá cambio político en Galicia y se abrirá un tiempo nuevo. Yo creo que es una perspectiva ilusionante. Sumar tiene la tarea de movilizar a parte de esa mayoría social que quiere cambio en Galicia. En el Gobierno estatal se ha demostrado que las coaliciones son un formidable ejemplo de salud democrática, más allá de la diferencia entre las posiciones. Está bien que una sociedad diversa y plural se vea reflejada, no solo en el Parlamento, sino también en el Gobierno, con fuerzas distintas. Sumar puede aportar su experiencia de gestión mejorando la vida de la gente, con la justicia social y la redistribución de la riqueza como principales prioridades para ese nuevo Gobierno en Galicia.

¿Considera que se está estatalizando esta campaña?

Yo invitaría a la ciudadanía gallega a que considere las siguientes cuestiones: ¿Quién está más preocupado y más ocupado con su futuro? En esta campaña, ¿quién habla de ETA y quién de la amnistía? ¿Quién habla de dependencia y sanidad? ¿Quién habla de salarios mínimos? ¿Quién habla de rentas garantizadas? ¿Quién habla del sistema educativo? Hay dos opciones bien claras: la de la continuidad, que busca distraer la atención de los asuntos que importan a los gallegos y quien habla de un proyecto de país que redunde en beneficio de la mayoría social de Galicia. 

¿Qué explica este interés? ¿Es la posibilidad de que la posición de Feijóo en Madrid se vea debilitada en caso de que se produzca un vuelco?

Yo creo que hay tanto interés en las elecciones gallegas desde el resto del Estado porque Galicia tiene en sus manos enviar un mensaje político muy poderoso el 18-F: el de abrir un tiempo nuevo. Creo que esa es la razón por la que se ve con esperanza y optimismo en muchos lugares la posibilidad de un cambio político en Galicia. Sería un mensaje de esperanza, de ilusión, de convicción y de confianza para quienes queremos defender un proyecto democrático y de bienestar social ante la barbarie y las crisis que vemos acumularse en el mundo.